de

del

Jesús Hernández Martínez
Foto: Juan Manuel Valdivia
La Jornada Maya

Jueves 22 de agosto, 2019

La extorsión mediante el cobro del “derecho de piso” por parte de los grupos de criminales organizados hacia los particulares, principalmente los empresarios, ya es un grave y crítico problema que tiende a extenderse en Quintana Roo ante el temor de los inversionistas y la impotencia de las autoridades para detenerlo.

La multiplicación de homicidios a quemarropa, principalmente en Playa del Carmen, Cancún y otros puntos con desarrollo turístico de la zona norte del estado y que en los últimos meses ya comienzan a surgir en Othón P. Blanco y Felipe Carrillo Puerto, tienen alguna relación directa con los intentos de extorsión. Quienes no han respondido pagando sus “cuotas” por el “derecho de piso” a la petición de los delincuentes, han muerto en su mayoría a balazos.

El problema no es nuevo, ni exclusivo de Quintana Roo –en otros puntos del país es peor-, pero en la entidad tiende a crecer y ya varios inversionistas han cerrado sus negocios ante la necedad de los malhechores que quieren llevarse la mayor parte de las ganancias a cambio de ofrecer supuesta protección.

Otra consecuencia es que en Playa del Carmen, Tulum y Cancún muchos choferes de taxis han abandonado esas actividades por el insistente cobro del “derecho de piso”. En esas tres ciudades los sindicatos tienen guardadas muchas placas de automóviles de alquiler que nadie quiere operar.

Entre otras causas, por la creciente extorsión los tenedores de placas de taxi de Cancún, Playa del Carmen y Tulum, tratan de venderlas y sus líderes sindicales les han dicho: “que se esperen, que el problema se va a resolver”. De hecho, cuando menos en esos tres municipios las placas de taxi han bajado de precio, respecto al que se cotizaba hace 10 años.
Algunos las han “rematado” para evitar enfrentamientos con los integrantes del crimen organizado.

Aunque en muchos casos los homicidios son resultado de “ajustes de cuentas” entre las agrupaciones de maleantes que se dedican al narcotráfico, en otros las víctimas han sido quienes no han pagado el “derecho de piso”, personas pacíficas, pequeños empresarios o sus empleados a quienes, sin miramientos, los extorsionadores han privado de la vida, sin que las autoridades puedan hacer algo para terminar o al menos disminuir el problema.

Desde hace más de 15 años, cuando la problemática de las extorsiones iniciaba en Playa del Carmen los empresarios expresaban en público o ante el gobernador en turno, que se hiciera algo para que la justicia llamará a cuentas a quienes trataban de cometer este delito.

En su mayoría, según confesaban, los delincuentes lograban el cobro por el “derecho de piso”, pues las víctimas tenían temor por ellos y sus familiares. El problema, según se sabe, no sólo no disminuye sino que tiende a crecer y a extenderse en todo el estado. Las autoridades se han ofrecido intervenir, pero al parecer sin éxito.

Por cierto, a los quintanarroenses les llama la atención que las autoridades de los tres niveles de gobierno anuncien de vez en cuando una mayor inversión, compra de equipo y un mayor número de efectivos para preservar la seguridad pública, sin embargo, el número de homicidios aumenta en lugar de disminuir. Los asesinatos con características de que son resultado de la negación por pagar el “derecho de piso”, se han extendido en los últimos meses hacia el centro y sur de la entidad.

Hace más de dos años, La Jornada Maya publicó el caso de un empresario chetumaleño, quien junto con su familia, cambió su domicilio a Playa del Carmen, porque en la capital del estado a fuerza de trabajo, abrió en varios años algunas 10 pequeñas tiendas de “conveniencia”. Todo iba bien hasta que los delincuentes le exigieron el pago de “derecho de piso” y algunos meses entregó el dinero, pero como cada vez le exigían más decidió suspender la extorsión.

Las consecuencias: recibió una golpiza por la que perdió un ojo y estuvo varias semanas hospitalizado. Una vez que abandonó el sanatorio vendió todos sus negocios y se dedicó a manejar un taxi que no era suyo. Posiblemente, casos como el anterior, que fue real, haya otros que no se denuncian por temor a la delincuencia organizada.

En las últimas semanas se han multiplicado en Chetumal las llamadas telefónicas cuyo origen, de acuerdo con la lada, son de extorsionadores y las autoridades han alertado a la población para que no las contesten.

También en Felipe Carrillo Puerto como en Chetumal, han aumentado los homicidios, según las versiones extraoficiales, los responsables son los delincuentes a los que las víctimas no quisieron o no pudieron pagarles el “derecho de piso”.

“Que si tenemos miedo, claro que tenemos miedo por el constante aumento de la delincuencia y de la inseguridad, de nuestras personas y nuestros familiares”, comentó de manera informal entre amigos hace unos días un inversionista chetumaleño.

Por ese y otros problemas la situación es grave, no sólo en Quintana Roo sino en todo el país, tanto, que el propio Presidente, Andrés Manuel López Obrador reconoció esta semana que el crimen organizado no cede y la devolución de la seguridad a México es uno de los grandes pendientes de su gobierno.

[b][email protected][/b]


Lo más reciente

Andorra retiene más de 100 mde a Juan Collado, abogado de Peña Nieto

Según indagaciones, provienen del blanqueo de fortunas de sus clientes.

La Jornada

Andorra retiene más de 100 mde a Juan Collado, abogado de Peña Nieto

Riña en penal de Culiacán deja tres reos muertos

Se desconocen la identidad de los lesionados y los detalles del hecho

La Jornada

Riña en penal de Culiacán deja tres reos muertos

Milei: pelear con (casi) todos

Astillero

Julio Hernández López

Milei: pelear con (casi) todos

INE ordena a Gálvez detener plagio de logotipo

Dinero

Enrique Galván Ochoa

INE ordena a Gálvez detener plagio de logotipo