Texto y fotos: Notimex
La Jornada Maya
Bogotá, Colombia
Sábado 12 de noviembre, 2016
El presidente Juan Manuel Santos pidió esta noche a los colombianos que “sea la paz la que nos permita unirnos como nación y tomar a manos llenas las oportunidades que la tranquilidad, la seguridad y la unión nos abren”.
“Es la hora de la unión y la reconciliación … Es la hora de dejar atrás las divisiones... Es la hora de sumar voluntades y unir esfuerzos para construir juntos la paz”, dijo Santos en una alocución de radio y televisión después del anuncio del nuevo Acuerdo de Paz, que hicieron los negociadores de las partes en La Habana.
Hace 40 días, “el 2 de octubre, apenas se publicó, reconocí el resultado del plebiscito en el que el No obtuvo la mayoría de los votos. Pero ese resultado no podía sepultar la esperanza de paz”, afirmó Santos.
El mandatario indicó que ese “resultado, en vez de paralizar el país y ahogarnos en la incertidumbre, teníamos que convertirlo en una gran oportunidad para unirnos alrededor del deseo de paz expresado por todos, independientemente de si votamos Sí o No ese día”.
“Era necesario llegar a un acuerdo – fortalecido con esos ajustes y cambios—q ue reflejara el sentir de la inmensa mayoría de nuestros compatriotas y poder construir así una paz más amplia, más profunda”, apuntó.
Santos aseguró que con las FARC-EP, se lograron “precisiones, ajustes y cambios en 56 de los 57 temas abordados”, en la mesa de La Habana, capital de Cuba.
El Centro Democrático, algunos dirigentes conservadores que votaron No, los partidos de la coalición para la paz, la Iglesia, las Altas Cortes y magistrados, las organizaciones religiosas y sociales, los empresarios, los cientos de miles de jóvenes que se movilizaron, presentaron sus respectivas propuestas.
Además de los sindicatos, las comunidades indígenas y afrodescendientes, las víctimas, los militares retirados, los movimientos de mujeres y los que reiteraron su apoyo al acuerdo, todos, aportaron sus ideas y propuestas para ajustar el acuerdo.
“Sus iniciativas contribuyeron a lograr este nuevo acuerdo que ahora es de todos. ¡DE TODOS! Porque la paz es de todos”.
“A los negociadores del gobierno nacional y a los de las FARC, también un especial reconocimiento”, puntualizó el mandatario colombiano, premio Nobel de la Paz 2016, por sus esfuerzos para pacificar este país sudamericano.
Uno de los temas “que más reclamaron los colombianos era que las FARC entregaran sus bienes y la plata que tengan disponible para reparar las víctimas. Eso se logró”, mencionó.
En el nuevo acuerdo, “las FARC tendrán que declarar y entregar todos sus bienes, so pena de perder los beneficios, y se usarán para reparar a las víctimas”.
Un reclamo “generalizado de los del No y los del Sí era que se definiera en qué consistía la restricción efectiva de la libertad, pues fue criticado como impreciso.
Varios grupos de empresarios han expresado su preocupación por el posible impacto a las inversiones y en la etapa postconflicto en la estabilidad macro económica.
“Para dar tranquilidad, se incluyó expresamente que la implementación se hará con respeto al principio de sostenibilidad fiscal, y se amplió de 10 a 15 años el plazo de implementación para reducir la presión fiscal, si es que la hubiera, y no afectar de manera alguna los programas prioritarios del gobierno”, comentó Santos.
Otra preocupación de “los empresarios era que se desatara una posible cacería de brujas en la aplicación para ellos de la justicia transicional”.
“Ese temor quedó totalmente disipado y los empresarios satisfechos. Los que no sean responsables de crímenes graves tienen la posibilidad de obtener la terminación de los procesos que hoy los puedan afectar en la justicia ordinaria”.
Muchos sectores, en “particular de militares retirados, veían con preocupación el tratamiento de agentes del Estado en la Justicia Especial de Paz”.
“Este temor se resolvió. Logramos una fórmula que garantiza a nuestros soldados y policías, en servicio activo y retirados, los máximos beneficios, pero con total seguridad jurídica. Esta solución dejó tranquilos a todos. Es lo mínimo que podíamos hacer por ellos y había sido un compromiso personal mío”, agregó.
En el nuevo acuerdo “se incluyó expresamente que el partido que surja de la reincorporación de las FARC no podrá, repito, no podrá inscribir candidatos para esos espacios. Esta modificación dejó satisfechos a muchos de los voceros del NO que habían expresado preocupación por este tema”.
Por solicitud de los diferentes sectores políticos del Sí y del No, se redujo desde el primer año en 30 por ciento la financiación al partido de las FARC para que quede en igualdad de condiciones con los demás partidos.
En este mismo capítulo, quedó claro que la protesta social debe ser siempre pacífica, y que el Estado tiene la obligación de proteger los derechos de todos los ciudadanos.
Uno de los temas “más delicados en todos los acuerdos de paz, es el de la protección de los reincorporados a la vida civil. En Colombia hemos sufrido especialmente ese drama. Por eso en el acuerdo se creó una comisión de protección y garantías de seguridad, en la que tenían participación las FARC”.
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