Con Tren Maya, cultura y progreso van de la mano

Juan Carlos Pérez Villa
Foto: Captura de pantalla
La Jornada Maya

Lunes 27 de octubre, 2019

Con un mes recorriendo sobre la naturaleza espectacular, acompañados de gente de la península, [i]El Espíritu del Tren Maya[/i] surge con la obligación de proteger al imperio cultural que representan los mayas, una cultura viva, pujante y extraordinaria, ahora con alternativas para crecer junto con el progreso, comparte Salomón Bazbaz Lapidus, director general del libro con dicho nombre, primer documento que deja testimonio de las rutas, estaciones y personajes involucrados en uno de los proyectos clave del gobierno federal para el sureste de México.

El texto, presentado en el marco de la 17 edición de la México Cumbre de Negocios Business Summit 2019, celebrada en Cancún, nació con la iniciativa del empresario Miguel Alemán Velasco, presidente del evento.

Bazbaz Lapidus explicó que en febrero de este año se reunieron para arrancar el proyecto con la intención, desde un principio, de apoyarlo siempre y cuando exista un desarrollo social y que los mayas no sean un objeto de folklore, sino parte del tren.

Para realizarlo hicieron un recorrido a tierra, con el apoyo de la Secretaría de Turismo y del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), estación por estación, con los maquinistas, hoteleros, miembros de la sociedad, estuvieron en los basureros, plantas de tratamiento de agua, detectaron que la mayoría no cuenta con las instalaciones adecuadas, que hay mucho trabajo de infraestructura por hacer.

Después invitaron a intelectuales para que con sus textos mostraran la visión de que no es solamente un proyecto turístico, sino más de la cultura viva, de la gastronomía, las artes, crear empleos culturales, que la gente pueda vivir de ello. “No hay misión más noble que ayudar a ello”, aseguró Bazbaz.
Se trata de que empresarios vean también lo necesario en materia cultural y ambiental sobre la zona peninsular, pero que la población no cambie su vida, el Tren Maya ya está en el inconsciente colectivo, ya hay un posicionamiento sobre el proyecto, comentó.

“Hemos encontrado que la gente está acostumbrada en unas zonas, pero en otras como Bacalar y Chetumal hay mucha pobreza, hay poco turismo y entonces se convierte en una alternativa, y no una resistencia como se pensaba”, aseguró.

Además de ponerle atención a esta zona surge también la importancia de proteger al ambiente, es una zona de agua impresionante, mucha gente viene a eso, a visitar mar, cenotes, por ello el respeto al vital líquido es una obligación.

[b]Dos propuestas, un fideicomiso y un centro maya[/b]

En el libro, Salomón Bazbaz propone “Las Rutas de la Identidad”, dos acciones para convivir con el desarrollo social y económico en la región ya, desde un mediano plazo.

Primero es la creación de un Fondo de Inversión para la Cultura Maya, con el objetivo de vincular a todos los actores en el proceso económico y a salvaguardar el patrimonio cultural, para que esté destinado un porcentaje de lo invertido por los empresarios para acciones exclusivamente relacionadas con la cultura, el medio ambiente y los pueblos originarios.

La otra propuesta es establecer un Centro Maya de la Artes para fortalecer los procesos y las iniciativas para proteger el patrimonio cultural y material de la región y sentar las bases para la construcción de un Plan Maestro Maya, con la participación de agencias internacionales, académicos, especialistas y gestores que articulen las expectativas, los proyectos y las preocupaciones de los mayas.

La intención es que con este modelo las comunidades de la península participen de manera vivencial, espiritual, reflexiva y creativa en el cuidado de su patrimonio y con ello se transmita de manera tradicional los valores y conocimientos de la cosmovisión maya.

Un referente es el modelo del Centro de las Artes Indígenas (CAI), ubicado en Papantla, Veracruz, institución totonaca de enseñanza-aprendizaje, incluida en la Lista de Mejores Prácticas para la Salvaguardia el Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en 2012 y refrendada en 2018.

[b]Tren Maya, un acto de justicia social[/b]

[i]El Espíritu del Tren Maya[/i], asegura Miguel Alemán, es una posibilidad de coadyuvar en un “extraordinario acto de justicia social, reactivación económica, desarrollo regional, salvaguardia identitaria y diálogo con el mundo en el mejor de los lenguajes: el de la inmersión cultural sustentable”.

Es el testimonio del inicio de un tren que cambiará el destino el sureste, advierte las carencias, los retos y las incertidumbres, con el interés de llegar a una reconciliación nacional, por el efecto de volver a unirse para restablecer los vínculos que conforman a la nación.

Europa, Japón o China sin trenes no son imaginables, en la península es también positivo. Hay rumores de quienes decían que venía un caballo de fuego y otros más preocupados por el lugar que ocuparán con el tren, pero se trata de entrar al camino del progreso, “que los jóvenes sean orgullosamente mayas”, aseveró Bazbaz.

“Espero que la península tenga un repunte en su identidad, que los mayas estén muy orgullosos de su tradición, y que la gente esté consciente de que está en uno de los tesoros naturales más importantes del planeta”.