Otorga Instituto Nacional de Astrofísica ‘honoris causa’ a Poniatowska

“Me conmueve una barbaridad este reconocimiento en un lugar que amo profundamente”
Foto: Paula Carrizosa

En el contexto de su 50 aniversario, el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE) entregó este viernes, desde la comunidad de Santa María Tonantzintla, el doctorado honoris causa a la reconocida escritora y periodista Elena Poniatowska Amor (París, Francia, 1932), siempre ligada la historia del instituto al compartir su vida con Guillermo Haro, uno de los fundadores y directores de esa institución.

“Me conmueve una barbaridad este reconocimiento en un lugar que amo profundamente”, dijo Poniatowska Amor al recibir la distinción de manos de María Elena Álvarez-Buylla, directora del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), del director del INAOE, Edmundo Gutiérrez y del secretario de Educación Pública de Puebla, Melitón Tapia.

“Qué diría Guillermo Haro del reconocimiento; que diría Haro del reconocimiento que me hacen; o don Braulio Iriarte o don Luis Terrazas quien subía a la cuesta todas las mañanas para observar las manchas del sol (…) Diría que vivir en un mundo al revés, tan sorprendente”, expuso Elena Poniatowska.

La también merecedora del Premio Cervantes de Literatura en 2013, acotó que a 33 años después de la muerte de Haro, “me destantea que ustedes hombres de ciencia, jóvenes, trabajadores de Tonantzintla, me envuelvan en el gran abrazo del mundo de la ciencia, al que solo tengo acceso porque ustedes me abren los brazos y supongo que lo hacen porque creían en Guillermo Haro, en su observación del cielo nocturno. Yo creo en el INAOE y en sus antiguos y nuevos investigadores; creo me resulta tan indispensable como la presencia del Popocatépetl y la Iztaccíhuatl, los dos guardianes del INAOE que nos comunican con el cielo”.

De manera memoriosa, hizo referencias al astrónomo mexicano Guillermo Haro (1913- 1988), su vida durante 45 años en el instituto y en Tonantzintla, y su forma de vivir para el cielo “que está aquí mismo en la tierra, que también es el cielo, porque lo de arriba es lo de abajo”, así como la manera en que descansan sus cenizas en esta comunidad.

De paso, la autora de "Universo o nada: biografía del estrellero Guillermo Haro", destacó la forma en que en el instituto se unieron “mentes brillantes” y la aportación de las mujeres en la ciencia, no obstante lamentó que a pesar del crecimiento de investigadoras en materias como la astrofísica, las féminas solo representan el 20 por ciento en ese rubro en la UNAM.

“Tuve acceso al mundo la ciencia a través de un gran hombre, Guillermo Haro y ahora ustedes científicos del INAOE me premian cuando apenas sé que dos por dos son cuatro, y cuatro y dos son seis, y seis y dos son ocho, y ocho, 16. Guillermo repetía que los escritores y los poetas son unas divas, figuran como vedettes en los diarios de México, en cambio los científicos casi nunca aparecen”, expuso para luego ser ovacionada en la larga ceremonia de celebración.

En su caso, María Elena Álvarez-Buylla, directora del Conacyt, reconoció que Elena Poniatowska es una autora que sabe transmitir afectos y conocimientos, algo que a veces los científicos no están capacitados para hacer. “El INAOE se honra con la presencia de Elena, una de las mujeres más importantes de México, con resonancia de las humanidades y la ciencia, que sabe engarzar y lograr un intercambio transformador. De Elena siempre la calidez y la palabra oportuna y reflexiva que han descrito el México profundo y caleidoscópico”, definió la funcionaria federal.

Sobre los 50 años del INAOE, señaló que forma parte de un momento de transformación profunda en la que no se entiende a la ciencia si no es con la guía de las humanidades: “Si no es una ciencia de la humanidad, envuelta en ética y sentido social”. Acotó que celebrar el aniversario de este centro público es motivo de orgullo, pues marca el inicio y la continuidad de un ciclo virtuoso para la ciencia y el conocimiento que retoman su rumbo con la honestidad, para dejar de simular y corromper a la ciencia en favor de intereses que han dominado al periodo neoliberal científico del país.

“Es un referente nacional —continuó Álvarez-Buylla— en la investigación y desarrollo que va contribuyendo a una mejor comprensión a los desafíos que llama el mundo. A pesar de desvíos del quehacer científico todo el valor científico, humano y de infraestructura le ha permitido desarrollar iniciativas”.

Como ejemplo, citó el sistema de rehabilitación para personas que han sufrido un infarto cerebral, que habla de las contribuciones del INAOE en un campo específico; las inyecciones sin agujas a través de láser y técnicas no invasivas para el control de la diabetes; y el desarrollo de un sensor para detectar el virus y un diagnóstico rápido.

En la ceremonia, Edmundo Gutiérrez, director del INAOE, centro perteneciente al Sistema de Centros Públicos de Investigación del Conacyt llamó a los jóvenes los que tomen “la estafeta y llevar al futuro” al instituto. “Más que sentirnos como poseedores de conocimientos, como investigadores o técnicos, hay que sentirnos como seres humanos, interactuar más y transmitir del conocimiento en forma de soluciones para la sociedad”.

En su discurso recordó el ejemplo de la vinculación que hicieron investigadores del instituto cuando años atrás intervinieron en la conservación del Mural de los Bebedores que se encuentra en el interior de la zona arqueológica de Cholula, algo que hizo honrar “su compromiso y vinculación social”, para recuperar el pasado y aplicar los conocimientos del presente.

Gutiérrez, quien conoció y convivió con Guillermo Haro, recordó que el INAOE era un centro de investigación más campirano que hacía interactuar a sus estudiantes. “Era una convivencia interesante y eso ha ido permeando los 50 años del instituto”. Señaló que, con la cancelación de un timbre postal conmemorativo, se dejó en claro que el INAOE es una institución comprometida con la sociedad y con sus estudiantes que son el insumo, el futuro, lo que tienen que llevar la estafeta.

“Estamos comprometidos a formar estudiantes de una forma integral para que contribuyan y transformen la sociedad para bien”, aseveró acompañado de José Alejandro Díaz Méndez, titular de la Unidad de Articulación Sectorial y Regional del Conacyt; Feliciano Hernández, director de Planeación y Evaluación de la Secretaría de Educación Pública federal; por el vicealmirante Héctor Pineda y el brigadier Héctor Jiménez.

En el acto, se recordó la labor y trayectoria de cuatro investigadores fallecidos en 2021: Javier de la Hidalga Wade, Pedro Tecuatl Tecuatl, Oleksandr Malik y Luis Raúl Berriel Valdós; éste último homenajeado por su compañero y amigo Mariano Aceves, quien recordó que formado en Física por la UNAM y doctorado en Óptica por el INAOE, fue un líder en el campo de la óptica, fundador y profesor de varias generaciones, aficionado a la medicina alternativa, y creador de proyectos premiados y reconocidos.

Por su “entrega y pasión” se reconocieron a los investigadores con 25 años de servicio: Trinidad Cielo Tecuatl, Sinaí Martínez Cruz, Yalia Divakara, Gabriel Constantito Martínez, Ivanio Puerari, José Juan Reyes, Francisco Sánchez Mora y Patricia Sanpedro García. Por 30 años, a José Julio Alejandro Flores Tolama, Leticia Ramírez Villalba, Rubén Ramos García, Alejandro Ata Pérez, Alejandro García Benítez, Leticia Briones Hernández, Marcelo Iturbe Castillo, Francisco Javier Miramón, Héctor Manuel Moya Cessa, Rubén Ramos García, María Lunica y Sofía Sánchez Coliote.

Mientras que por 35 años de servicio fueron aplaudidos José Inocente Tecuanhuehue López, Manuel Gerardo Corona Galindo, Alejandro Landa Landa, Mónico Linares Aranda y Ponciano Rodríguez Montero. Por 40 años hubo un solo galardonado: Carlos Zúñiga Islas, de la coordinación de Electrónica, lo mismo por 50 años de servicio: Anselmo Alejandro Cornejo Rodríguez, investigador emérito del Conacyt, “testigo de la creación desarrollo y equipamiento de varias áreas, rodeado de gente valiosa y entrañables amigos”.

EL INAOE, fundado el 11 de noviembre de 1971, es heredero de una tradición científica que data de 1942, cuando Luis Enrique Erro Soler fundó el Observatorio Astrofísico Nacional de Tonantzintla, con la Cámara Schmidt de la cual se posee una colección de alrededor de 15 mil placas astro fotográficas. Su inauguración abrió las puertas a la astronomía moderna en México y Latinoamérica, gracias a la labor realizada por astrónomos reconocidos como el propio Erro Soler, Luis Rivera Terrazas, Luis Munch, Enrique Chavira y Guillermo Haro.

 

Edición: Laura Espejo


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