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Óscar Muñoz
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya

Miércoles 20 de diciembre, 2017

Desde hace años, mucha gente ha apreciado y hasta venerado las publicaciones para colorear, también llamados cuadernos para iluminar. En ellos, los niños de preescolar consiguen desarrollar habilidades sicomotrices y la capacidad de ubicación espacio-temporal. El hecho de colorear las figuras o los dibujos ya determinados en estas publicaciones permite a estos alumnos prepararse en su coordinación motriz fina para los nuevos aprendizajes que enfrentarán en la escuela primaria.

Colorear o iluminar es una actividad beneficiosa para los alumnos, aunque sólo para los que asisten a la escuela preescolar. Además del desarrollo de la sicomotricidad que implica esta acción, se favorecen también los aspectos cognitivos y emotivos. Poner color a los objetos representados con figuras o dibujos permite a los pequeños asociar objetos de su entorno con las representaciones gráficas que tiene enfrente. Por otra parte, el color puede provocar sentidas emociones cuando los niños pequeños los manejan, ya sea a través de lápices de color, pinceles o las propias manos.

Ahora bien, pintar es una actividad que trasciende de la acción meramente física a la acción creativa. Hacer una pintura es mucho más que colorear figuras. Pintar es crear a partir de la nada. Iluminar es colorear a partir de un dibujo. Para hacer una pintura es necesario saber dibujar. Así que muchas veces los niños tienen que hacer dibujos antes de intentar hacer una pintura. Es seguro que antes de pintar, algunos niños tengan que trazar las figuras de su creación. Al principio, estos trazos podrían representar los dibujos que colorearon en sus cuadernos de iluminar. Ellos piensan que así debe ser: tener primero las figuras para después pintar lo que hayan decidido crear.

En otras ocasiones, cuando algunos niños han desarrollado ciertas habilidades logran pintar directamente sin necesidad de dibujar primero. Posiblemente tengan que hacer ciertos trazos de las cosas, apenas insinuados, como una guía para no perder la imagen que han concebido para pintarla. Como se ve, pintar exige habilidades más complejas que colorear y el dibujo puede ser considerado la base de la pintura. Así que iluminar un dibujo no es igual a hacer una pintura. Y esto no significa que colorear sea menos importante que pintar. Lo que hay que aclarar es que iluminar es una actividad adecuada para los más pequeños por el favorecimiento de habilidades básicas, que serán imprescindibles para pintar.

Hace un par de años, los alumnos de una escuela primaria de Mérida que cursaban quinto grado participaron en un ejercicio de pintura y lírica. En éste tenían que pintar las imágenes que evocaban los tercetos de un poema de Octavio Paz, y todos recrearon las metáforas sin equivocación alguna. Posteriormente, los alumnos tuvieron que contemplar un cuadro del pintor oaxaqueño Rodolfo Morales para extraer algunas imágenes visuales y, a partir de ellas, escribir un terceto por cada una. Los resultados fueron asombrosos. Mientras los niños escribieron versos denotativos, mucho más apegados a lo que vieron en aquel cuadro, las niñas consiguieron crear tercetos más connotativos, es decir, más metafóricos, ya que ellas fueron más despegadas de los que miraron en la pintura.

Esta experiencia de los niños muestra su enorme capacidad creativa en la pintura y profunda expresión de su visión. De ahí la importancia de editar, más que cuadernos para colorear para los escolares de primaria, publicaciones en las que los niños tengan la posibilidad de crear y recrear a través de la pintura. Si bien, los cuadernos para iluminar son importantes para los preescolares, para los alumnos de primaria se requiere más que nada cuadernos para pintar. Otro tipo de material interesante serían los cuadernos para dibujar, que ofrecerían a los niños la oportunidad de desarrollar habilidades en esta actividad, que ha sido siempre el lenguaje predilecto de la infancia.

Todo lo anterior viene a colación a partir de la edición del cuaderno Ilumíname, que es para colorear y fue producido por la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado, en colaboración con el Museo Regional de Antropología de Yucatán, Palacio Cantón. Se trata de un material que incluye textos en maya y español, en él la actividad que deben realizar los alumnos de primaria, además de leer los escritos incluidos, es colorear. Hubiera resultado más interesante que en este cuaderno se solicitara a los niños pintar a partir de lo que les provoque la lectura de los textos. Otra opción sería que los niños, luego de mirar detenidamente algunas imágenes, escriban su propia interpretación y la compartan con los demás. De esta forma, todos conocerían la diversidad de enfoques que cada niño tuviera de la misma imagen. Esto es lo que se requiere de los futuros ciudadanos de Yucatán, de la península y del país: imaginación, creatividad, expresión y diversidad de opinión.

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