Covid-19: Secuelas pueden ser reversibles con rehabilitación

A un año de su contagio de Covid-19, Arely todavía siente en su cuerpo los rastros del virus. Los dolores de cabeza, el cansancio y la ansiedad le recuerdan cada día que logró superar la enfermedad, pero las secuelas también requieren ser atendidas.

Como ella, otros pacientes recuperados han manifestado cambios en su organismo, afecciones que antes del SARS-CoV-2 no existían, pero que pueden ser reversibles si se realiza una terapia de rehabilitación adecuada.

Juan Luis Mosqueda, director general del Hospital Regional de Alta Especialidad del Bajío de la Secretaría de Salud federal (Ssa), explica que las secuelas físicas y sicológicas que deja el coronavirus pueden ser tratadas y erradicadas con una atención médica constante.

Aunque se desconoce el porcentaje de las personas contagiadas que presentan secuelas después de superar la enfermedad, el director explica que la mayoría de los pacientes logra una recuperación siempre y cuando se les dé seguimiento.  

“Las secuelas de Covid-19 dependen de la severidad de la enfermedad, si el daño pulmonar fue muy severo, entonces sí queda una consecuencia, pero lo importante es que se puede superar cuando se tiene una atención de rehabilitación específica”, comentó Mosqueda.

De acuerdo con el médico, en México se ha detectado que las secuelas más comunes son la pérdida del gusto y el olfato, el daño pulmonar y afectaciones en el corazón, los riñones y el hígado.

Tal es el caso de don Alfredo Domínguez, quien se contagió en octubre pasado y tras superar la enfermedad desarrolló una arritmia en el corazón.

“A nosotros nos contagió mi hijo porque era el único que salía a trabajar, de repente todos nos sentimos resfriados y al hacernos la prueba salimos positivos. Estuvimos todos en aislamiento y cuando ya nos recuperamos yo empecé con dolores muy fuertes en el pecho y siempre tenía alta la presión”, explica el hombre de 57 años.

Tras varios estudios de cardiología, se confirmó la secuela en el corazón y el tratamiento comenzó.

“Tomo una medicina que cuesta mil pesos al mes y sí me siento mejor que antes, pero ahora no puedo abandonar el tratamiento, tendré que estar medicado de por vida”, dijo.

Sin embargo, existen otro tipo de afectaciones, menos comunes como aquellas que se dan en el sistema nervioso, que son las que detectó Arely Melo meses después de haber sido dada de alta.

“Yo presento síntomas el 27 de marzo tras un viaje al extranjero, me hago la prueba y me confirman que soy positiva el 2 de abril. Estuve con síntomas como conjuntivitis, cansancio extremo, fiebre, tos, dolores muy fuertes de cabeza y de cuerpo y perdí el sentido del gusto y del olfato", cuenta.

“El 14 de mayo me realizan otra prueba y ya di negativo, pero en agosto regresaron los dolores y malestares, me hice la prueba y salió negativa”, comenta Arely.

Fue así como se enteró que el Covid-19 había dejado secuelas en su organismo.

“Afectó mi sistema nervioso central y periférico, me diagnosticaron neuropatías y trastorno de ansiedad generalizada con crisis de angustia”, explica.

Para atender todas estas afectaciones, Arely tiene que acudir cada mes con un médico internista, con un siquiatra y con un sicológo, que combina con acupuntura y meditación. El proceso de recuperación ha sido lento y muy costoso.

“Ya no me gustaría decir que sigo enferma, ya no tengo virus, pero tengo muchos síntomas parecidos y sigo con tratamiento médico”, comenta.

De igual manera, Enrique Álvarez señala que la lucha contra su mente ha más complicada que la rehabilitación pulmonar.

Luego de padecer un cuadro grave de Covid-19 en el que requirió de oxigenoterapia y que incluso después de eliminar la carga viral sus pulmones permanecieron inflamados varios meses, lo más difícil ha sido conciliar el sueño en las noches, aunque cada día se logra un avance.

“Las secuelas fueron más del lado mental, en las noches me levantaba con un estrés post traumático, sentía como si me fuera a morir asfixiado y me checaba la presión, la oxigenación y no había nada. En las noches me daba mucho pánico porque en mi proceso de Covid-19 las noches fueron las más difíciles porque era cuando sentía más dolor, más malestar. Hasta ahora duermo con un oxímetro a lado de mi cama, aunque cada vez lo uso menos”, confiesa.

Además de la terapia sicológica, Enrique tiene chequeos médicos mensuales, que incluyen análisis clínicos.  

Al respecto, Juan Luis Mosqueda explica la importancia de llevar un seguimiento médico después de la enfermedad.

“Es importante saber si después de la enfermedad hay dificultades que afectan la calidad de vida y no pueden volver a sus actividades rutinarias que tenían previo al Covid-19. Principalmente se requiere de terapia de rehabilitación que permitan a la gente recuperar sus funciones y reintegrarse a sus actividades. La recomendación es que a pesar de haber tenido un cuadro leve o de haber resuelto la enfermedad espontáneamente es importante que si hay molestias acuda a valoración con su médico para ver si requiere algún tratamiento”, advirtió.

Edición: Laura Espejo