Cuicuilco, un sitio de gran relevancia cultural que se ubica en la alcaldía Tlalpan de la Ciudad de México, es reconocido por ser de las zonas arqueológicas más importantes para explicar la aparición y desarrollo de las altas culturas en Mesoamérica.
Los hallazgos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en la zona dejaron al descubierto una forma de entierro extraordinaria: además, de las clásicas sepulturas individuales, arqueólogos hallaron un entierro múltiple compuesto por nueve personas.
Las osamentas halladas en el entierro múltiple corresponden a individuos de distintas edades y sexos que fueron acomodados de forma radial, es decir, formando un círculo.
Se considera que los cuerpos fueron depositados de forma simultánea.
Además, por la forma en la fueron encontrados se cree que el entierro fue realizado con suma dedicación ya que los cuerpos se fueron engarzando unos con otros.
Eso no es todo, entre las piernas, debajo de la cabeza, de la cadera y los pies de las personas fallecidas se distribuyeron ofrendas cerámicas para acompañar el paso al más allá.
Investigadores hallaron cerca del entierro restos de huesos de venado cola blanca y de guajolotes, lo que indica que esa era la dieta de los antiguos habitantes de Tlalpan.
Cuicuilco es para el INAH un ejemplo de la presencia humana en esta alcaldía antes del surgimiento de Tenochtitlán.
Los especialistas señalan que la población se asentó entre el año 700 y 200 antes de nuestra era.
De acuerdo con la arqueóloga del INAH, Jimena Rivera Escamilla, en Cuicuilco se consolidaron muchos de los rasgos de las sociedades mesoamericanas.
“Se trataba de asentamientos con actividades productivas bien organizadas, como la agricultura, la alfarería y la construcción”, explica.
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