Las condiciones de un meteorito hallado en el desierto del Sahara, en Marruecos, han llevado a los científicos a plantear la posibilidad de que trate de un objeto que salió de la Tierra y regresó como bumerán. En caso de confirmarse, sería el primer caso conocido.
Las primeras pruebas muestran que la roca tiene una composición química similar a la de las rocas volcánicas de la Tierra, pero también contiene elementos alterados por los rayos cósmicos del espacio.
Bautizada con el nombre de Northwest Africa 13188 (NWA 13188), la roca fue hallada en el desierto del Sahara, en Marruecos, y desde entonces se la conoce como meteorito bumerán por la creencia de que alguna vez salió y luego regresó al planeta Tierra.
Las primeras pruebas realizadas en el meteorito muestran que tiene una composición química similar a la de las rocas volcánicas que se encuentran en la Tierra. Sin embargo, algunos de sus elementos han sido alterados a formas más ligeras, lo que sólo puede ocurrir cuando se expone a los rayos cósmicos presentes en el espacio. Estos elementos alterados demuestran que la roca viajó más allá de la atmósfera terrestre.
Según Jérôme Gattacceca, geofísico que dirige la investigación del NWA 13188, la concentración de estos elementos más ligeros, conocidos como isótopos, es demasiado alta para que pueda explicarse por procesos ocurridos en la Tierra. Los investigadores sospechan que la roca fue lanzada inicialmente al espacio por el impacto de un asteroide hace aproximadamente 10 mil años.
Aunque las erupciones volcánicas también pueden impulsar rocas a gran altura, los geólogos creen que es poco probable que sea la explicación de este hallazgo, ya que incluso las mayores erupciones volcánicas no llegan a salir de la atmósfera terrestre.
Una vez en el espacio, el meteorito habría estado expuesto a los rayos cósmicos galácticos, que son partículas de alta energía procedentes de explosiones de estrellas. Estos rayos cósmicos bombardean los meteoritos y dejan huellas isotópicas reveladoras.
En el caso del NWA 13188, los niveles de estos elementos son superiores a los de cualquier roca terrestre, pero inferiores a los de otros meteoritos, lo que sugiere que la roca pasó algún tiempo en órbita alrededor de la Tierra antes de volver a entrar en la atmósfera.
Otra pista que indica que la roca viajó al espacio es una brillante superficie fundida conocida como costra de fusión, que se forma cuando los meteoritos atraviesan la atmósfera terrestre. El NWA 13188 posee este rasgo distintivo.
El meteorito de unos 600 gramos fue adquirido en 2018 por Albert Jambon, un profesor francés jubilado, en una exposición de minerales y gemas en Francia. Jambon lo compró debido a su singularidad y aún no es consciente de su verdadero valor.
Es probable que la roca proceda de tribus nómadas beduinas que coleccionan piedras peculiares en el Sahara, por lo que es difícil determinar exactamente dónde aterrizó NWA 13188 después de regresar a la Tierra.
Se necesitan más investigaciones para confirmar el origen de la roca y su viaje por el espacio. De verificarse, este meteorito bumerán aportará valiosos datos sobre la compleja dinámica de los objetos que se desplazan entre la Tierra y el espacio.
Edición Astrid Sánchez
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