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del

Hugo Martoccia
Foto: La Opinión QR
La Jornada Maya

Lunes 29 de julio, 2019

En días pasados, una fotografía tuvo un impacto profundo en el juego político quintanarroense. En la foto podía verse, sonrientes y estrechándose las manos, al gobernador del estado, Carlos Joaquín, y a la senadora de Morena, Marybel Villegas.

La escena no pasaría de ser una más en la historia política local, si no incluyera tantos errores estratégicos por parte de la legisladora.

Los errores son tan grandes, que la pregunta surge casi por obligación ¿Marybel dejará de ser opositora para buscar la gubernatura por el “camino del medio”, que ya tantos transitan? ¿O tuvo que cumplir alguna orden superior, y no le quedó otro remedio?

Sea la respuesta una u otra, en ambas opciones se cometieron errores de forma y fondo que pusieron toda su estrategia anterior en entredicho.

Ese encuentro entre ambos políticos se dio en el contexto de un pico de enfrentamiento entre ellos. O, en los hechos, del enfrentamiento que Marybel utilizó, desde hace más de un año, como estrategia para situarse en el lugar de la principal opositora del estado.

Esa estrategia le había servido hasta hoy, dándole réditos políticos y electorales.

Por eso quedó en evidencia que el momento elegido para la fotografía fue un gran error: se vio casi como una capitulación de la legisladora, en un momento álgido de esa batalla.

Otro error fue el contexto. Para sacarse una foto de “amistad” con un adversario político tiene que haber un principio de diálogo, y luego algún acuerdo de fondo, una estrategia común, algo que le dé sentido. Aquí no lo hubo: sólo las sonrisas de ambos y una frase hecha de Marybel (que subió la fotografía a sus redes sociales) sobre dejar a lado las diferencias políticas por el bien del estado.

Un dato no menor es que el gobernador Carlos Joaquín ni siquiera se refirió al hecho. Es lógico, para él es todo ganancia. La foto con Marybel llegó justo después de que el oficialismo entendiera, por primera vez, que no debía contratacar a la senadora con estrategias mediáticas del pasado, sino con hechos concretos.

La morenita había vuelto a poner el tema Aguakan en los medios, y culpó directamente al gobernador de no querer rescindir ese contrato por causas oscuras.

Carlos Joaquín replicó horas después con un dardo de alto voltaje: dijo que habría que empezar por investigar a quienes aprobaron la ampliación de esa concesión.

Marybel Villegas fue una de las diputadas que durante el borgismo creyó conveniente darle a Aguakan 30 años más de la concesión de Cancún, y entregarle Solidaridad por 39 años. Hay que recordar que por ese tema aún hay 1500 millones de pesos perdidos por ahí.

Marybel quizás sea inocente de corrupción (no se sabe, hasta hoy, que haya alguna causa contra ella) pero no es inocente de borgismo. Ese oscuro periodo de su historia política siempre la pondrá a dar explicaciones incómodas.

¿Fue esa la razón por la cual Marybel buscó una tregua? Seguramente no. Pero la sucesión de hechos no la dejó bien parada políticamente.

[b]¿El fin de la estrategia opositora?[/b]

Cada cierto tiempo, la senadora de Morena apuntaba sus cañones mediáticos contra Carlos Joaquín. Para ella era una estrategia lógica; todos los demás morenistas con algún cargo (y algún futuro político) decidieron hace tiempo no pelearse con el gobernador.

Esas posturas van desde la posición neutra de Mara Lezama (es la autoridad municipal con la que el gobernador más se muestra) los acuerdos “secretos” que ha hecho el senador José Luis Pech con el joaquinismo, hasta la abierta decisión del diputado federal Luis Alegre de presentarse como el candidato del gobernador y de AMLO. Marybel había elegido el menú que nadie había buscado: ser la opositora.

Ese concepto de ser el opositor natural suele dar réditos políticos, y se los había dado a Marybel. Sin embargo, la senadora, quizá, había equivocado uno de sus frentes de batalla, al tomar el caso Aguakan, donde tiene demasiado que explicar.

Pero de ese error la salvaba una y otra vez el propio oficialismo, que tenía como única respuesta dirigirle ataques mediáticos inconsistentes. En este mismo espacio se dijo, semanas atrás, que era un error del joaquinismo asumir a Marybel como su enemiga mediante ese tipo de contrataques de bajo nivel en las redes sociales, porque sólo le convenían a ella.

Pero increíblemente, en el momento de mayor tensión, con la senadora de nuevo apuntando todo su poder mediático hacia Carlos Joaquín, y con el oficialismo trastabillando de nuevo en esas estrategias, Marybel dio marcha atrás y tiró por la borda meses de campaña política.

[b]La otra versión[/b]

La mejor versión de lo que hizo Marybel (la mejor versión para ella, digamos) es que se trató de un especial pedido por parte del presidente del Senado, Ricardo Monreal.

Esa versión propone que la senadora estaba contradiciendo, con su campaña formal en contra de Carlos Joaquín, la orden del propio presidente Andrés Manuel López Obrador de no confrontar institucionalmente con los gobernadores.

La idea de AMLO es que al partido, Morena, es a quien le toca ese papel; no a los diputados o senadores, que deben dar una imagen de concordia y trabajo conjunto.

Aún queda en la retina de toda la clase política la fotografía de AMLO junto a Carlos Joaquín, Laura Beristain, y Marybel Villegas, durante un evento en Playa del Carmen hace pocas semanas, diciéndoles que ya no se peleen y trabajen juntos.

Esta versión propone que no todo es pérdida para Marybel Villegas. La estrategia de fondo es lograr el respaldo total de Ricardo Monreal para ser la candidata a gobernadora en Quintana Roo en 2022.

Se sabe que el presidente del Senado, un astuto y hábil político, arma una red de posibles candidatos para las 13 gubernaturas que se elegirán en 2021, y las que seguirán después. Desde allí, quieren armar su candidatura presidencial en 2024.

En las últimas semanas, han habido varios eventos de “informes anuales” de legisladores federales morenistas, tanto diputados como senadores, en los cuales hay una fuerte presencia de compañeros. Se trata, en el fondo, de fotografías políticas para mostrar músculo.

Marybel daría su informe en septiembre, con todo el apoyo de Monreal y legisladores diversos. Sería la presentación formal de su respaldo político para ir por la gubernatura.

Pero más allá de si eso sucede o no, lo cierto es que en un escenario de confrontación cada vez más fuerte en el ámbito nacional entre AMLO y la derecha, Marybel pierde su principal activo político, y también deja en el camino un poco más de congruencia.

En su entorno más inmediato sólo esperan que haya sido un error involuntario, y que pronto lo remedie. En el oficialismo, festejan otro traspié del morenismo local, que muestra tantas caras ideológicas y políticas diversas, que ya parece que no tuviera ninguna.

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