Cientos de manifestantes incendiaron el martes el Parlamento de Nepal tras la dimisión del primer ministro, KP Sharma Oli, después de que la represión de protestas contra el gobierno el lunes dejara al menos 25 muertos.
Una de las víctimas es Rajyalaxmi Chitrakar, esposa del ex jefe de gobierno Jhalanath Khanal. La mujer fue quemada dentro de su vivienda en Katmandú y murió en el Hospital de Quemados de Kirtipur después de ser rescatada con heridas críticas, según confirmaron a EFE fuentes hospitalarias.
La policía reportó otros dos fallecidos en un tiroteo con fuerzas de seguridad en el barrio de Kalimati.
"Cientos de personas penetraron en el recinto del Parlamento y prendieron fuego al edificio principal", declaró a AFP un portavoz de la secretaría de la Cámara, Ekram Giri.
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Videos difundidos en las redes sociales muestran una espesa columna de humo envolviendo el edificio, en el corazón de la capital nepalí, Katmandú.
Las manifestaciones empezaron el lunes para protestar contra la decisión del gobierno de bloquear las redes sociales y denunciar la corrupción.
Al menos 25 personas murieron, y según Amnistía Internacional, la policía usó munición real contra los manifestantes.
Las autoridades levantaron luego el bloqueo, que llegó a afectar a 26 sitios, entre ellos Facebook, YouTube, X y LinkedIn, que no se registraron ante las autoridades en el plazo establecido.
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El martes, a pesar del toque de queda, grupos de jóvenes manifestantes salieron a las calles de Katmandú y arremetieron durante todo el día contra edificios públicos y residencias de dirigentes políticos.
Algunos lograron apoderarse de las armas de fuego de los policías encargados de proteger el complejo gubernamental de Singha Durbar, según constató un periodista de AFP.
La residencia del primer ministro, de 73 años, también fue incendiada, según un fotógrafo de AFP.
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El jefe de gobierno anunció su dimisión a mediodía "con el fin de dar nuevos pasos hacia una solución política", declaró en una carta dirigida al presidente.
KP Sharma Oli inició su cuarto mandato el año pasado, después de que el Partido Comunista, al que pertenece, formara una coalición de gobierno con el Congreso Nepalí, de centro izquierda.
El presidente aceptó la renuncia de KP Sharma Oli y lo nombró para liderar un gobierno interino hasta que se constituya uno nuevo, aunque no estaba claro qué poder ejercería ni siquiera dónde se encontraba.
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Continúan las protestas
La renuncia del primer ministro pareció tener poco efecto en las manifestaciones. Decenas de miles de personas permanecieron en las calles hasta altas horas de la noche, bloqueando carreteras, asaltando edificios gubernamentales e incendiándolos, y, en algunos casos, atacando a líderes políticos. Helicópteros del ejército trasladaron a algunos ministros a lugares seguros.
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El descontento no ha dejado de crecer en este país de 30 millones de habitantes, a causa de la inestabilidad política, la corrupción y el bajo crecimiento económico.
La franja de edad de entre 15 y 40 años representa 43 por ciento de la población, según estadísticas oficiales, y el desempleo ronda 10 por ciento. El PIB per cápita es de apenas mil 447 dólares, según datos del Banco Mundial.
El país se convirtió en una república federal en 2008 después de una larga guerra civil y un acuerdo por el que los maoístas entraron en el gobierno, y la monarquía quedó abolida.
La policía dispara contra la multitud
Las manifestaciones del lunes aumentaron hasta decenas de miles de personas en Katmandú y la multitud rodeó el edificio del Parlamento antes de que la policía abriera fuego contra los manifestantes.
Además de los 25 muertos, decenas de personas resultaron heridas.
Antes de dimitir, Oli afirmó que formaría una comisión de investigación que presentaría un informe sobre el tiroteo en 15 días. Añadió que se indemnizaría a las familias de los fallecidos y que los heridos recibirían tratamiento gratuito.
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Descontento por la prohibición de las redes sociales y la corrupción
Las manifestaciones en Nepal han sido llamadas la protesta de la Generación Z, que generalmente se refiere a las personas nacidas entre 1995 y 2010. Fueron en gran medida una respuesta a la prohibición que entró en vigor la semana pasada y al intento más amplio del gobierno de regular las redes sociales a través de un proyecto de ley que requiere que las plataformas se registren y se sometan a la supervisión y regulaciones locales.
El proyecto de ley, que aún no se ha debatido plenamente en el parlamento, ha sido ampliamente criticado por ser una herramienta de censura y castigo para quienes expresan sus protestas en línea. Organizaciones de derechos humanos lo han calificado como un intento del gobierno de limitar la libertad de expresión y violar los derechos fundamentales.
Al mismo tiempo, las protestas también fueron un punto de inflexión de un sentimiento de larga data contra los políticos, sus familias y las preocupaciones por la corrupción.
En las semanas previas a la prohibición, una campaña en redes sociales, en particular en la plataforma de videos TikTok, puso de relieve el lujoso estilo de vida de los hijos de los políticos, destacando las disparidades entre los ricos y los pobres de Nepal.
Presos huyen de varias cárceles
La violencia se extendió también a las cárceles. Según informó el medio local Onlinekhabar, más de 900 presos escaparon de la prisión de Kaski, en Pokhara, después de que manifestantes del movimiento Generación Z irrumpieran en el recinto, golpearan a agentes de seguridad y destruyeran parte de las instalaciones para facilitar la fuga.
Otras cárceles como las de Kailali y Lalitpur fueron incendiadas, informó el medio local The Kathmandu Post.
Edición: Estefanía Cardeña