El Departamento de Agricultura estadunidense (USDA, por sus siglas en inglés) precisó en un comunicado que el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) reportó la aparición de la plaga “aproximadamente a 257 kilómetros al norte de la red actual de dispersión de moscas estériles y a 600 kilómetros al sur de la frontera entre Estados Unidos y México”, por lo que decidieron cerrar de nuevo la frontera.
Rollins añadió que se necesitan “más avances en la lucha contra la plaga en Veracruz y otros estados mexicanos cercanos para reabrir los puertos ganaderos a lo largo de la frontera sur”, quien además destacó que gracias al monitoreo intensivo del personal del USDA en ambos países se han tomado “medidas rápidas y decisivas para responder a la propagación de esta plaga mortal”.
El USDA indicó que continuará enviando personal a realizar visitas a sitios en todo México “para garantizar que el gobierno mexicano tenga los protocolos y la vigilancia adecuados para combatir esta plaga de manera eficaz y eficiente”.
La decisión de Estados Unidos de cerrar por completo una vez más su frontera sur al ganado mexicano, “profundiza los daños económicos” en el sector nacional, principalmente en estados exportadores como Sonora, Chihuahua, Durango o Coahuila, señaló el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA).
Las pérdidas económicas acumuladas por estas medidas superan los 400 millones de dólares tan solo en 2025, apuntó.
Se trata del tercer cierre a las exportaciones del ganado mexicano tras detectarse un nuevo caso de gusano barrenador en Ixhuatlán de Madero, Veracruz.
Al solicitar mayor información sobre la nueva decisión estadunidense, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) indicó que dará mayores detalles a través de la mañanera del pueblo, mañana jueves.
Las restricciones al ganado vivo, bisontes y caballos anunciadas por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos sigue impactando negativamente el mercado norteamericano, con precios récord en canales de abasto y carne al consumidor, indicó el GCMA.
Dijo que esto perjudica directamente a los ganaderos del norte del país, quienes exportan la mayor parte del ganado en pie a Estados Unidos y no están relacionados con los focos de infección.
Es decir, aunque el brote está ubicado a más de 500 kilómetros de la frontera, el gobierno estadunidense “mantiene su política de no regionalización”, sin distinguir “entre zonas libres y afectadas”.
Recordó que entre enero y mayo, las exportaciones de ganado en pie ya habían caído 64 por ciento en volumen y 53 por ciento en valor respecto al mismo periodo de 2024.
Por su parte, el Consejo Nacional Agropecuario expresó su preocupación por el cierre a las exportaciones al ganado mexicano.
A través de redes sociales, el organismo dijo confiar en que con inspecciones técnicas y cooperación binacional se logrará la reapertura que beneficie a productores, industrias y consumidores de la región.