LGBTTTI, letras que reflejan la diversidad con la cual convivimos

Celmy Noh
Foto: Archivo La Jornada Maya
La Jornada Maya

Lunes 28 de mayo, 2018

LGBTTTI son letras que reflejan la diversidad con la cual convivimos cotidianamente. La mayoría de las personas desconocen el significado de las mismas, incluso quienes las viven en carne propia. Son palabras que se usan para describir ciertas orientaciones, prácticas sexuales, identidades y expresiones de género presentes entre los seres humanos, aunque casi siempre son variantes que las sociedades rechazan o no quieren ver.

En nuestro día a día presenciamos innumerables demostraciones de cuán diversas somos las personas; no hay duda que cada una es la suma de vivencias, experiencias y contextos particulares. La Real Academia Española dice que diversidad significa variedad, diferencia, abundancia. La humanidad es una muestra clara de la misma, la manera de observar, valorar, interpretar y comprender las diferencias es lo que nos distingue como especie ya que muchas veces la desigualdad social y la discriminación atraviesan nuestras formas de relacionarnos y convivir en este mundo plural y diverso.

La sexualidad no es la excepción, por ello se habla de diversidad sexual. Es necesario comprender, como señala la antropóloga Marta Lamas, que no hay sexualidad natural, lo natural es la diversidad de sexualidades.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la sexualidad como “un aspecto central del ser humano, presente a lo largo de su vida. Abarca al sexo, las identidades y los papeles de género, el erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual.” (OMS, 2006).

Nuestra experiencia de la sexualidad es compleja y diversa, es un aspecto de nuestra vida que no es ajeno a la variedad, a la abundancia, y menos a las diferencias, pero las valoraciones sobre éstas van entre la aceptación, el rechazo, el miedo, el silencio y el desconocimiento. Eso provoca actos u omisiones relacionadas con la identidad, el género, la orientación sexual y las expresiones de género, que las personas sean discriminadas, que tengan un acceso desigual a las oportunidades y al buen trato. Lo que afecta su dignidad y derechos humanos.

El primer paso para comprender un poco más sobre la diversidad sexual y evitar actos discriminatorios es hablar sobre ella. Generalmente usamos muchos términos para describirla, y en nuestra sociedad éstos tienen un rasgo común ya que sólo observamos dos polos opuestos: blanco o negro, macho o hembra y masculino o femenino, no consideramos los tonos grises, y menos los multicolores. A este sistema de clasificación sexual y de género se le denomina binario, porque sólo acepta dos posibilidades opuestas entre sí, aquellas variantes que se salen de éstos, son consideradas como desviaciones, anomalías, rarezas o enfermedades.

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¿Cómo funciona este sistema de clasificación sexual y de género? El sexo, es decir, ser hembra o macho de la especie humana, se determina al observar los genitales, los cromosomas, las hormonas y otras características físico-anatómicas. Cuando un ser humano nace, lo primero que se observan son los genitales. En nuestra sociedad, sólo se reconocen y aceptan cuerpos con vagina y vulva, o con pene y testículos. Esta diferenciación no siempre se encuentra de manera clara y precisa. Por eso existe la intersexualidad, condición de variabilidad sexual que consiste en alguna(s) discrepancia(s) relacionada(s) con las características sexuales de macho o hembra, significa tener rasgos difíciles de catalogar en alguna de éstas. Los cuerpos de las personas intersexuales se mutilan para “adecuarlas” a uno de los dos sexos aceptados, con el fin de que “encajen” socialmente. Lo cual atenta contra sus derechos humanos a la salud, la libertad o la dignidad.

Luego que una persona es ubicada como macho o hembra, se le considera como hombre-masculino o mujer- femenina, esta asignación se hace a partir del conjunto de ideas que las sociedades elaboran y pactan sobre las características sexuales de las hembras y los machos, misma que sirve para definir lo que se acepta como lo femenino y lo masculino. Gracias a esta clasificación se establecen los papeles y lugares que le corresponde a cada uno, así como la valoración sobre las actividades que ellas y ellos realizan, entre otras cosas, esto es lo que se conoce como género. Esta convención social no es natural porque el género es cambiante según las culturas y los grupos humanos, así como las épocas y el avance de los derechos humanos. Tampoco es igualitaria porque lo común es la subordinación de lo femenino y la superioridad de lo masculino.

Entonces, el sexo se relaciona con el género porque a partir del primero se establece el segundo, pero la realidad muestra que ambos aspectos son variantes y no siempre corresponde uno con el otro. El problema es que el sistema binario sí los considera complementarios. Por eso observamos violencia, en forma de negaciones, burlas o asesinatos, contra aquellas personas que están fuera de éste.

Una cosa es lo que dicta la sociedad y otra es la vivencia personal y subjetiva de sentirse hombre o mujer, lo que conocemos como identidad de género, que es la identificación con lo socialmente considerado femenino o masculino, por ejemplo, una hembra deberá percibirse como mujer y seguir el modelo femenino o un macho deberá concebirse hombre y relacionarse con lo que se considera masculino. La identidad de género es compleja porque no todas las personas encajan en esas dos posibilidades aceptadas, la diversidad de identidades que cuestionan el modelo dominante permiten observar la riqueza que hay en nuestra humanidad.

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Algunas de las identidades que son invisibles o rechazadas en nuestra sociedad por no ajustarse al sistema binario dominante son, por ejemplo, las personas bigénero, que se identifican por igual con lo femenino y lo masculino. Asumen comportamientos, características o expresiones propias de hombres y mujeres, sin rechazo por alguno y sin importar el sexo con el cual nacieron.

La transgeneridad es la condición donde las personas se reconocen con un género diferente al que les fue asignado al nacer, no siempre hacen modificaciones corporales, pero sí adoptan las expresiones, formas de vestir y comportamientos del género con el cual se identifican. Por ejemplo, se trata de un varón que se vive, se siente y se expresa (forma de hablar, comportamiento, ideas y apariencia) como tal, pero cuando nació se le etiquetó (por las y los médicos, sus parientes o demás personas) como hembra-mujer-femenina por tener vulva y vagina. Las personas transexuales son las que modifican sus cuerpos para tener el sexo que corresponde a la identidad de género que sienten, se someten a la cirugía de reafirmación sexual para tener alguno de los cuerpos aceptados ya sea con pene y testículos o vagina y vulva.

La transgeneridad también se usa como un término paraguas para hablar de otras vivencias como el travestismo, la fluidez de género y las identidades no binarias, cuyo “común denominador es la no conformidad entre el sexo asignado al nacer y la identidad y/o expresión de género, que ha sido tradicionalmente asignada a éste” (CONAPRED, 2016: 9).

Travestismo es cuando una persona se viste con las ropas del género opuesto, puede ser ocasional, para algún espectáculo o de manera frecuente y cotidiana.

La expresión de género es la manera como manifestamos pertenecer a cualquier de los dos géneros socialmente aceptados, en nuestro caso, se trata de comportamientos, actitudes, hábitos, formas de vestir, hablar y caminar que son asociadas como lo propio de lo femenino o masculino. Ésta también puede hacerse combinándolos o alejándose de ambos.

Otro aspecto de la sexualidad se refiere exclusivamente a la atracción erótica y/o afectiva que siente una persona por otra. En nuestra sociedad, la conocemos como orientación sexual, sólo se acepta la heterosexualidad pese a que existen la homosexualidad y la bisexualidad. Por eso se habla de un sistema heterosexista porque considera que todas las personas sienten atracción erótica y/o afectiva por el sexo o género opuesto, por ejemplo, si se trata de una mujer se cree que sólo se sentirá atraída por un varón con pene y testículos, se le describirá como heterosexual. Pero la realidad es más compleja y diversa, hay mujeres que sienten atracción por otras, se les llama lesbianas, mientras que los varones que sienten atracción por los hombres son gays (acepción anglosajona) u homosexuales. La bisexualidad es la atracción hacia ambos sexos o géneros sin distinción alguna, es rechazada e invisible para la mayoría de las sociedades, el adjetivo que se usa es bisexual.

En tiempos recientes se empieza a reconocer que sentir atracción erótica, no es algo universal en el ser humano, la asexualidad es la ausencia del deseo sexual hacia otras personas. El adjetivo que se usa es asexual.

Ahora, ya podemos intuir el significado del acrónimo LGBTTTI, son las iniciales de: Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transgéneros, Transexuales, Travestis e Intersexuales. Esto nos permite comprender desde qué aspecto de la sexualidad surgen, para evitar confundirlas entre sí y continuar perpetuando la discriminación y exclusión.

Es importante conocer, comprender y cuestionar el contexto desde el cual surgen las palabras que se usan para nombrar la diversidad, pues sólo de esa manera podremos caminar hacia sociedades más equitativas y justas donde todas, todos y todas tengamos el mismo derecho de vivir como las personas que realmente somos.

[b]Mérida, Yucatán[/b]

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* Celmy Noh es antropóloga social, maestra en estudios de género e investigadora independiente.