En todo México el Día de Muertos es una fiesta y aunque cada cultura tiene su propia cosmovisión, todas las tradiciones coinciden en que las personas que ya fallecieron pueden volver de visita durante algunos días.
En la región de La Huasteca se celebra el Xantolo, del náhuatl que significa Fiesta de las Ánimas, y consiste en todo un festival para honrar a la muerte.
Esta celebración de origen prehispánico se realiza en estados como San Luis Potosí, Veracruz, Hidalgo y Tamaulipas y se extiende durante días.
En el Xantolo los hombres realizan danzas caracterizados como distintos personajes, incluso femeninos, y usan vestuarios tradicionales y máscaras de madera pintadas a mano.
Además, se realizan ofrendas para ofrecer agua y alimento a las ánimas que llegan de visita.
Las comunidades realizan el montaje de los altares desde el 30 de octubre y la protagonista es la flor de cempasúchil, pero no debe faltar el arco hecho con cañas de azúcar que es la puerta de acceso para los muertos.
Una vez que está listo el recibimiento, las ánimas son llamadas con rezos, copal y fuegos artificiales. Es entonces cuando comienzan las danzas y comparsas para dar la bienvenida.
En algunas zonas, se realiza el Baile de los Huehues, que significa viejo o anciano. Esta danza se realiza en la vía pública y va acompañada de música en vivo.
En las ofrendas no pueden faltar las velas, el chocolate, los tamales y el pan de muerto.
El Xantolo, al igual que el Janal Pixán de los mayas, comenzó a ser celebrado por las comunidades indígenas prehispánicas y es una tradición que ha prevalecido durante siglos.
Estos rituales significan el reencuentro con los seres queridos que fallecieron y son también un culto a la muerte.
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