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Eduardo del Buey
Foto: Twitter @idelfonsogv
La Jornada Maya

Miércoles 7 de marzo, 2018

En la edición pasada hable de las posiciones de los principales partidos políticos de Canadá y México sobre el TLCAN.

En 2018 habrán elecciones parciales en los Estados Unidos y elecciones nacionales en México. La administración de Trump puede no ser un socio comercial viable ni a corto ni a mediano plazo.

Pero el hecho es que el socio más importante en el tratado, tanto para Canadá como México, son los Estados Unidos, y que un Tratado de Libre Comercio sin su vecino común no ofrecería los mismos beneficios económicos y financieros para ninguno de los dos países.

Por otra parte, Canadá tiene un gobierno que seguirá en funciones hasta el 2019. Los dos partidos políticos más importantes del Canadá están a favor del TLCAN, así que una sorpresa electoral en ese año no afectaría el rumbo de las pláticas desde el punto de vista canadiense. Las metas de la administración canadiense son compartidas ampliamente por la sociedad, y el TLCAN no es un tema electoral.

No obstante, el Partido Conservador, que actualmente está en la oposición, no apoya la decisión del gobierno de Trudeau de llevar a la mesa de negociaciones temas tales como los derechos indígenas, los derechos humanos, y la paridad de salarios. Desde el punto de vista conservador, esto simplemente la da al gobierno de Trump una buena razón para alejarse de las pláticas.

Entonces, ¿qué podemos suponer del hecho de abandonar la mesa de negociaciones?

México y Canadá dicen que prefieren abandonar las conversaciones en vez de firmar un tratado perjudicial.

Personalmente, creo que Trump no aceptará ningún trato, a menos que éste contenga todo lo que quiere su gobierno. El acceder a cualquier otra cosa iría en contra de su política de ganar a cualquier precio, aunque esto signifique que su país salga perdiendo a largo plazo.

Lo anterior nos deja la opción del Partido Republicano.

¿Cuál será la postura de la mayoría en el Congreso? ¿Apoyará a Trump o a sus partidarios, los cuales saldrían perdiendo si los Estados Unidos se retiran del tratado?

Este es el comodín.

Esta es la gran incógnita.

Y mucho depende de las acciones y reacciones de la mayoría Republicana en el Congreso.

¿Pueden arriesgarse a que Trump pierda el apoyo de sus adeptos en las elecciones locales, o pondrán los intereses de la nación por encima de los suyos propios?

Dadas las circunstancias, ¿cuál es el futuro de América del Norte?

Yo me muestro optimista, pero también precavido.

Existen sólidas cadenas de producción que han creado una economía eficiente y altamente integrada.

Los tres países tienen una fuerza laboral competente y experimentada, la cual es capaz de crear tecnologías de punta y de fabricar una gran variedad de productos que son al mismo tiempo sencillos y altamente complejos.

Existe un fuerte sector financiero, que cuenta con bancos de clase mundial e instituciones financieras, administradores y planificadores de primer nivel, y ejecutivos destacados en cada una de las ramas del mundo de los negocios.

Mientras tanto, la tecnología continúa impulsando a la economía de América del Norte, y ha creado una sólida presencia global.

Parece que lo único que le impide a dicha economía el ser aun más grande e importante, es la falta de visión política en Washington.

El problema es el deseo de los Estados Unidos de abandonar el liderazgo global, y su firme determinación de hacer las cosas solos.

Aunque esto le atrae a aproximadamente un treinta y cinco por ciento del electorado estadounidense, la mayoría sigue queriendo tener liderazgo, compromiso y participación.

Pero no debemos subestimar a Donald Trump. El mercado bursátil de los Estados Unidos está significativamente a la alza, la economía está creciendo, el desempleo está bajando, y la reforma fiscal podría, a corto plazo, poner más dólares en el bolsillo de los votantes.

El señor Trump puede afirmar que ha cumplido sus promesas, y si se aferra a su postura con respecto al Tratado de Libre Comercio, su base política podría estar totalmente de acuerdo.

Por lo tanto, el futuro de América del Norte depende en gran parte de lo que pueda ocurrir durante los próximos tres años.

El TLCAN continuará de una manera u otra. Las redes de contactos desarrollados durante los pasados 24 años no desaparecerán. De hecho, estas redes han sido útiles para Canadá.

Cuando me uní a la Embajada Canadiense en México en 1995, Elecciones Canadá ya estaba trabajando con el IFE para apoyar el rediseño del sistema electoral mexicano. Durante ese tiempo, trajimos varios grupos desde Canadá para establecer y mantener un diálogo con contrapartes mexicanas desde diversas perspectivas. Reunimos grupos indígenas de ambos países, ambientalistas, expertos en derechos humanos, género e igualdad, así como muchos otros para establecer conversaciones que han durado desde el inicio del TLCAN hasta nuestros días y que trascenderán hacia el futuro.

De hecho, hace un año, el Ministro de Recursos Naturales (Natural Resources Canada) Jim Carr, visitó México con un grupo de empresarios indigenas canadienses que incluía a algunos del sector minero. Se reunieron con sus contrapartes mexicanas y exploraron los problemas de las industrias extractivas y el impacto que pueden tener en las comunidades indigenas, y como los grupos nativos canadienses manejan este tema tan complejo y delicado.

Cuando el Primer Ministro Trudeau habla de incluir en la nueva versión del TLCAN el derecho a un sueldo justo, derechos indígenas y otros temas no relacionados con el comercio, creo que sabe que estos elementos no serán decisivos.

Sin embargo, el TLCAN aunque es un acuerdo comercial es un valioso paraguas que ha reunido a muchos en ambas sociedades y promovido la cercanía fuera del tema comercial.

Esta es la razón por la que creo que, si las negociaciones del TLCAN colapsan o el tratado encuentra su fin, un mecanismo similar tendría que ser reinventado. El diálogo continuará y los participantes de los tres países llamarían a crear un nuevo marco en el que el tema sea estratégicamente manejado.

Estoy esperanzado en que los líderes que surjan dentro de los siguientes tres años crearán un clima de optimismo y nos llevarán a tener un continente mejor.

Ya veremos.

[i]*Novena de nueve partes en las que se dividió la conferencia[/i].

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