NatureSweet reconoce que es más rentable cultivar tomates en México, pero dice que el clima es una de las principales razones. Los invernaderos de la empresa en México no necesitan sistemas de iluminación, calefacción o refrigeración debido a las condiciones climáticas durante todo el año.
“Puedes reubicar algunas industrias, pero no puedes reubicar la agricultura climática”, señaló Hulett.
Lance Jungmeyer, presidente de la Asociación de Productos Frescos de las Américas, que representa a los importadores de tomates mexicanos, dijo que Florida no produce los tomates maduros en la vid que los consumidores estadounidenses prefieren cada vez más. Los tomates de Florida se recogen cuando están verdes y se envían a almacenes para madurar, explicó.
“Florida no cultiva los tipos de tomates especiales que han despegado, pero quieren obtener protección”, comentó Jungmeyer. “Su cuota de mercado está disminuyendo por razones de su propia elección”.
Guenther no está de acuerdo. “Si pones un tomate de Florida frente a un tomate mexicano, creo que le iría muy bien en una prueba de sabor”, dijo.
Adrian Burciaga, copropietario de Don Artemio, un restaurante mexicano de alta gama en Fort Worth, Texas, no querría cambiar a un productor estadounidense. Lo compara con un buen vino; si quiere un buen cabernet sauvignon, lo obtiene de Napa, California. Si quiere un buen tomate que le recuerde a su infancia, lo obtiene de México.
“Conocemos los sabores que van a aportar a las salsas y moles. No queremos comprometer los sabores”, señaló.
Burciaga dijo que su restaurante utiliza de 136 a 180 kilogramos (300 a 400 libras) de tomates Roma de México cada semana. Actualmente paga 19 dólares por una caja de 11 kilos (25 libras) de tomates. No le entusiasma pagar el costo adicional, pero siente que no tiene otra opción.
Burciaga comentó que el impuesto al tomate —y la amenaza de que Trump implemente el arancel pausado del 25% sobre muchos otros productos de México— están dificultando la gestión de su negocio.
“Nos preocupa la parte de la incertidumbre. Un restaurante pequeño o mediano planifica su presupuesto. Sabemos de antemano que en seis meses las cosas aumentarán, por lo que podemos ajustarnos”, dijo. “Pero no sabemos estas cosas de antemano. ¿Cómo planeas y cómo reaccionas?”.
Edición: Fernando Sierra