Foto y texto: Agencia ID
La Jornada Maya

Ciudad de México
Martes 25 de julio, 2017

“Es común que dentro de la industria alimentaria exista una sobre producción de frutas y verduras que derive en el desperdicio de toneladas de comida; nosotros creamos este sistema para dar un valor agregado a aquellos productos y no desecharlos”, refirió Roberto A-gustín Alcaraz Rodríguez, ingeniero mecánico egresado de la UNAM y quien es parte de una empresa que innovó los deshidratadores solares que logran secar frutos y conservarlos hasta por diez años sin que pierdan sus propiedades nutricionales.

Los desarrollos tienen una altura de un metro con ochenta centímetros, dos metros de ancho y se conforma por un cuerpo oscuro y está pensado así para absorber la luz; como complemento y a fin de acaparar la energía luminosa, el sistema cuenta con un captador solar en forma de una lámina plana.

Cabe señalar que una vez dentro, la energía no sale, ya que se genera un efecto invernadero similar al de la tierra, es decir, como cuando se envían gases a la atmósfera y se genera un tipo “colchón” que sirve como barrera para impedir la salida del calor.

La acumulación y transformación de la luz en calor es gracias a un intercambio de energía electromagnética que posteriormente se transforma en térmica. El calor comienza a inyectarse a un contenedor vertical y comienza a fluir gracias a diferencia de densidades, “el equipo cuenta con una columna donde se colocan los alimentos y por donde de abajo hacia arriba corre el fluido térmico de aire caliente, de esta forma comienza el secado de frutas, verduras y hierbas”, profundizó Alcaraz Rodríguez.

Cabe señalar que el sistema funciona incluso sin luz del sol continua gracias a la energía electromagnética almacenada. Para obtener un fruto seco, depende del nivel de humedad que el alimento tenga, por ejemplo, el nopal, que tiene cerca del 98 por ciento del agua y el resto es materia orgánica, demora cerca de dos días, pero la manzana, pera y zanahoria tardan menos.

Por otra parte, en torno a las ventajas de utilizar dichos deshidratadores solares, el emprendedor mexicano mencionó: “Se tiene una vida útil mayor del producto, ya que al no contener agua tarda más en descomponerse, nosotros tenemos muestras de hasta diez años intactas que no han perdido sus propiedades nutricionales, ya que las temperaturas utilizadas van entre 40 y 45 grados centígrados, si se rebasa ese calor se desnaturaliza el fruto y se queman sus propiedades”.

Actualmente la empresa Labizet cuenta con más de 100 deshidratadores solares con capacidad de generar cinco toneladas de alimento seco por semana, es considerada la primera “granja deshidratadora solar” del país y tiene sus instalaciones en la Ciudad de México, en el pueblo de Santa Cruz Acalpixca, Xochimilco.


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