Nana tocó tierra en Belice, azotando una zona relativamente deshabitada con fuertes lluvias y vientos, antes de debilitarse en su avance por Guatemala y disiparse el jueves en la noche.
El meteoro tocó tierra entre las localidades costeras de Dangriga y Placencia poco después de la medianoche del jueves, a unos 80 kilómetros (50 millas) al sur de la Ciudad de Belice y con vientos máximos sostenidos de 120 km/h (75 mph), apenas dentro de la categoría de huracán, según los datos del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos.
Nana siguió su avance hacia el oeste y, tras convertirse en depresión tropical con vientos máximos sostenidos de cerca de 55 km/h (35 mph), se disipó durante la noche cerca de la frontera entre Guatemala y México.
Guatemala reportó fuertes lluvias, especialmente en la zona fronteriza, pero la agencia de coordinación de desastres guatemalteca no reportó muertes y señaló que nadie fue evacuado a albergues.
Las autoridades de Belice tampoco reportaron daños personales. Más de 4 mil personas, especialmente en el sur, se trasladaron a refugios gubernamentales.
La directora general de la Cruz Roja de Belice, Lily Bowman, dijo que había cuadrillas evaluando la magnitud de los daños en todo el país, pero reportes no confirmados indicaban que el mayor impacto se registró en las plantaciones de bananos.
“La población estaba completamente preparada para esta tormenta y activó sus planes de emergencia, por lo que, debido a que no fue una gran tormenta y a que el daño es limitado y mínimo en la mayoría de las regiones, se puede considerar un buen simulacro”, declaró.
Miles de personas se aprovisionaron de alimentos, agua y materiales de construcción el miércoles, antes de la llegada del meteoro.
Edición: Emilio Gómez
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