Por primera vez, después de los hechos ocurridos el 2 de octubre de 1968, miles de estudiantes se animaron a tomar las calles de la Ciudad de Mexico nuevamente en exigencia de sus derechos como consecuencia de una movilización que comenzó en la a Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL).
Y de la misma forma en la que fueron reprimidos en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, los manifestantes del 10 de junio de 1971 fueron víctimas de un régimen autoritario que los silenció con violencia.
La fecha es reconocida en la historia de México como el Jueves de Corpus o El Halconazo, que tiene su origen en la detención de cientos estudiantes de la UANL, quienes reclaman por una reforma que vulneraba la autonomía universitaria.
En respuesta a la detención de los regios, miles de estudiantes del Instituto Politécnico Nacional (IPN), de la UNAM, de la Escuela Normal Superior, de la Universidad Iberoamericana y Escuela de Agricultura de Chapingo, así como otros colectivos universitarios, organizaron una movilización el día de Corpus Christi.
La ruta era del Casco de Santo Tomás con destino al Monumento a la Revolución, pero antes de llegar al punto final fueron encapsulados por elementos paramilitares que se identificaban con el nombre de Halcones, un grupo de choque que operaba de forma clandestina.
Los Halcones se encargaron de atacar a los estudiantes con varas de bambú, palos y armas de fuego. Los manifestantes eran detenidos, resultaban lesionados e, incluso, perdían la vida; se estima que hubo al menos 120 víctimas mortales.
Los hechos, ocurridos durante el sexenio de Luis Echeverría Álvarez, fueron confirmados por cientos de testimonios de testigos y víctimas, quienes aseguran que el tiroteo se prolongó durante varias horas.
Esta versión es confirmada por el archivo fotográfico de la Colección Hermanos Mayo, en poder del Archivo General de la Nación (AGN), el cual documenta la brutalidad de los Halcones contra los estudiantes y que deja clara la nula intervención de las fuerzas policíacas.
“Además, se llegaron a identificar varios tiradores que estaban distribuidos por las azoteas de los edificios aledaños, quienes tenían el objetivo de disparar contra los que intentaban escapar del lugar”, señala el Archivo General de la Nación.
El Jueves de Corpus es un hecho que demuestra la coordinación entre fuerzas del orden y un grupo paramilitar, que incluso se atrevió a ir a los hospitales a culminar la matanza de estudiantes.
Aunque durante muchos años se negó la existencia de Los Halcones, los testimonios y las pruebas fotográficas evitaron que se sustentara esa mentira y autoridades admitieron que el grupo operaba en la Ciudad de México; sin embargo, a 53 años de los hechos, ninguna persona ha sido declarada responsable de la agresión.
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