El trompo, el balero, el yoyo, la matatena, la resortera, la pirinola y otras piezas artesanales de juguetería mexicana están profundamente asociadas con la identidad del país, sin embargo han estado siendo sustituidos por importaciones asiáticas, sobre todo de China.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) de México identificó que la producción de estos juguetes ha disminuido, con un déficit sostenido desde hace varios años, pues, por ejemplo, en 2016 se exportaron alrededor de mil 200 millones de dólares de estos objetos y en 2018 únicamente mil millones.
México importa más juguetes de los que exporta y adquiere del extranjero sobre todo consolas de videojuegos, bloques de construcción, figuras de personas y animales, muñecas con vestidos y artículos diversos, indicó la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en un comunicado.
El Inegi registró que 80,2 por ciento de los juguetes de importación que circulan en México provienen de China, frente a 6,6 por ciento de Estados Unidos, seguidos por Vietnam, Hungría y Dinamarca, en orden descendiente.
Ante este escenario un especialista en comercio exterior consultado por la UNAM, Arturo Ortiz Wadgymar, recomendó generar una política industrial en el país latinoamericano que fomente la fabricación de productos que ahora se importan al gigante asiático.
México, estimó, cuenta con ingenieros y tecnología para sustituir estas adquisiciones chinas incluso en materia de videojuegos y alta tecnología, además de que se podría explorar la industria del videojuguete.
También propuso aprovechar los lineamientos del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) para impulsar que las inversiones de estos socios comerciales en China se trasladen paulatinamente al territorio latinoamericano, con lo que además se generarían ahorros en materia de transporte.
Los cambios acelerados en el ámbito tecnológico, evaluó, han generado que juguetes de plástico y madera, entre otros materiales,q uedaran obsoletos, además de que los cambios de la apertura comercial han afectado la competitividad de los fabricantes mexicanos.
El juguete mexicano, calificó, ha dejado de usarse en el juego mismo y se concibe más como un producto artesanal de colección. El Inegi identificó 27 empresas a cargo de la concentración de juguetes en México, con insumos de producción 46,7 nacionales y 53,3 de importación.
La dependencia estadística identificó que el principal comprador de juguetes mexicanos es Estados Unidos, con 88,2 por ciento del destino, seguido por República Checa, China, Canadá, Francia y Reino Unido, en orden descendente.
La época navideña, pensó Ortiz Wadgymar, es un buen momento para publicitar y promover el juguete mexicano, además de que llamó a aplicar criterios nacionalistas para llamar a los consumidores a preferir primero el juguete local, al que consideró capaz de fomentar el ingenio de los menores.
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