Margarita Díaz Rubio
Foto: Afp
La Jornada Maya
Viernes 30 de agosto, 2019
Estamos ante un escándalo que protagoniza la estrella de la ópera llamada Plácido. Estoy triste por ello, pues admiro y respeto al maestro que ha tenido inmensos gestos de generosidad y grandeza, mismos que ha demostrado en más de medio siglo a través de su trabajo.
El tenor no sólo ha convertido la ópera en un fenómeno universal, sino que se ha preocupado por dejar una herencia para los que le sobrevivan, todo ello a través de conciertos benéficos y numerosas audiciones. Los que hemos asistido en la ciudad de Los Ángeles a lo que llaman [i]Operalia[/i] (fundada por el tenor en el año de 1993) podemos dar fe de ello. Gracias a esa competencia han despegado las carreras de varios cantantes destacados. El tenor es altruista.
Y la denuncia se hace de manera mediática, de manera anónima, desprovista de pruebas y sólo una identificada que lo acusa por haberse insinuado una noche. Por ello en algunas ciudades de Estados Unidos le están anulando contratos, cuando en cambio en Europa lo están vitoreando más que nunca.
Sabemos que Domingo es coqueto, guapo, con gran atractivo, mucho carisma y personalidad y que las mujeres han corrido detrás de él desde el inicio de su carrera, y sabemos también que él sigue con la esposa que abandonó el canto para unirse al artista.
Los hechos se remontan a los 80. Y ahora, a pesar de que extraños intereses están tratando de deteriorar la figura del tenor, que tiene una fama casi mitológica, todo parece demostrar que el efecto ha sido contrario.
Me he enterado que el próximo mes de octubre habrá un magno concierto en el Palacio de Bellas Artes en apoyo a Plácido Domingo. Las mejores voces de México se levantarán para decir: aquí estamos.
[i]Mérida, Yucatán[/i]
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