Ángeles Cruz Martínez
Foto: Yazmín Ortega Cortés
La Jornada Maya

Ciudad de México
Martes 31 de mayo, 2016

Antes de pensar en inversión privada en el sector salud, hay que "mirar hacia dentro para reconocer lo que ha faltado": utilizar mejor lo que existe y los asuntos en los que "no le hemos dado al clavo". También en este momento, es fundamental no tener miedo a que todos los mexicanos, con independencia de su credo u orientación de género, tengan el régimen de derechos que establece la Constitución, como plantea la iniciativa presidencial para reconocer el matrimonio entre personas del mismo sexo, afirma el titular de la Secretaría de Salud (Ssa), José Narro Robles.

El ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) fue un crítico constante del Seguro Popular, desde su puesta en marcha –en el gobierno panista de Vicente Fox– y respecto de sus alcances para garantizar el derecho de acceso a la salud. Ahora como titular de la secretaría en el ramo dice: "soy un profesional y además, responsable de aprovechar las ventajas y corregir los defectos", sobre todo que "la inversión económica que se hace en ese esquema tenga impacto en los indicadores del sector".

Desde hace casi cuatro meses, Narro Robles está al frente de la Ssa. En entrevista con La Jornada advierte que en la descentralización de los servicios que le tocó formalizar en 1997, "algo pasó cuando se puso en marcha el Seguro Popular. Se soltaron los controles y así no resulta lo que uno quiere".

A continuación, un resumen de la conversación con el funcionario:

–¿Qué le hizo regresar a la secretaría?

–Acepté la invitación del presidente Enrique Peña Nieto porque la salud es uno de los grandes espacios de la tarea pública. Un Estado actual, moderno, tiene un compromiso con este aspecto, y con el Presidente tengo una relación cercana que me da confianza para tratar de hacer cosas.

–Se ha mencionado que usted podría estar entre los candidatos a la Presidencia en 2018.

–Estoy por tercera ocasión en la Ssa para contribuir. Estos son tiempos de trabajar, de no tener distracciones y menos de esa naturaleza. Yo no me distraigo, lo que tenemos que hacer, quienes estamos en el gobierno, es realizar lo que nos toca.

–El concepto de la universalización ha cambiado. De un sistema con un fondo único de recursos económicos, pasó a ser de portabilidad con intercambio de servicios y ahora sólo es intercambio donde haga falta. ¿Hasta donde sí se puede llegar?

–Hay cosas que se pueden hacer. La más elemental e inmediata es evitar duplicaciones innecesarias y usar los recursos públicos de la mejor manera. Que se use la infraestructura, capacidad y disponibilidad de espacios entre instituciones públicas, por ahora IMSS, Issste, Secretaría de Salud federal y los servicios estatales.

–¿Cómo entiende la universalización de los servicios?

–Que todos los mexicanos tengan acceso oportuno, expedito, cercano a los servicios de salud y que los mismos se presten con calidad.

–¿Cuántos estados se sumarán al Acuerdo Nacional para la Universalización en Salud en junio?

–Queremos que estén todos y hay posibilidades. Debemos aprovechar que existe una estupenda relación entre la seguridad social y la Ssa. Me consta que no siempre ha sido así.

"Tendremos una buena cantidad de enfermedades, en cuya atención se puede lograr la sinergia entre la capacidad instalada y la necesidad detectada, emparejarlas para mejorar la cobertura de servicios".

Sí ha cambiado el concepto de universalización. Yo espero que esta vez demos en el clavo. Los gobiernos están analizando los documentos y luego se detectarán las acciones de salud para definir tarifas únicas. Es muy laborioso.

–Llevan tres años en este trabajo...

–Así es. Aprovecho las experiencias y el trabajo de estos tres años. Lo importante es que ahora sí se haga.

–¿Dónde no se ha dado en el clavo en salud?

–Hay rezagos, dificultades. Está la diabetes, la obesidad, el cáncer, la insuficiencia renal y otros tan complicados como el embarazo en niñas y adolescentes. No le hemos dado al clavo, por eso a diario 30 niñas están dando a luz.

“También hay cosas extraordinarias, como el programa de vacunas. Con más de 20 mil millones de pesos en tres años se ha logrado que los niños sean iguales frente a la enfermedad.

"La salud es uno de los grandes igualadores, movilizador social, un gran articulador".

–¿El financiamiento debe ser público o se debe dar entrada al sector privado?

–En los servicios públicos hay una gran fortaleza: más de 500 mil médicos y enfermeras. Más de 20 mil unidades de atención, desde centros de salud rurales hasta grandes centros médicos e institutos nacionales.

"El compromiso del gobierno está con las instituciones públicas, con su fortalecimiento y articulación. No se niega la infraestructura en el sector privado, pero primero vamos a voltear hacia dentro".

–Hay riesgo de privatización

–No. Eso está en la mente de quienes sólo piensan en eso. En la agenda del gobierno está fortalecer lo público. Es una obligación ética, lo cual no quiere decir combatir lo privado. No vamos a pelearnos, vamos a coordinarnos, a articularnos primero las instituciones públicas.

–Usted fue un crítico del Seguro Popular. ¿Hoy que piensa?

–Que soy un profesional y me toca ver, después de más de una década de estar funcionando, la manera de aprovechar las ventajas y corregir los defectos. Mi responsabilidad es aprovechar las ventanas de oportunidad, como se dice ahora, y con el impulso del Seguro Popular alcanzar la cobertura universal.

–¿Cuáles son las ventajas y los defectos?

–Una gran ventaja es que es un mecanismo de financiamiento para dar acceso, igualdad, equidad en la prestación de los servicios. El Seguro Popular tiene una cantidad muy importante de recursos.

En los defectos, aunque hay nuevas reglas para el control del dinero, falta mejorar y ver resultados en los programas para erradicar, eliminar, controlar algunas enfermedades y estar con la guardia bien lista por si vienen nuevos problemas.

–Otros pendientes son la muerte materna y llegar adonde están los más pobres, donde no hay nada.

–Tenemos que hacer algo adicional. La Ssa tiene varios lustros de probar unidades móviles, caravanas de salud y funciona, pero ha faltado sistematizar, focalizar, ver dónde están los más pobres. La salud es un mecanismo de inclusión.

–¿Cómo ve la iniciativa para reconocer los matrimonios entre personas del mismo sexo?

–No tenemos por qué tener miedo a que todos los mexicanos, con independencia de su credo, de su orientación de género, de sus preferencias políticas y convicciones personales, tengan el régimen de derechos que establece la Constitución.

–¿El derecho al aborto?

–Sí, la interrupción legal del embarazo. En el Consejo Nacional de Salud nos presentaron los datos de la Ciudad de México. Más de 150 mil intervenciones con cero muertes maternas y protección a la salud de la mujer. Hablar las cosas, verbalizar los problemas y asuntos nunca será malo.

–Pero la constante ha sido la oposición de grupos conservadores.

–Es que todos contamos... no es nada más ser tolerante. Debemos buscar la manera de incluirnos todos. Tampoco le hemos dado al clavo en eso.

–¿Debe aprobarse el matrimonio igualitario?

–Sí. El mensaje del pasado 17 de mayo –en el Día contra la Homofobia en que Peña Nieto anunció la iniciativa– fue: tenemos que incluirnos, y aún falta. La pobreza excluye, así como la ignorancia, la enfermedad y la falta de respeto a los derechos humanos.

–Le tocó formalizar en los años 90 la descentralización de los servicios y ahora tiene problemas...

–La descentralización es muy importante, tenemos que fortalecer el federalismo y a los tres niveles de gobierno. Está bien la descentralización, pero no soltar las amarras. Si se sueltan los controles entonces no resulta lo que uno quiere.

–¿Eso ha ocurrido?

–Sí ha pasado, pero no es contundente ni en todas partes. También hay grandes cosas que han sucedido a partir de la descentralización en 1997, cuando todo el dinero pasó a los estados. Entonces había controles y ahora se deben fortalecer. Cuando se creó el Seguro Popular pasaron cosas. Ahora soy el responsable y debo asegurar que esto funcione de la mejor manera posible.

–Es frecuente saber de muertes del personal médico a causa de la violencia e inseguridad.

–Así es, pero no depende nada más del área de salud. Es un tema de seguridad general que no empezó en 2012. Se agudizó desde 2008. Hay médicos en comunidades apartadas y están ahí por su vocación. Les rindo un homenaje a los miles de médicos que desde hace muchos años participan en el servicio social u otra actividad relacionada con la profesión.

–¿Qué hacer?

–Seguir luchando por mejorar las condiciones de seguridad, en todo lo que podamos. La profesión médica ha cambiado. De ser una profesión de varones –cuando yo me formé así era–, ahora es mayoritariamente de mujeres. Sí hay un problema y hay que atenderlo.


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