Antiguas comunidades de pastores que viven en la región angoleña del desierto de Namib muestran una ascendencia genética única que profundiza en los grupos ancestrales de nuestra especie en África.
África es el lugar de nacimiento de los humanos modernos y el continente con el mayor nivel de diversidad genética. Si bien los estudios de ADN antiguo están revelando algunos aspectos de la estructura genética de África antes de la expansión de la producción de alimentos, las cuestiones relativas a la preservación del material genético han limitado los conocimientos obtenidos a partir del ADN antiguo.
Con la esperanza de encontrar pistas en las poblaciones modernas, los investigadores de un TwinLab luso-angolés se aventuraron en el desierto angoleño de Namib, una región remota y multiétnica donde se encontraban diferentes tradiciones. El trabajo se publica en la revista Science Advances.
"Pudimos localizar grupos que se pensaba que habían desaparecido hace más de 50 años", dice Jorge Rocha, genetista de poblaciones del Centro de Investigação em Biodiversidade e Recursos Genéticos (CIBIO, Universidad de Oporto).
Entre las comunidades que encontró el equipo se encuentran los Kwepe, un grupo de pastores que solían hablar un idioma conocido como Kwadi.
"El kwadi era una lengua de clic que compartía un ancestro común con las lenguas khoe habladas por recolectores y pastores en todo el sur de África. Las lenguas khoe-kwadi se han relacionado con una migración prehistórica de pastores de África oriental", explica Anne-Maria Fehn, lingüista de CIBIO.
El equipo también se puso en contacto con grupos de habla bantú que forman parte de la tradición pastoral dominante del suroeste de África, así como con grupos marginados cuyos orígenes se han asociado con una tradición de búsqueda de alimento, distinta de la de los pueblos vecinos del Kalahari, y cuyo idioma original supuestamente se perdió.
El nuevo estudio del equipo muestra que los habitantes del Namib angoleño son bastante divergentes de otras poblaciones modernas, pero también muy estructurados entre ellos.
"De acuerdo con nuestros estudios previos sobre el ADN heredado de la madre, la mayor parte de la diversidad del genoma se segrega según el estatus socioeconómico. Muchos de nuestros esfuerzos se centraron en comprender en qué medida esta variación local y excentricidad global fue causada por la deriva genética.
"Un proceso aleatorio que afecta desproporcionadamente a poblaciones pequeñas y por mezcla de poblaciones desaparecidas", dice Sandra Oliveira, investigadora de la Universidad de Berna en Suiza que trabajó con estas poblaciones durante su doctorado.
El equipo demostró que, además del alto impacto de la deriva genética, que contribuyó a las diferencias entre grupos vecinos de diferentes estatus socioeconómicos, los descendientes de hablantes de kwadi y las comunidades marginadas del desierto de Namib conservan una ascendencia prebantú única que sólo se encuentra en poblaciones del desierto de Namib.
Con esta nueva información, los investigadores pudieron reconstruir a gran escala las historias de contacto que surgieron de la migración de pastores de habla khoe-kwadi y agricultores de habla bantú hacia el sur de África.
Además, el estudio demuestra que la investigación moderna sobre el ADN dirigida a regiones poco estudiadas de alta diversidad etnolingüística puede complementar los estudios de ADN antiguos para investigar la estructura genética profunda del continente africano.
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