Alonso Urrutia
Foto: Cristina Rodríguez
La Jornada Maya
Mérida, Yucatán
Miércoles 20 de septiembre, 2017
En el centro de la tragedia provocada por el sismo, en la escuela "Enrique Rébsamen" se asoma una esperanza de vida, después de toda una madrugada de fracasos o esfuerzos que sólo condujeron a la recuperación de cadáveres a lo largo de la madrugada. Entre el afanoso empeño de decenas y decenas de rescatistas que se concentran en el infortunado colegio se ha confirmado que entre la mole de concreto en que se convirtió el plantel hay una niña con vida.
No se han escatimad esfuerzos, tecnología o estrategias que aprovechan las habilidades caninas para detectar movimiento, olfatear personas. La mas diversas formas ingeniadas para el rescate de vida se aplican en esta operación encabezada por el Ejército. A la distancia, el puño en alto alerta sobre la necesidad del silencio absoluto para facilitar el contacto oral del rescatista que se ha sumergido en las entrañas del inmueble para sacar a la menor.
La cadena humana opera casi marcialmente. Cada rescatista conoce bien sus tareas, coordina sus esfuerzos con el conjunto de compañeros en apoyo al “topo” que se ha introducido al inmueble. Otros remueven con cautela el concreto alrededor para abrir, en lo posible, el estrecho resquicio y ayudar al rescate, en tanto que la cadena de cubetas que sacan escombros. Es imperioso ir lentamente abrir una vía de salida.
Militares controlan y coordinan la operación que ha incluido la improvisada colocación de polines de madera, como improvisada forma, por endeble que sea, de apuntalar lo que resta del edificio colapsada y en previsión de posibles replicas que pongan en riesgo la vida de los rescatistas.
La expectativa hasta el momento sigue, como un aliento de ánimo en medio de tanto desazón, desesperanza ante el dramático saldo que ha arrojado el colapso del edificio: más de una veintena de cadáveres de alumnos de primaria y profesores, han sido sacados del lugar.
Los trabajos continúan con el objetivo central de salvar la vida de a menor tras 21 horas de estar atrapada en su colegio.
Publicaban los videos de sus agresiones en redes sociales
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