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Carlos Meade
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya

Martes 12 de junio, 2018

La empresa agro-forestal Tree for People (Árboles para el Pueblo), ubicada en Oxkutzcab, Yucatán, ha probado fehacientemente que la restauración de las selvas peninsulares es factible ambiental, social, cultural y económicamente. Y además ha demostrado que esta restauración es la única forma de convivencia sostenible de las sociedades humanas en la península de Yucatán.

La silvicultura y la tradición del huerto maya multidiverso son dos vertientes que, unidas, representan verdaderas estrategias para la sostenibilidad maya. Para entender el origen de la actual problemática de devastación de los ecosistemas en selvas y costas, y comprender el alcance de las estrategias propuestas, es necesario remontarnos a la historia posterior a la invasión española.

Recordemos primero que, ante la ausencia de minerales preciosos, la única fuente de riqueza de los invasores fue la explotación de la mano de obra. De esta manera, se establecieron haciendas ganaderas y cañeras en donde también se cultivaba el maíz, tanto como alimento para los esclavos como para el ganado.

Estas haciendas representaron enormes extensiones de tierra que se fueron ocupando ya que la pobreza del suelo obligaba a devastar la selva para aprovechar la delgada capa de suelo fértil que pronto se degradaba.

El dominio español no llegó a concretarse en vastas zonas del sur de Campeche ni en toda la franja costera oriental. Por ello, estas zonas de Campeche y casi la totalidad del actual Quintana Roo conservaron sus selvas, gracias a las prácticas mayas tradicionales de silvicultura, que continuaron practicando los campesinos de estas regiones durante la época colonial.

Otro elemento de depredación de las selvas en lo que es el actual estado de Yucatán lo representa el henequén, una planta que desde épocas antiguas los mayas cultivaron por la utilidad de sus fibras vegetales.

Hacia finales del siglo XIX, los hacendados yucatecos vieron en el henequén una nueva fuente de riqueza, sin considerar la afectación que su cultivo tendría para la de por sí golpeada biodiversidad en esta región.

El oro verde generó riquezas inmensas a costa de la devastación y de la reactivación del esclavismo.

La condición actual de la biodiversidad en toda la zona ex-henequenera es producto de la implantación agresiva de este monocultivo. Contrariamente a lo que mucha gente piensa, estas tierras devastadas se pueden rehabilitar como sistemas forestales en sólo 20 años, gracias a especies de crecimiento rápido que, al mismo tiempo, tienen gran demanda comercial.

Chan Ká Vergel en Oxkutzcab nos muestra que una pequeña plantación forestal puede prosperar en el suelo pobre de Yucatán, sin requerir grandes inversiones ni cuidados especializados.

Es enorme el potencial forestal que representa la restauración de las selvas devastadas por prácticas mono-culturales. Igualmente es importante el potencial que tienen algunos ejidos cercanos a Tulum. Y lo interesante es que el desarrollo hotelero y urbano puede ser un mercado local de la producción forestal.

Actualmente, mucha de la madera que llega a Tulum proviene de aprovechamientos no regulados ni planificados. Además, las llamadas “palizadas” con que se construyen palapas implican el sacrificio de miles de árboles jóvenes. Muy diferente es el aprovechamiento de árboles maduros que, convertidos en tablas, tablones, postes y dinteles pueden ser la materia prima de cuartos hoteleros de lujo y viviendas para diferentes estratos sociales.

En nuestro clima, donde el acero se degrada rápidamente y donde el cemento implica minería a cielo abierto con alto costo ambiental, la madera resulta un recurso renovable de larga vida y económico en el largo plazo. Su potencial comercial resulta un incentivo para enriquecer e incrementar las áreas forestales bajo aprovechamiento sostenible.

Muchos ambientalistas creen que tirar un árbol es, por sí mismo, un crimen. Yo les preguntaría si no usan papel de baño, producto que proviene de la celulosa de los árboles. La madera es un recurso renovable que, dependiendo de su manejo, puede proveernos de celulosa y madera para infinidad de usos, de manera permanente.

Países como Finlandia o Alemania, donde las casas de madera son muy numerosas y muy apreciadas, tienen bosques que actualmente son más extensos y ricos que como lo eran hace 100 años. Su secreto ha sido su manejo y aprovechamiento sostenibles.

Tulum tiene las condiciones para practicar una silvicultura sostenible y para dar al destino turístico un encanto especial con viviendas, edificios y hoteles construidos con las hermosas maderas de la selva maya.

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