Imágenes del momento en que Ahmed intervino circularon ampliamente en redes sociales tras el ataque.
“Voy a morir. Por favor, díganle a mi familia que bajé para salvar vidas humanas”, le dijo Ahmed a su primo, según Alkanj.
La familia informó previamente que Ahmed estaba hospitalizado con heridas de bala en el brazo y la mano, pero que se encontraba “de buen ánimo”.
Su padre destacó que sus acciones reflejan el impulso del hombre de 43 años de proteger a los demás y lo calificó como un “héroe de Australia”.
En declaraciones a ABC Australia a través de un traductor, Mohamed Fateh al-Ahmed relató: “Su amigo le dijo: ‘Vamos a tomar un café a Bondi’. Llegaron y se sorprendieron al ver a hombres armados disparando armas contra los presentes”.
Ahmed identificó a uno de los atacantes a lo lejos, escondido detrás de un árbol.
“Mi hijo es un héroe. Sirvió en la policía y en las fuerzas de seguridad centrales, y siempre ha tenido el impulso de proteger a la gente. Cuando vio personas tiradas en el suelo y sangre por todas partes, su conciencia lo obligó a abalanzarse sobre uno de los terroristas y desarmarlo. Me siento orgulloso y honrado: mi hijo es un héroe de Australia”, afirmó su padre.
Actualmente, Ahmed se recupera en el hospital tras recibir disparos en el brazo. Sus padres contaron que Ahmed emigró desde Siria a Australia en 2006, mientras que ellos llegaron hace apenas unos meses después de años separados de él.
Según The Times, el abogado de Ahmed, Sam Issa, lo visitó en el hospital y confirmó que el hombre mantiene su determinación: “Dijo que lo volvería a hacer. Pero el dolor ha empezado a afectarlo. No se encuentra bien; fue acribillado a balazos. Nuestro héroe está pasando por momentos difíciles”.
Su madre, Malakeh Hasan al-Ahmed, expresó su orgullo por su hijo: “Estoy orgullosa de que ayudara a la gente. Salvó vidas y almas. Dios no le haría daño porque es una persona bondadosa. Vio que las personas estaban muriendo y, cuando el atacante se quedó sin munición, se la quitó, pero fue alcanzado. Oramos para que Dios lo salve”.
La policía de Nueva Gales del Sur confirmó que 16 personas murieron durante el tiroteo, incluido un presunto pistolero. Las autoridades identificaron a los sospechosos como Sajid Akram, de 50 años, y su hijo Naveed Akram, de 24. Sajid murió en el lugar tras recibir un disparo de la policía; Naveed resultó herido, pero se espera que sobreviva y enfrente cargos criminales.
Edición: Ana Ordaz