Telescopio Gaia se apaga por falta de combustible

La nave espacial cesó sus operaciones para la ESA tras 12 años de exploración
Foto: ESA

Durante 12 años, el telescopio espacial Gaia de la Agencia Espacial Europea (ESA) estuvo creando el mayor mapa tridimensional de la Vía Láctea. El 15 de enero detuvo su exploración del espacio, pero en los próximos años los científicos planean publicar los datos procesados por el telescopio, lo que debería conducir a nuevos descubrimientos.

A diferencia de muchos esfuerzos previos que se basaban en el muestreo de poblaciones estelares específicas, Gaia midió con precisión la posición y el movimiento de unos 2 mil millones de estrellas y otros objetos no solo en la Vía Láctea, sino en otras galaxias también. Este extenso censo estelar proporciona información detallada sobre el movimiento, la luminosidad, la temperatura y la composición de las estrellas.

Uno de los aspectos que destacan a Gaia es que, aparte de haber podido llevar a la creación de una imagen detallada de la Vía Lactea sin haber salido de ella, estuvo observando los mismos objetos en múltiples ocasiones, lo cual permite no solo determinar sus posiciones, sino también las trayectorias de movimiento, proporcionando así una visión dinámica y tridimensional de nuestra galaxia.

Además, llegó a confirmar que la Vía Láctea presenta varios brazos que se extienden al exterior, así como señalar su evolución.

El objetivo del estudio era crear el mapa tridimensional más grande y preciso de nuestra galaxia. La primera entrega de datos de la nave espacial se publicó el 14 de septiembre de 2016, la segunda el 25 de abril de 2018 y la tercera el 13 de junio de 2022.

Ahora, Gaia se apaga porque se ha quedado sin el combustible de gas frío que utiliza para girar. El telescopio ha utilizado unos 12 gramos de este combustible al día desde su lanzamiento al espacio el 19 de diciembre de 2013.

En las próximas semanas, Gaia servirá de plataforma de pruebas para los científicos que trabajan en la mejora del control de la nave espacial. A continuación, el telescopio abandonará el punto de Lagrange L2, entre la Tierra y el Sol, y se trasladará a una órbita que excluye la influencia del sistema Tierra-Luna. En marzo-abril de 2025, el instrumento tomará su posición definitiva fuera de la esfera de influencia de la Tierra.

Sin embargo, a pesar del fin de la vida del telescopio, el trabajo de los científicos no termina. Ahora están preparando la cuarta entrega de datos, que se espera para mediados de 2026 y creen que esta entrega de datos, basada en 5,5 años de observaciones, debería superar a la anterior en volumen y calidad de datos.

A continuación, los científicos comenzarán a procesar la información de 10,5 años de observaciones, para crear una quinta entrega de datos que se espera para finales de la década de 2030. Eso significa que durante muchos años más los astrónomos harán nuevos descubrimientos en la Vía Láctea, basándose en esta información.


Edición: Fernando Sierra


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