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Normando Medina Castro
Foto: Ap
La Jornada Maya

Jueves 4 de abril, 2019

La prudencia es un valor un fundamental en las relaciones humanas y en la actividad política constituye una práctica obligada para no poner en riesgo el bienestar colectivo en aras de satisfacer el ego y las pasiones personales. El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, obtuvo la victoria electoral en base a una campaña agresiva, de tintes nacionalistas y racistas que calaron profundo entre gran parte de los votantes estadounidenses, lo suficiente para permitirle instalarse en la Casa Blanca.

Ahora, Trump tiene puesta la mira en la búsqueda de relegirse en el cargo, una vez que ya superó los procesos en su contra por la presunta injerencia rusa en las elecciones que le dieron el triunfo. Su estrategia de campaña basada en gran parte en el nacionalismo norteamericano a ultranza que, no permite concesiones ni ventajas a ningún otro país, se alimenta del miedo y la amenaza a la seguridad y la economía del país de las barras y la estrellas que, Trump cimentó en la inmigración ilegal, sobre todo de mexicanos y centroamericanos.

Eso no cambiará. Al contrario, se intensificará conforme se acerquen las elecciones norteamericanas, por lo que Trump demandará con mayor fuerza todavía, la construcción del muro con México y, hará más amenazas y provocaciones hacia todos los que puedan alimentar su relección. El presidente Andrés Manuel López Obrador no se ha enganchado ante las más recientes amenazas y provocaciones de Trump de cerrar todos los pasos fronterizos con nuestro país, para obligar a los mexicanos a ser los celadores que cierren el paso a la caravana migrante centroamericana que se aproxima. La prudencia de AMLO ha sido reconocida incluso por congresistas norteamericanos que visitaron nuestro país recientemente. Sólo la perínclita oposición mexicana, PRI y PAN, exigen que “responda con mayor firmeza”. Valiente oposición tenemos en México, la misma que pide la intervención extranjera porque “nuestra democracia está en riesgo”.

Con un nudo en la garganta, una desazón que persiste y la sensación de que los que pervierten todo van ganando, amigos y seguidores del músico, fotógrafo, escritor, Armando Vega Gil, bajista y fundador del grupo de rock Botellita de Jerez, asumimos su muerte, forzada, que no debía ni tenía porqué ocurrir todavía y de esa manera. Suicidio antecedido de un linchamiento público por una acusación anónima en #MeTooMéxico, de una joven que dijo que siete años atrás, cuando tenía 13 años, el músico había abusado sexualmente de ella. La andanada de insultos fueron inmediatos a la denuncia anónima, sin pruebas, acusado y condenado por el tribunal de la barbarie pública que “lo quemó vivo” y le quitó su prestigio y credibilidad que ardió en esa hoguera justiciera de la solidaridad sin reflexión.

Poco antes de quitarse la vida, el inolvidable botello envió un mensaje a su amigo Víctor Salcido, quien lo compartió en su twitter: “Aunque se supiera la verdad, aunque se aclarara incluso penalmente, ya me hicieron polvo, ya no tengo credibilidad como músico, como fotógrafo y como escritor porque a parte las cosas que hago son para niños y adolescentes, entonces me voy a quedar sin trabajo. Tarde o temprano la gente va a abandonarme porque una editorial no va publicar un libro mío no porque crea que soy un pederasta, sino porque a la editorial no le conviene alguien que esté en entredicho”.

La carta póstuma de Armando Vega Gil niega que la acusación anónima en su contra fuera cierta y con su nobleza consecuente, la misma que enuncia aquel éxito rockero, Alarmala de tos, puntualiza: “Es correcto que las mujeres alcen la voz para que nuestro mundo podrido cambie. Es un derecho inalienable el de la denuncia, sobre todo el de las mujeres”. En su edición de ayer [i]La Jornada Maya[/i] publica un texto emotivo, puntual y pertinente de la periodista, Blanche Petrich sobre este mismo, triste y muy trascendental asunto por las implicaciones que tiene. El artículo, Me Too y el Valor del Silencio, advierte sobre las denuncias con sabor a mentira, a exageración, a morbo, a revancha y los riesgos de caer en tribunales sumarios, histéricos y acríticos en nombre de causas nobles.

El último informe de labores de la administración del rector de la Universidad de Quintana Roo (UQROO), Ángel Rivero Palomo, recibió el beneplácito del gobernador Carlos Joaquín, quien acudió al evento realizado a puerta cerrada y lo felicitó durante su intervención. Por su parte, un grupo de maestros, personal administrativo y alumnos se manifestaron enfrente de la rectoría en demanda de la autonomía universitaria y de “no más políticos en rectoría”, tal como se leía en una manta.

La esperanza de la reactivación económica del sur de Quintana Roo, incluyendo Chetumal, tiene en la desconcentración de la Sectur y su asiento en la capital quintanarroense, uno de sus motivos importantes; el martes, el gobernador Carlos Joaquín, junto con el titular de la actividad turística nacional, Miguel Torruco Marqués, dieron la bienvenida al primer grupo de funcionarios que están adscritos a la Subsecretaría de Planeación y Política Turística.

De manera temporal, los funcionarios se instalaron en el Centro de Convenciones y Negocios de Chetumal. Se espera que cuando arriben más funcionarios y empleados se trasladen a la mega escultura que será la sede oficial de la Secretaría de Turismo de México.

La llegada de los funcionarios federales puede abonar a que haya mayor circulante en Chetumal, cuyas fuentes de empleo son muy limitadas así como las personas con poder adquisitivo que demanden la oferta de bienes y servicios, ya que bastantes funcionarios estatales prefieren viajar a sus lugares de origen y no consumir en la capital del estado.

Las encuestas de Arias Consultores seguramente incomodan y causan molestia, sobre todo por sus resultados que reflejan una pobre aprobación de la gestión gubernamental quintanarroense en la que siete de cada diez están con la percepción de que no ha cumplido con las obligaciones del encargo. La culpa no es del mensajero ni del mensaje. Las encuestas se aplica en los 32 estados de México. En fin, son cosas que pasan en nuestro país y en nuestro caribeño estado.

¡Hasta la próxima!

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