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Liliana Burgos
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya

Miércoles 14 de marzo, 2018

La lectura está de moda. Observamos las campañas de los diferentes medios de comunicación, ferias del libro en todo el país que contribuyen a hacer llegar a los lectores libros y propuestas editoriales novedosas; sin embargo, los verdaderos héroes son los promotores de lectura de los programas, muchos trabajan de manera independiente. Por otro lado, en los programas que se implementan en escuelas los docentes tienen un papel protagónico.

Queremos fomentar la lectura como si se tratara de enseñar a sumar y se pudiera enseñar con un manual. Muchas veces los programas son implementados de manera obligatoria, pero ¿qué sucede si el promotor de lectura no tiene los recursos necesarios? Desde el acervo, capacitación y vocación, los promotores de lectura tendrían que ser lectores.

Las nuevas generaciones conocen a personajes clásicos como Alicia, la del país de las maravillas, a la Cenicienta y la Sirenita por versiones del cine, mientras que los nombres de Perrault, Lewis Carroll y los hermanos Grimm no suelen ser tan populares. Especialmente hablando de literatura escrita en un contexto muy lejano.

Pre-textos hay muchos. Podemos acercarlos y acercarnos, si de los clásicos se trata, a versiones de Roald Dahl y sus [i]Cuentos en verso para niños perversos[/i] con su Ceni querida, quien se da cuenta que no conoce realmente al príncipe o una Blancanieves emprendedora que inicia un negocio con los siete enanos.

[i]Caperucita feroz y lobito rojo[/i] de Elsa Borneman, con una revolución de lobitos que logran resolver la amenaza de una niñita mala, muy mala, malisísima. [i]Quizás había una vez, pero al revés[/i] de Vivian Manseur, con una Caperucita que no quiere llevar miel, sino chatear y salir a recorrer el bosque en jeans.

Las nuevas versiones de autores contemporáneos pueden ser una manera de acercar a los niños y jóvenes a este mundo de la lectura del cual mucho escuchamos, pero poco leemos; la labor del promotor de lectura no será fácil, pero estamos de acuerdo con Juan Domingo Argu?elles cuando dice que la lectura tiene que dejar de ser simplemente un tema, para convertirse en un asunto de todos los días.

* Liliana Burgos es licenciada en literatura latinoamericana por la UADY. Ha trabajado como actora en grupos independientes de teatro. Ha participado como locutora en Radio Universidad y Radio Educación del Mayab. Mediadora de lectura del Programa Nacional de Salas de Lectura en Yucatán. Gestor cultural en Leer por placer A.C.

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