Carlos Mena
Foto: Cuartoscuro
La Jornada Maya
Lunes 5 de marzo, 2018
¡Siempre se cuestiona la corrupción! Cuando se detectan casos, las autoridades de gobierno de todos los partidos influencian a sus fiscalías o poderes judiciales oficializando la impunidad, destruyendo la democracia, la justicia y la esencia de la política, es decir, el bien común.
Pero, ¿qué pasa con la sociedad civil?, asumimos que es impoluta. Organizaciones civiles como partidos, sindicatos, cámaras empresariales, clubes hasta simples organizaciones civiles han vivido casos de secuestro por los grupos dominantes que han sesgado a sus integrantes para que no puedan proponer, debatir, o crecer de acuerdo a los intereses y objetivos de las organizaciones mismas.
Existe la palabra exacta, se le denomina nepotismo: "Trato de favor hacia familiares o amigos, a los que se otorgan cargos o empleos públicos por el mero hecho de serlo, sin tener en cuenta otros méritos".
Ejemplo: un político se inscribió a un proceso electoral y en la votación no fue nombrado, un dirigente empresarial local quiso inscribirse a la candidatura de su cámara nacional y por requisitos discrecionales no lo dejaron, simples organizaciones profesionales no avisan cuándo son las elecciones o temas a debatir a fin de inscribir a los amigos cercanos o manipular posturas gremiales.
La democracia en muchas organizaciones civiles ha sido vulnerada por falta de transparencia, manipulación y violación de sus propios estatutos; también carecen de organismos arbitrales que hagan respetar sus reglamentos que garantizan los derechos de todos sus socios, si bien hay ley de cámaras, ley de sindicatos y de partidos. La falta de sanciones permite estos atropellos.
Existen organizaciones como la Secretaría de Economía y, en el caso de los partidos, el INE, que pueden intervenir en las organizaciones mediante denuncia de algún socio, pero muy limitadamente: cuando hay problemas, se inician litigios judiciales.
La propuesta para perfeccionar la integridad de las organizaciones civiles podría ser comités de cumplimiento mixtos donde una vez al año se rindan informes de acatamiento de sus estatutos y procesos, sobre todo cuando éstas reciban recursos públicos. Esta calificación o dictamen serviría perfectamente para saber qué organizaciones son realmente representativas de los gremios, y las que cumplen los derechos de todos sus asociados.
Tener organizaciones civiles fuertes, dinámicas y representativas, así como la libertad de prensa, son los principales contrapesos de los gobiernos, éstas hacen crecer y evolucionar a la sociedad en todos sus frentes y problemáticas. Lo contrario es tener organizaciones con liderazgos simulados eternos que frenan y provocan parálisis, apatía y éxodo de sus propios integrantes. La autonomía es el pretexto del cual se escudan los manipuladores.
Cuando vean que alguna organización civil informa de candidatos o posturas, no necesariamente es la opinión del gremio, sino de los del grupo dominante que no legitima sus opiniones con sus asociados y que muchas veces venden al mejor postor los apoyos y las decisiones. El sistema de crecer por méritos, talento y capacidad de trabajo, pasa a segundo plano. Fortalecer las organizaciones civiles es tan importante como las propuestas de los partidos políticos y la democracia misma.
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