Víctor Ballinas y Andrea Becerril
Por unanimidad, el Senado de la República aprobó reformas a la Ley General de Salud, a fin de prohibir los experimentos con animales en la industria cosmética.
Los 103 legisladores presentes avalaron esa reforma que, según expusieron en tribuna, una veintena de oradores, busca acabar con la crueldad, violencia y tortura a que se somete a ratas, cuyos, cerdos, conejos, changos y otros especímenes, para producir cosméticos por los esa industria gana millones de dólares anuales.
La sesión presidida por Olga Sánchez Cordero, fue seguida, desde el palco de invitados del pleno por su suplente, Jesusa Rodríguez, quien, en los últimos tres años ocupó el escaño de la entonces titular de Gobernación e impulsó fuertemente la iniciativa con esa reforma, que ayer fue turnada al ejecutivo federal para su promulgación.
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En los escaños se colocaron fotos de mascotas y una veintena de oradores resaltaron la importancia de ese cambio legal, en un contexto de 115 millones de animales muertos en todo el mundo de forma lenta y dolorosa, al ser usados para probar cremas, perfumes y otros productos de belleza.
“Este es un día histórico para estos seres vivos que no tienen voz, pero que deben ser tratados con dignidad”, recalcó el coordinador de Morena, Ricardo Monreal, autor de la iniciativa. Nadie, abundó en tribuna el morenista, puede estar en contra de prohibir que las empresas de artículos de belleza dejen de usar animales vivos para sus experimentos.
Monreal, subrayó desde la tribuna, esta modificación es muy importante porque contiene no sólo la prohibición para el uso de animales vivos, para realizar cosméticos, experimentos o cualquier otro, sino que obliga que el etiquetado de los artículos que se produzcan y se fabriquen con el uso de animales puedan ser asegurados por la autoridad y también clausurar los establecimientos mercantiles que se dediquen a la venta de artículos elaborados con animales.
Sylvana Beltrones, senadora del PRI, destacó: no es un secreto que detrás de la fabricación de gran parte de jabones, cremas faciales, cremas corporales, shampoos, maquillajes, hay una gran realidad: el maltrato animal.
Millones de animales mueren cruelmente por las pruebas, “se les obliga a consumir sustancias que dañan su salud y enfrentan una muerte cruel. La industria cosmética en México vende 10 mil millones de dólares anuales”.
La senadora de MC, Verónica Delgadillo, resaltó: “115 millones de changuitos, perritos, conejo, ratones, y un sinnúmero de animales son sometidos a prácticas de tortura, porque no tienen anestesia ni analgésicos”.
Las reformas establecen que no podrán fabricarse, importarse ni comercializarse productos cosméticos cuando en su formulación final medien o hayan mediado pruebas en animales, y contengan ingredientes o combinaciones de estos que sean o hayan sido objeto de pruebas.
También, contiene sanciones de dos a siete años de prisión y multa equivalente de 200 a 2 mil veces el valor de la Unidad de Medida y Actualización, a quien contrate, autorice, conduzca, participe o desarrolle pruebas cosméticas en animales.
Dispone que, para garantizar el derecho a la información del consumidor, el etiquetado de todos los productos cosméticos comercializados podrá señalar que en su fabricación no se han llevado a cabo este tipo de pruebas.
El senador Raúl Bolaños-Cacho Cué, del PVEM, enfatizó que el bienestar animal y la bioética son temas imprescindibles de la legislación mexicana; en este caso -dijo- se busca garantizar que estos seres vivos no sufran ni mueran en laboratorios por pruebas de cosméticos.
La senadora del tricolor Nuvia Mayorga precisó: “a nivel mundial 115 millones alrededor del mundo son utilizados para experimentar con productos de belleza. Desafortunadamente, en Latinoamérica, Brasil, México y Argentina, son los países que encabezan la lista de experimentación. Se calcula 5 millones de víctimas de éstas prácticas, que son quemados, mutilados, envenenados y gaseados en muchos de los casos”.
En México, resaltó Mayorga, los más usados son los ratones, los conejos y los cuyos, para experimentar sobre afectaciones internas y el daño en la piel que le pudiera ocasionar a una persona. En otros países, dijo, se utilizan ratas, aves, peces y hasta cerdos para realizar pruebas de laboratorio.
Se remitió al Ejecutivo Federal para los efectos del artículo 72 constitucional.
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