El debate, los errores y los ganadores

Eduardo Lliteras Sentíes
Foto: Óscar Rodriguez
La Jornada Maya

Lunes 11 de junio, 2018

Si algo quedó de relieve durante el debate organizado por el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Yucatán (Iepac), es que el estado no es el paraíso que repiten los anuncios oficiales del gobierno estatal. No somos Suiza, ni Islandia, quedó evidenciado, no sólo en las preguntas o en los planteamientos realizados a los candidatos por los conductores y público, sino en las respuestas, en las que tácitamente o de plano reconocieron los candidatos a la gubernatura el desastre en materia de salud, de educación o de violencia hacia la mujer, por citar algunos.

Yucatán padece “salones saturados, 40 grados, mosquitos, falta de agua, problemas de infraestructura, maestros que no se actualizan, clases limitadas en computación y [i]not a very good english[/i] y mucho menos educación sexual” le señalaron a un candidato. Ésta es la herencia dejada por el ex secretario de Educación, Víctor Caballero Durán, quien se ha querido vender como un candidato a la alcaldía meridana traído de algún rincón del paraíso, ajeno a los problemas que deja la administración de Rolando Zapata Bello, y que afectan, directamente, a la capital meridana. Y claro, sin responsabilidad alguna en el pésimo y peligroso transporte público o en la creciente inseguridad en municipios del estado y colonias de Mérida –no sólo en el centro como dice–.

Asimismo, llamó la atención la errática y equívoca guía del primer conductor designado del debate. Sus errores garrafales –como “olvidarse” y luego reírse, de un candidato (Mauricio Vila)– fueron demasiados.

Sus planteamientos, por ejemplo, al rechazar la “regulación ambiental” –ya de por sí mal aplicada o con mano muy blanda– dejaron ver una aproximación preocupante en dicho tema muy en sintonía con el gobierno priista de Enrique Peña Nieto que pretende acabar con la protección de las áreas naturales protegidas. O de plano con Donald Trump, negacionista del cambio climático y enemigo de la legislación ambiental en su país, al grado de que la está desmontando y abriendo a la explotación parques naturales y reservas.

En esta ocasión los candidatos a la gubernatura se entregaron a fondo en expresar sus planteamientos y propuestas, exponiendo cada uno lo mejor y más ampliamente posible, sus proyectos de gobierno. Hasta donde pudimos verlo, ya que la señal del Iepac falló en internet.

Sin embargo, alcanzamos a escuchar a Huacho Díaz, quien por ejemplo, ofreció acabar con el polémico impuesto cedular, sentida petición de los empresarios yucatecos, desoída por el gobierno estatal actual.

El candidato de Morena también habló de acabar con la corrupción y dijo, citando a un medio capitalino, que timan en Yucatán a los campesinos con obras prometidas y no construidas.
Huacho se refería a una nota de [i]El Universal[/i] en la que se afirma que las prometidas unidades citrícola y hortícola, dotadas de páneles solares y una granja ecológica, en Seyé y Tahmek, simplemente no se realizaron.

Lo peor, señala la nota, es que hay otros 15 proyectos que nunca se concretaron en la geografía yucateca y que dejó en promesas, el gobierno rolandista.

Por su parte, Mauricio Vila, recordó la creciente deuda dejada por el gobierno estatal, la que no ha cesado de crecer y que suma más de cuatro mil millones de pesos.

Mauricio Sahuí habló de “endeudamiento responsable” (de crear un fondo Millenial de mil 200 millones de pesos) y Huacho Díaz reviró rechazando la “pirotecnia financiera” y el endeudamiento escondido de los llamados PPS (Proyectos de Prestación de Servicios) como es el caso del Gran Museo Maya –donde se realizará el tercer debate presidencial– por el que los yucatecos pagan 221 millones anuales de una deuda de cuatro mil 643 millones pesos contraída durante el gobierno de Ivonne Ortega Pacheco.

Vila insistió en que no alcanza a las personas para vivir con los dos sueldos que se pagan en Yucatán mientras Jorge Zavala Castro rechazó la propuesta de Sahuí de reeducar a la población: “No me gusta esa palabra de reeducar”, afirmó.

Sahuí prometió algo muy relevante: respetar las normas, el estado de derecho, y respetar los derechos de todos. Algo en lo que el gobierno de Rolando Zapata nos ha quedado a deber, no cabe duda, incluyendo el tema de la libertad de expresión.

Por último, mi impresión general es que no se puede hablar de ganador claro o absoluto del debate. Sustancialmente, dudo que cambie o modifique la intención de voto de forma radical. Debo reconocer que me gustó el desempeño de todos los candidatos, preocupados auténticamente por convencer al electorado con argumentos y ofrecimientos para los que se necesitaría más tiempo, para poder explicarlos mejor. La elección, todo parece, será de tercios, y ahí me gusta la oferta de Mauricio Vila de mejorar los servicios de salud, la educación o las condiciones en el campo, donde prevalecen tantos abusos de las autoridades. De Huacho me gustó su aproximación al tema de la sexualidad en el estado, cuestión tratada con mucha hipocresía y sin definiciones claras hasta ahora. Me quedó claro también que Sahuí está consciente que no puede ganar ofreciendo nada más continuidad. Un reconocimiento a que no todo está tan bien, como dice el gobierno actual. Y un primer sano deslinde.

[b]@infolliteras[/b]