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Normando Medina Castro
Foto: Especial
La Jornada Maya

Jueves 31 de mayo, 2018

Corrupción, violencia, impunidad y mentira son las dolencias y síntomas de un México enfermo que requiere un tratamiento apropiado para recuperar la salud social. El doctor Juan Ramón de la Fuente, médico experto en sicología, ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México –en una de las etapas de mayor proyección académica y científica de esa casa de estudios–, gran conocedor de la política mexicana y ex secretario de salud del país, publicó en editorial Grijalbo su libro La Sociedad Dolida: El Malestar Ciudadano.

En esa obra, el doctor De la Fuente describe en 38 artículos de análisis profundo, con rigor y contundencia, las enfermedades sicosociales más importantes del país. El México actual es el que hemos construido todos los mexicanos, haciendo o dejando de hacer, con nuestra participación o nuestra indiferencia, con nuestras equivocaciones y nuestro individualismo. La obra de Juan Ramón de la Fuente establece que la democracia es un bálsamo que puede aliviar la situación nacional marcando el rumbo hacia donde debemos caminar.

Los niveles de descomposición social de México demandan la unidad nacional: no más corrupción, no más violencia, no más impunidad, no más mentiras.

La desesperación de la triste oligarquía instaurada por Carlos Salinas de Gortari durante su mandato presidencial de 1988-1994 y alimentada por los gobiernos siguientes de Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y el actual de Enrique Peña Nieto, es tal, que desafía toda lógica en el afán necrófilo de mantener sus privilegios y seguir alimentando su insaciable codicia.

Germán Larrea, dueño del Grupo México, el segundo hombre más rico de nuestro empobrecido y saqueado país, circuló una carta en la que pide a sus trabajadores, accionistas y proveedores no votar por un gobierno populista, porque eso afectaría gravemente los empleos y la economías. El término populista que las élites empresariales suelen endilgarle a Andrés Manuel López Obrador para pretender descalificarlo. A estas alturas prácticamente toda la población consciente de México sabe que las acciones de beneficio social aplicadas por el político tabasqueño, e inclusive sus propuestas actuales, han sido tomadas por sus adversarios, a los cuales las mismas élites empresariales no califican de populistas.

La desesperación debe ser muy grande para ir contra corriente y contra el sentido común. Es momento de tender puentes, no de profundizar abismos. Los intereses de los ricos y poderosos más encumbrados no son los de la inmensa mayoría de los millones de mexicanos conscientes. Ya no engañan a nadie.

Germán Larrea fue convertido en multimillonario por el primer presidente emanado del PAN, Vicente Fox Quesada, al otorgarle las concesiones mineras de las que ha obtenido miles de millones de pesos junto con la sangre, el sudor, la miseria y la vida de los mineros y sus familias. Para muestra, el trágico botón de la explosión de la mina ocho de Pasta de Conchos, la madrugada del 19 de febrero de 2006, donde perdieron la vida 65 trabajadores, de los cuales, más de doce años después, hasta este año 2018 sólo se han recuperado dos cuerpos y siguen 63 cadáveres en la mina sin que sus deudos pudieran darles digna sepultura. Protegido por el gobierno del también panista Felipe Calderón, el magnate conservó sus concesiones mineras a pesar de operar en condiciones inadecuadas de seguridad, y no sólo eso, a raíz de la explosión de Pasta de Conchos le dieron cinco concesiones más, además de la autorización para el usufructo del gas natural. Las viudas fueron embaucadas con la ayuda del gobierno y reciben una pensión mensual de tres mil pesos. El obispo de Saltillo, Coahuila, monseñor Raúl Vera, había contrastado en agosto de 2007 que el Grupo México de Germán Larrea tuvo utilidades de once mil millones de pesos tan sólo en el primer semestre de ese año. Ver la nota completa en La Jornada del 20 de agosto de 2007 “Viudas de Mineros de Pasta de Conchos, dicen que el Gobierno las engañó”.

El PRI de Quintana Roo se sacudió un poco de su marasmo y relevó de la diridencia estatal a Raymundo King de la Rosa. Asumió la presidencia Manuel Díaz Carvajal, con larga trayectoria dentro de su partido y méritos propios. Desempeñaba la secretaría de organización priísta y por muchos años presidió la Fundación Colosio. Su tarea es bastante complicada, con un PRI desarticulado, desprestigiado y víctima de un pragmatismo feroz que permite que siga vigente lo expresado por Sabino Bastidas Colinas, cuando el PRI perdió la presidencia de México por vez primera: “Los priístas hemos privilegiado la operación sobre la reflexión. Hemos abandonado el debate de las ideas y hemos caído en grandes contradicciones… pasará tiempo antes de consolidar la nueva oferta de partido que queremos construir. Tomará tiempo y mucho trabajo articular plenamente una oferta apropiada de partido, incluyente, democrático, ciudadano, con sólida legalidad e institucionalidad”. Los memes retratan la situación actual del PRI en Quintana Roo, uno de los cuales dice que hay tres cosas seguras en la vida: la muerte, que salga el sol y que Raymundo King pierda la senaduría.

Ha provocado impacto la convocatoria de Manuel Valencia, candidato a la presidencia municipal de Othón P. Blanco del Partido Encuentro Social de Gregorio Sánchez, para construir un movimiento localista que denomina la fuerza del sur. Y es que, con una economía muy castigada, una capital con imagen urbana deteriorada, escasas fuentes de empleo bien remunerado, pocas facilidades y muchas cargas tributarias para los emprendedores, y además, ahora con graves problemas de inseguridad, se exacerban fácilmente los ánimos y las sensibilidades hacia funcionarios públicos foráneos que además carecen de oficio político, capacidad y respeto hacia la gente, como dice en todos sus foros Valencia Cardín. Sin empacho llama a votar por cualquier quintanarroense y rechazar a los candidatos del PAN a quienes acusa de servir los intereses poblanos de Rafael Moreno Valle y de haberse apoderado de Quintana Roo.

Menudo lío armaron los diputados del congreso del estado con la aprobación de la Ley de Movilidad y Transporte que, definitivamente puede tener muchas lecturas. Es recomendable la publicación de Fabrizio León, “Taxi Libre”, en [i]La Jornada Maya[/i] de ayer. En fin, son cosas que pasan en nuestro país y en nuestro caribeño estado.

¡Hasta la próxima!

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