Trabas del desarrollo económico

Kálmán Verebélyi
Foto: Fernando Eloy
La Jornada Maya

Lunes 29 de enero, 2018

Podemos no estar de acuerdo, pero viendo el desarrollo de varios estados de la república, parece ser cierta la aseveración según la cual, cuando un gobernador toma las riendas de su entidad, el primer año transcurre con qué hay que hacer, el segundo con la planeación, el tercero es de las licitaciones y el comienzo de algunas obras, el cuarto año se caracteriza por la construcción, el quinto la finalización de las obras, y el sexto es de las inauguraciones.

El ejecutivo campechano está llegando a su tercer año, y ya hay obras que se están construyendo: carreteras como la costera, Moch-Couho sigue cercado, se aprecia cierto movimiento en el paso elevado de la ría y gobernadores va avanzando.

Los gobernadores intentan dejar su huella construyendo obras ostentosas, y Campeche no es la excepción. Pero éstas aún no comienzan, y no porque Alejandro Moreno Cárdenas se niegue, sino porque durante los primeros meses de cada año no llegan las transferencias federales, independientemente de que el presupuesto se aprueba en los meses de otoño.

El presidente Enrique Peña en su última visita a Campeche aseguró que las obras impulsadas por Alejandro Moreno no carecerán de fondos, que en tiempo y forma abrirá sus puertas el estadio multifuncional en la dársena que está justo frente a galerías.

El proyecto está interesante, se intenta crear un espacio con condominios y un estadio acorde a las exigencias del siglo veintiuno. Los edificios, por su naturaleza de ser destinados a dueños futuros, habrán de construirse con capital privado. La misma suerte corre el centro comercial planeado en resurgimiento. La ampliación del malecón en la misma zona se justifica con el aumento del tráfico vehicular.

La declaratoria de la Zona Económica Especial en Carmen, en Atasta, se espera para el mes de abril. Ya varias empresas se han instado en la zona esperando participar en la bonanza que la reforma energética promete para la inversión privada. Hoy día sería aventurado pronosticar para cuándo saldrá esta zona petrolera de la crisis por la falta de empleos.

Sin embargo, hay que señalar que las empresas buscan instalarse donde las comunicaciones terrestres (tren, autopistas) para el rápido y efectivo desplazamiento de sus productos está dada. Y en Atasta hay un cuello de botella, el tráfico es lento, y por la gran cantidad de topes se dañan los vehículos; hay una gran cantidad de averías en el transporte pesado que disminuye la efectividad de las empresas instaladas en la zona.

Para resolver el problema se han proyectado numerosas alternativas, sin embargo ninguna se ha concretado. A veces porque no hubo dinero para ello, en otros casos porque los ecologistas se oponían a que el trazo se ejecute en una zona donde hay una gran diversidad de flora y fauna.

Pero hay solución, si se quiere que haya. El ejemplo más reciente es cómo se resolvió la construcción de la autopista en San Francisco Kobén, a pesar de la protesta de los habitantes. Podría tomarse como modelo las experiencias de los segundos pisos en la Ciudad de México, en Puebla, en el Estado de México.

Estamos en año electoral, y de experiencias sabemos que esto no favorece a los proyectos costosos; sin embargo, si no hay voluntad política, la reforma energética no podrá traer sus beneficios a Campeche.