Una vacuna experimental contra la COVID-19 de AstraZeneca y la Universidad de Oxford resultó segura y produjo una respuesta inmune dual en la etapa preliminar de ensayos con voluntarios sanos, indicaron el lunes los datos del estudio, generando expectativas de que pueda ser empleada a fines de este año.
El ensayo, iniciado en abril, se realiza con la participación de unas mil personas; la mitad de las cuales recibió la vacuna experimental. Generalmente, estas pruebas iniciales son diseñadas sólo para evaluar su seguridad, pero en este caso los expertos también esperaban ver qué tipo de respuesta inmunológica provocaba.
La vacuna, denominada AZD1222, ha sido descrita por el científico jefe de emergencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una candidata líder en la carrera global para detener la pandemia, que ha causado la muerte de más de 600 mil personas desde los primeros casos reportados en China en diciembre.
Más de 150 posibles vacunas se encuentran en diversas etapas de desarrollo. Farmacéuticas como la estadunidense Pfizer y la empresa la china Cansino Biologics también reportaron el lunes respuestas positivas en sus propias fórmulas.
La vacuna de AstraZeneca y la Universidad de Oxford, cuyo ensayo clínico inició en abril con unas mil personas, no presentó ningún efecto colateral grave en los voluntarios, que produjeron respuestas inmunes de anticuerpos y células T, según los resultados del ensayo publicados en la revista médica The Lancet. La respuesta más sólida fue detectada con la aplicación de dos dosis en individuos de entre 18 y 55 años, indicó.
“Estamos observando una buena respuesta inmunológica casi en todos”, declaró el médico Adrian Hill, director del Instituto Jenner de la Universidad de Oxford. “Lo que ésta vacuna hace particularmente bien es detonar ambas ramas del sistema inmune”.
El primer ministro británico, Boris Johnson, cuyo gobierno ha ayudado a financiar el proyecto, elogió los resultados como “una noticia muy positiva”, aunque los investigadores advirtieron que la vacuna aún está en etapa inicial de estudio.
“Aún hay mucho trabajo por hacer para confirmar si nuestra vacuna puede ayudar a controlar la pandemia de COVID-19”, dijo la investigadora Sarah Gilbert. “Todavía no sabemos cuán fuerte es la respuesta inmune que necesitamos provocar para efectivamente proteger contra una infección de coronavirus”.
La vacuna experimental contra COVID-19 causó efectos secundarios leves como fiebre, escalofríos y dolor muscular con mayor frecuencia en aquellas personas que han recibido una vacuna contra la meningitis.
AstraZeneca ha firmado acuerdos con gobiernos en varias partes del mundo para suministrar la vacuna si resulta efectiva y obtiene los permisos regulatorios. La compañía dijo que no buscará generar ganancias a partir de su vacuna durante la pandemia.
La fórmula AZD1222 inició ensayos a gran escala y de etapas finales para probar su eficacia. AstraZeneca ha firmado acuerdos para producir y suministrar más de 2 mil millones de dosis de una sola aplicación, y 300 millones de dosis han sido separadas para Estados Unidos.
Pascal Soriot, presidente ejecutivo de la compañia, dijo que están en vías de empezar a producir dosis para septiembre, y que la expectativa de que la vacuna esté disponible a fines de año depende de que puedan completarse las etapas finales de los ensayos, en vista de la disminución de la prevalencia del virus en Reino Unido.
La compañía ha iniciado etapas finales de ensayos clínicos en Brasil y Sudáfrica, donde la prevalencia de contagios es más alta. Comenzará pronto las pruebas en Estados Unidos.
Edición: Ana Ordaz
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