Julio Reyna Quiroz
Foto: María Meléndrez Parada
La Jornada Maya
Ciudad de México
Martes 25 de octubre, 2016
A menos de 10 metros de la entrada principal de la sede del Senado de la República, dos hombres cuya edad oscila los 35 años solicitan firmas para una "noble causa": que la "gente de buena voluntad pueda portar armas".
Las frases pretendían invitar a los transeúntes de la calle Madrid, en la chilanga colonia Tabacalera, a que adhirieran a la iniciativa presentada por el senador panista, Jorge Luis Preciado, para que los ciudadanos porten armas de fuego en negocios y automóviles.
Los dos hombres habían colgado una manta blanca de casi un metro de ancho, en donde se consignó la cuenta en Twitter de la Asociación Mexicana de Usuarios de Armas de Fuego con la leyenda: “Por una nueva ley de armas”.
En un lapso de 10 minutos, hombres y mujeres desestimaron la petición. Ninguno se detuvo a escucharlos. Sonreían y respondían “no, gracias”, cuando escuchaban la petición de firma “por una buena causa”.
Sólo uno parece estampar su firma en las hojas de apoyo a la iniciativa del senador y no caminaba precisamente sobre la guarnición de la calle Madrid. Era un hombre, sentado frente al volante de una camioneta de lujo blindada, y estacionada en la esquina de Madrid y París. Toda la pinta de un escolta privado.
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