de

del

La Jornada Maya
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán

Lunes 19 de marzo, 2018

[i]La Jornada Maya[/i] es el recuento de una larga cadena de ocurrencias. Todo con el propósito de traer a esta región un ejemplo de periodismo global y moderno como lo hemos hecho, pero con los rebotes de una montaña rusa.

Pensemos solamente en la hazaña del periódico impreso, que necesariamente requiere de una rotativa para imprimir un tabloide como el nuestro, a color por ambas caras. Para ello, bovinas con varias toneladas de papel se llevan desde Veracruz a Playa del Carmen, donde ocho talleristas supervisan el tiraje desde las 22:30 horas. A la media noche salen por camiones, barcos, motos y bicicletas los paquetes con ejemplares de [i]La Jornada Maya[/i] rumbo a Chetumal, Carrillo Puerto, Tulum, Cozumel, Isla Mujeres, Cancún, Valladolid, Mérida y Campeche, a donde llegan a las siete de la mañana, listos para leerse junto con el café del desayuno. Esto pasa diario, todos los días de lunes a viernes, sin descanso. Traerlo desde Ciudad de México, cuando no teníamos imprenta e imprimíamos en [i]La Jornada[/i] nacional y hacíamos volar el periódico desde la capital hasta acá constituyó toda una locura.

Hace un año, Rubén Reyes nos propuso hacer un libro–objeto sobre la migración de los mayas para ir a construir Cancún hace medio siglo, con fotos de Francisco Martín, que ha recolectado las imágenes de murales anónimos populares que podemos ver en cualquier lado de la península, aunque para este proyecto, tratados artísticamente por él. El trabajo contaba con ingredientes extraordinarios: la calidad literaria del poeta y el empuje del fotógrafo de arte. En poco tiempo estaba listo este maravilloso recuento literario, Francisco había emprendido la ilustración fotográfica y los actores del colectivo [i]Caballo Azul[/i] estaban preparando la dramatización de la obra, que ya estaba en la imprenta. Si este proyecto hubiera caído en manos de un jurado de concurso, alguien de esos que cuidan los centavos con avaricia, hubiera dicho que no. Era un atrevimiento riesgoso. No se hubiera presentado en esta Filey, como ocurrió en este stand, hace unos días.

En la reunión de evaluación que tenemos todos los días, la discusión sobre lo que va a [i]K’iintsil[/i] es la más acalorada. Están los que quieren dar notas propias de la comunidad maya, sólo para ellos, están los que quieren dar notas del periódico, para diversificar la información, los globales. Hace más de tres años y desde hace mucho más, soñamos con un impreso en lengua originaria; todo el tiempo pensando que era una locura. Así nos lo dijeron cuando anunciamos que la contraportada del periódico iba a salir en maya, porque no era comercial, no era vendible, y lo siguen diciendo muchos desde diferentes ámbitos: un desperdicio de papel. Otra temeridad que ve la luz en nuestro periódico cada día.

Aquí en la Filey, han germinado muchas barbaridades. Primero con la presencia de un periódico donde antes no había ninguno; aquí fue donde nos presentamos hace tres años voceando a gritos los ejemplares, con ayuda de los repartidores de los Sindicatos de Voceadores. Para los siguientes años trajimos nuestra redacción hasta acá, con fines educativos, ilustrando para los visitantes cómo era hacer un periódico al momento, pero lo hicimos montados en un barco, invitando a todos nuestros lectores a zarpar junto con nosotros. Ahora, los paseantes se encuentran con esta carpa (levantada a mano por Sabina, Israel y Efrén). Una carpa como en las que antes había circos, ferias o cabaret, en la que ahora hay poesía de jóvenes yucatecos, boleros, debates sobre el crecimiento de Mérida, medicina alternativa y derecho de los pacientes, o sobre todas las sexualidades reveladas, rap, trova o son cubano y artes visuales, ese compendio que queremos fusionar en [i]La Jornada Maya[/i].

Somos una larga cadena de ocurrencias eslabonadas. La frialdad de los gobiernos ha sido fructífera a la larga, porque encontramos a inversionistas decididos a impulsar el debate y la pluralidad inteligente para reconstruir a México, sin compromiso con ningún partido, sin ataduras con ninguna corriente. Un empresario es el nuevo integrante de este manicomio donde ejercemos la verdadera Libertad de Expresión, otro “desatino” con el que profesamos un país de encuentros, de civilidad, de prosperidad colectiva. Un manicomio formado por reporteros, fotógrafos, diseñadores, editores, colaboradores, administradores, asesores y repartidores que ponen a diario su grano de arena, su ladrillo en la reconstrucción. Son desatinos no porque carezcan de sustento ideológico, sino porque reman contra corriente en una cultura consumista, superflua y enajenada; porque muy al principio parecían arranques rumbo al fracaso y hoy ya conforman un proyecto montado en la nube con rostro virtual, para alcanzar hasta los últimos rincones de la península… y más allá.

[i]Mérida, Yucatán[/i]
[b][email protected][/b]


Lo más reciente

Sacmex denuncia sabotaje en pozo de la alcaldía Álvaro Obregón en CDMX

Reportó el hallazgo de un compuesto de aceites degradado en el agua extraída

La Jornada

Sacmex denuncia sabotaje en pozo de la alcaldía Álvaro Obregón en CDMX

La Mérida que se nos fue

Noticias de otros tiempos

Felipe Escalante Tió

La Mérida que se nos fue

Seis horas encerrado vuelven loco a cualquiera

Las dos caras del diván

Alonso Marín Ramírez

Seis horas encerrado vuelven loco a cualquiera

Dorothy Ngutter concluye su encargo al frente del Consulado de EU en la península de Yucatán

La diplomática se reunió con Mara Lezama durante una visita que realizó a QRoo

La Jornada Maya

Dorothy Ngutter concluye su encargo al frente del Consulado de EU en la península de Yucatán