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Hugo Martoccia
Foto: Eduardo de Luna
La Jornada Maya

Lunes 1 de julio, 2019

La visita de Andrés Manuel López Obrador a Quintana Roo dejó señales de todo tipo. Como hace mucho no sucedía, un Presidente ha vuelto a ser el eje inamovible de la agenda política nacional. Por eso, en su paso por estas tierras, su presencia sembró polémicas, dudas, certezas, malos entendidos y buenas noticias. Todo junto y revuelto.

No fue menor, en ese torbellino, su aporte a la ebullición política local. AMLO dejó ver, otra vez, sus simpatías políticas y personales en el estado. Y ese mensaje dejó muchas sonrisas, pero muchos más heridos.

El presidente visitó, como ya lo ha hecho en otras ocasiones, la hacienda del empresario Gastón Alegre. Ese dato tendrá siempre un fuerte contenido político, por la posición del diputado federal Luis Alegre. El legislador ha dicho, aquí y allá, que es el elegido para la sucesión de 2022, y se mueve de esa manera.

Quienes no creen en ese proyecto dicen que Luis Alegre tiene todo para ser candidato, excepto una sola cosa: votos. Otros creen que ese no es un problema; no en este contexto de Quintana Roo. El oficialismo estatal no tiene aún ni siquiera un prospecto sólido de candidato. El PRI no ha cesado de caer. Los demás partidos son, aún, satelitales. A este paso, la sucesión se definirá en la interna de Morena. Sea cual sea el candidato que defina el Presidente, ese será el que se quede con los votos, simplemente porque no tienen a donde fugarse.

Los que gustan de descifrar los mensajes del poder, vieron también que la visita de AMLO dejó muy en claro su aprecio personal por Mara Lezama. Ese aprecio ha tenido efectos políticos y electorales. Mara fue siempre la candidata de AMLO para Cancún; era sólo una decisión de ella si aceptaba o no esa posición. Hay quienes creen que algo así sucede con la candidatura a la gubernatura de 2022.

[b]El Proyecto Mara[/b]

Nadie ha oído decir a Mara que quiere ser gobernadora. Esa información no ha salido nunca de alguna fuente cercana y confiable de la alcaldesa. Ella misma siempre responde que su único interés es hacer lo mejor que pueda en estos dos años que le restan como presidente municipal. Lo cierto es que el contexto la ha situado en un lugar político específico, que genera especulaciones sobre datos concretos. Veamos algunos.

En la elección del pasado 2 de junio, Morena ganó todo en Cancún. Mara se comprometió, personalmente, en los distritos 1, 3, 5 y 7, pero apoyó a quien se lo solicitara en todo el municipio y también en otros distritos. En la reunión de alcaldes que hubo semanas atrás en Los Cabos, el propio AMLO se lo reconoció y la felicitó.

En esa misma reunión, el mandatario federal fue quien unió en una plática a la alcaldesa y al empresario Carlos Slim. Meses atrás, había hecho algo similar con el líder de los diputados morenistas, Mario Delgado; le dijo específicamente que la apoyara en sus proyectos. Fue el propio Presidente el que designó una persona de su entorno más cercano para que sea el vínculo directo con Mara.

Hace unos pocos días, AMLO defendió con determinación a Mara en dos conferencias mañaneras. En una de ellas, la que dio el pasado lunes en la Ciudad Militar, el mandatario federal decidió que la alcaldesa estuviera presente en el presidium de la conferencia, a pesar de que le correspondía al alcalde de Isla Mujeres, Juan Carrillo, porque estaban en su municipio.

El presta, que sabe de esos mensajes, fue el primero que entendió que era una señal del Presidente, y por eso decidió no convertirse en un escollo. “No hay problema. Entiendo que le tiene empatía y la quiere proyectar. Y es su conferencia”, explicó el alcalde a un grupo de cercanos.

[b]La calle y la gente [/b]

Para nadie ha pasado desapercibido que un día después de las elecciones comenzó un cambio radical en la gestión municipal de Mara Lezama. La alcaldesa está ahora la mayoría de los días de la semana en la calle. Puso en marcha dos programas de gobierno que tienen como razón de ser la atención inmediata a la gente.

Mara había caído en un error muy común a los presidentes municipales: había quedado rodeada de un grupo de funcionarios que manejaban su agenda y sus eventos, y la había alejado demasiado de la calle. Por ese motivo, durante la veda por la campaña electoral, se diseñó ese plan: que el Gobierno gestione desde las mismas calles y a partir de las necesidades de los vecinos, y con Mara como estandarte.

La duda que se ha oído en su entorno es si alcanzarán los recursos para estar brindando soluciones inmediatas a los problemas de los ciudadanos. Tan sólo en dos audiencias del programa Tierra de Todos, hubo casi 3500 consultas ciudadanas. Si ese número se proyecta a dos años que restan de administración, el impacto es abrumador. Pero también lo es la cantidad de recursos que hace falta para sostenerlo.

Los detractores de Mara (la mayoría son, paradójicamente, de su mismo partido) dicen que es una campaña encubierta, que ya prepara su camino hacia la gubernatura. La alcaldesa responde, entre sus colaboradores más cercanos, que sólo hace lo que tiene que hacer un gobierno municipal, que es resolver las quejas y pedidos de los vecinos.

[b]Decisiones numéricas de AMLO[/b]

Como ya se ha dicho, nadie ha oído a la alcaldesa decir que va por la gubernatura. Pero está dando los pasos que hay que dar para que, si toma alguna vez esa decisión, el camino esté preparado. Al fin y al cabo, todos saben cómo decide AMLO a sus candidatos.

La historia cuenta que allá por julio de 2017, luego de un evento en Las Palapas, López Obrador y Mara se reunieron en un restaurante en el aeropuerto de Cancún. El entonces líder de Morena le dijo a Mara que la candidatura de Cancún era suya si la quería, y que él apoyaba cualquier decisión.

AMLO le aseguró que las condiciones era distintas a las de un par de años atrás, cuando Mara había renunciado a la candidatura, y que tenía todo para ganar. Pero López Obrador no sólo demostró su afecto con esas palabras, sino que también se basó en datos concretos. Puso sobre la mesa una encuesta que le aseguraba a Mara un triunfo electoral contundente en Cancún.

Las decisiones electorales de AMLO siempre tienen un ojo en los números. Por eso hay quienes dicen que el proyecto de Luis Alegre podría naufragar. Hasta la senadora Marybel Villegas, otra firme competidora por la gubernatura, lo tiene claro.

Marybel tiene una agenda política que la pone en la acera del frente del gobernador Carlos Joaquín. Pero sabe que eso no es suficiente. En su entorno todos tienen claro que hay estar en todas partes del estado trabajando, y construyendo una estructura y una base electoral. Los números serán un factor fundamental para definir la candidatura, y Marybel quiere que sus números sean buenos.

Por eso, la presencia de Mara en la calle ha generado incomodidad en otros actores políticos de su partido. Y es lógico. Si esa presencia es realmente la campana de largada por la sucesión, quiere decir que la competencia no será en los escritorios federales ni estatales, sino en el rudo y complejo territorio.

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