Nacional > Ecología
La Jornada
02/09/2025 | Ciudad de México
Más de mil especies de árboles endémicos de México están en riesgo de desaparecer, reveló una investigación de Marie-Stéphanie Samain, del Instituto de Ecología AC (Inecol), en Pátzcuaro, Michoacán. A pesar de su importancia ecológica, sólo un centenar de éstas figuran en la lista nacional de especies amenazadas, lo que evidencia un vacío de conservación preocupante.
El estudio forma parte de la Evaluación Global de Árboles, cuyo objetivo es conocer el estado de conservación de todas las especies arbóreas del planeta. El propósito a nivel global fue evaluar 60 mil especies de árboles en 170 países, de las que 3 mil 800 corresponden a México.
En entrevista con La Jornada, Samain explicó que el proyecto en el país duró más de seis años y consistió en revisar bases de datos de los herbarios nacionales y extranjeros, a los que se aplicó una curaduría minuciosa de nombres y localidades donde se encontraban las especies.
Con estos datos se elaboraron mapas de distribución mediante un software abierto, que después fueron analizados bajo los criterios de amplitud de distribución, número de localidades conocidas y estado de conservación de los hábitats.
Estos parámetros permitieron determinar que de las mil 250 especies amenazadas, 160 se encuentran en peligro crítico. Con este análisis, México se convirtió en la primera nación de América Latina en tener una evaluación completa de sus árboles.
“La información obtenida no es estática. Una especie críticamente amenazada puede mejorar su estado con proyectos de conservación, o una especie menos amenazada aumentar el riesgo de desaparecer si no se atiende. Por eso recomendamos revaluar todas las especies cada cinco años”.
Samain agregó que al comparar los mapas de ubicación de las especies en peligro con los de las áreas protegidas, las áreas claves para la biodiversidad, así como con las bases de datos de acciones de conservación, identificaron que ni siquiera una décima parte de éstas están protegidas en la NOM-059 de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
“Falta de recursos, una metodología compleja y la ausencia de políticas sistemáticas explican la brecha”, señaló. No figurar en la lista de especies amenazadas a nivel nacional las deja sin protección oficial y sin planes de conservación urgentes.
Factores de riesgo
Los principales factores de riesgo para los árboles de México son agricultura, ganadería, tala, minería, incendios y desarrollos turísticos o residenciales. Aunque hace falta estudiar más, consideró que el cambio climático también juega un papel importante en este rubro.
“Los árboles florecen y fructifican en otras épocas del año de las que lo solían hacer. Entonces, no coincide con el ciclo de vida de los polinizadores o con la presencia de dispersores, lo cual se ha asociado con el cambio climático”, dijo la experta en taxonomía.
Una primera revisión de los datos permite subrayar que las situaciones críticas están distribuidas de diversas maneras. Por ejemplo, en Los Cabos, Baja California, las amenazas están asociadas con los desarrollos turísticos y huracanes; en tanto, en Guerrero, juega un papel importante la actividad minera, y en la región de Uxpanapa, en Veracruz, las amenazas se relacionan más con la agricultura intensiva y pérdida de selva.
Samain, quien ha descrito más de 40 nuevas especies y nuevos nombres de plantas con flor, resaltó que los árboles son fundamentales para la vida en el planeta como la conocemos. “Son la estructura de la mayoría de los ecosistemas. Sin ellos no hay agua ni aire limpio; tampoco, refugio para los animales”, aseguró.
A partir de los datos obtenidos en esta investigación se considera urgente emprender acciones para asegurar la conservación de las especies amenazadas. Para la científica, lo primero sería priorizar las 160 especies en peligro crítico.
“En estos casos ya no basta hacer trabajos de conservación in situ, se necesita rescatar germoplasma, colectar semillas y trabajar en viveros y arboretos”, precisó. No obstante, la tarea no es fácil, ya que en muchas de estas especies prevalece el desconocimiento de la biología reproductiva y hay falta de presupuesto.
Planteó que si bien las comunidades y actores locales juegan un papel importante en cualquier proyecto de restauración que se impulse, estableció que las autoridades deben emprender acciones que fortalezcan su papel, darles herramientas y compartir información accesible. También resaltó que jardines botánicos, instituciones y programas como Sembrando Vida pueden ser aliados.
“No es un trabajo de un instituto ni de un gobierno, es un esfuerzo que requiere a la sociedad entera. Ahora sabemos cuáles especies requieren atención urgente, lo siguiente es decidir cómo, dónde y con quién actuar”, concluyó.
Edición: Ana Ordaz