Luego de que el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud del gobierno federal, Hugo López-Gatell se expresara de los refrescos como “veneno embotellado”, la Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas (Anprac) emitió un comunicado para protestar contra dichas declaraciones y llamar al diálogo en torno al tema.
“La Anprac considera inaudito que un funcionario público federal, con la gran responsabilidad de ser el promotor de la salud en nuestro país, estigmatice a una industria que cumple a cabalidad con todas las normas y regulaciones en México”, sentencia.
Para el organismo, las aseveraciones de López-Gatell representan un trato inequitativo hacia el sector, satanizan una actividad estratégica para la economía y un producto que está en la preferencia de millones de mexicanos; incluso -señalaron- podrían configurar violaciones a derechos constitucionales y tratados internacionales.
“Un calificativo como el que utilizó el subsecretario López-Gatell evidencia una animadversión personal contra la industria, basada en prejuicios e información imprecisa, y representa un peligroso sesgo ideológico que pone en riesgo a sectores productivos estratégicos que resultan vulnerados en su credibilidad”.
En el documento se detalla que en los últimos meses el funcionario ha señalado injustamente a la industria refresquera como la causa de la epidemia de obesidad y sobrepeso que aqueja al país, y que sus declaraciones buscan posicionar al sector como un enemigo de la población y encontrar un culpable por el alto riesgo al que ésta está expuesta ante la pandemia.
No obstante, recuerda la Anprac, “la evidencia científica disponible indica que la obesidad es un problema multifactorial cuyas causas van más allá de las calorías ingeridas e involucran no sólo los hábitos alimenticios, sino también falta de actividad física y el entorno social”.
En ese sentido el organismo se pronunció en favor de la búsqueda de una solución integral al problema de la obesidad, basada en criterios científicos, que ataque todas las causas de un problema y que no se base “en ideologías o fobias personales”; y reiteró su disposición al diálogo abierto, transparente y constructivo.
Edición: Mirna Abreu
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