Piensa dos veces, textea una

Jorge Canto
Foto: Notimex
La Jornada Maya

Lunes 9 de diciembre, 2019

Es posible discutir mucho sobre lo que nuestra especie ha logrado a lo largo de su aparición. Los [i]Homo Sapiens[/i] se transformaron a lo largo de la historia. La evolución a los homínidos que hoy le llamamos [i]Homo Sapiens[/i], empieza con los [i]Homo Habilis[/i], ya que en su surgimiento histórico se le relaciona con la creación de las primeras herramientas. Fueron los primeros en tener la habilidad de crearlas y usarlas.

Estas herramientas lograron que hoy en día leamos este periódico en cualquiera de sus presentaciones, o bien realizar actividades de manera simultanea al leerlo. Sí, hacemos cosas al mismo tiempo.

Actualmente la evolución de las herramientas han cambiado poco a poco las actividades humanas. Algunas civilizaciones desaparecieron por el hecho de que otras tenían mejor dominio de herramientas conocidas por ambas, o bien tenían herramientas exclusivas que también dominaban.

Las llamadas herramientas digitales están modificando el mundo y la forma de comunicarnos, sólo que hay herramientas para cada cosa y muchas clasificaciones de éstas. Las hay de comunicación síncrona y asíncrona, de análisis y recolección de datos, y así podríamos hacer una larga lista como las herramientas de montaje, de sujeción o de percusión entre otras.

¿Quién ha intentado apretar un tornillo con un martillo? ¡Exacto!, su forma, uso y manejo son muy distintas y cada herramienta tiene una finalidad para una tarea especifica.

En las organizaciones empresariales y sociales, las herramientas de comunicación son fundamentales, sin embargo, cada una tiene una forma, uso y manejo.

Pongamos por ejemplo la herramienta creada hace algunos años y que hoy es del “dominio” de millones de personas: el Whatsapp.

Esta herramienta fue creada para intercambiar mensajería instantánea con base en textos cortos entre un grupo de usuarios que pueden ser identificados por un número telefónico, sus antecesores fueron los mensajes de texto SMS, ICQ, MS Messenger entre otros. Sin embargo, esta herramienta logró popularidad y se colocó en el mercado, aunque muchos todavía no sepamos cómo es que una acción de Whatsapp vale 202 dólares en la bolsa de valores de Nueva York si no pagamos por ella ¿Cómo genera ingresos? Esto lo discutiremos en otro momento.

El uso adecuado de esta herramienta permite la comunicación síncrona con las personas con las cuales tenemos contacto y puede servir ahora para el traslado de documentos, fotos, audios y muchos archivos digitales, sin embargo, el mal uso de éstos puede causar problemas sicológicos, organizacionales y sociales.

Odiados por muchos, amados por otros, los grupos de whatsapp tienen gran popularidad. El impacto negativo de los grupos de whatsapp en las organizaciones los observo en tres clasificaciones: la infoxicación, la exhibición y el excesivo control.

La infoxicación es el exceso o sobrecarga de información, que impide profundizar en los temas que abordamos. Es tanta la información que se puede dar en un grupo de whatsapp y de manera tan desordenada, que acaba por dejar de importar a los miembros de la organización.

La exhibición de manera positiva es la exposición pública de una habilidad, de manera negativa es la exposición de una debilidad o ausencia.

Muchos grupos de whatsapp sirven para exponer quién no ha hecho o quién no pudo, debido a que es un espacio donde la ausencia de respuesta es la falta de contenido. “¿Quién dejo sucia la cafetera? –Yo no; -Yo tampoco; y cientos de mensajes similares que nunca responden la pregunta, pero que para que cuando alguien no responda sea el culpable. En temas pequeños el sentimiento es pequeño; en temas importantes el sentimiento es igual magnitud. Haz sido expuesto como sucio o como mentiroso si tu dejaste sucia la cafetera.

El excesivo control por parte de quien tenga la jerarquía más alta en el grupo, aunque no sea el administrador de éste, pueden causar un proceso de estrés y limitaciones en las actividades laborales. ¿Dónde empieza y termina la jornada laboral?, nos sentimos constantemente vigilados por el “jefe”. Por ello, en países europeos dentro de sus leyes de protección y privacidad de datos se crean artículos de “derechos a desconexión digital” que protegen a los trabajadores de este excesivo control.

Las herramientas digitales deben ser usadas por personas capacitadas que tengan el conocimiento y el dominio de éstas, pues hasta el mejor martillo se ha vuelto un arma siendo mal utilizado.


[b]Para mejor uso de Whatsapp[/b]

Para usar los grupos de Whatsapp eficientemente propongo:

Crear un grupo que tenga un objetivo claro, limitado en el tiempo, para que una vez que cumpla su función sea eliminado por quien lo creo.
Que el administrador del grupo ponga las reglas de participación y formas. Aunque no se puede controlar el orden de respuestas se puede evitar una infoxicación con respuestas de tipo “Yo no”, “Ok”, o respuestas repetitivas, palabras grotescas o altisonantes.

Que se formulen bien las preguntas para evitar la tentación de exhibir a los compañeros en sus debilidades o ausencias y ello fomente en los miembros del grupo la exposición positiva, o simplemente el silencio.

Que se respeten los horarios laborales para evitar que el grupo sea un espacio que sustituya el recurrir a la lectura de manuales y procesos respondiendo dudas que pueden ser encontradas en fuentes primarias. Cualquiera de las dos situaciones disminuye la productividad e incluso la felicidad de los colaboradores. Todos necesitamos un descanso y de retos.

Sun Tzu decía: “si las ordenes no están claras y las instrucciones no han sido debidamente explicadas, la culpa es del general; pero si tras haber sido perfectamente aclaradas los soldados no las obedecen, la culpa es de los oficiales”. Si no se cumplen las reglas del grupo, en vez de ayudar a la productividad la ira aniquilando poco a poco.

Los grupos de Whatsapp pueden dañar la productividad e incluso el ánimo y las emociones de sus integrantes, “te lees molesto” son expresiones que nos hacen ver que las intenciones de nuestros textos se pueden sentir de acuerdo a la susceptibilidad del lector. Use la regla del carpintero digital: “Piensa dos veces, textea una”.

Albert Einstein dijo en una ocasión: “si un escritorio desordenado es señal de una mente desordenada ¿qué debemos pensar de un escritorio vacío?”.

Verifiquemos el nivel de conversación de nuestros grupos de Whatsapp y veremos qué hay en las mentes de nuestros colaboradores. Aprendiendo de las herramientas digitales, su uso, sus alcances e impactos, podremos llegar de los [i]Homo Sapiens[/i] a los [i]Homo Digitalus[/i], no olvidemos cómo fue que desaparecieron los [i]Homo Habilis[/i].

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