Perla Tun y su isla de fantasía

Cliserio E. Cedillo Godínez
Foto: Info QRoo
La Jornada Maya

Jueves 9 de noviembre, 2017

“Cría cuervos y te sacarán los ojos”, viejo refrán que en Cozumel parece aplicarse al pie de la letra. Ciertamente a Perla Tun Pech, presidente municipal de la ínsula se le dio todo el respaldo para llegar a donde está, pese a que desde su campaña para ocupar ese puesto ya se resentía el mal trato a los representantes de los medios y en sus discursos anunciaba que no permitiría la injerencia de nadie en su administración gubernamental... Ni siquiera del propio gobernador, Carlos Joaquín, a quien hace unos días le rechazó el apoyo con cinco patrullas, pese a gobernar un municipio convulsionado por la delincuencia.

Para la alcaldesa renegada del Partido Acción Nacional (PAN), no existe otro poder sobre la isla más que el suyo, aún por sobre su propio Cabildo que le ha rechazado la mayoría de sus propuestas, calificadas como meros caprichos surgidos de una mente confusa y con delirio de persecución. Sí, para la presidente municipal todo es normal, como la inseguridad “es cosa de hamponcetes”, aunque balaceen sus módulos de policía y les estallen bombas molotov. Porque, además, dice, “la gente es responsable de asaltos y robos, por no cuidarse y no estar pendiente de sus pertenencias”. Así, claro, para qué quiere patrullas, “si con repartir volantes basta”.

Y es que, “en su isla feliz”, mientras los delincuentes siguen cometiendo robos y asaltos, cada vez con mayor frecuencia y saña, su jefe de policía, Raúl Sánchez Martínez, un marino retirado y previamente reprobado en su examen de confianza, que en un segundo intento fue aprobado de panzazo, ha convertido a los pocos agentes bajo su mando en repartidores de panfletos “con información para evitar ser víctimas del robo de vehículos, principalmente de motocicletas”, mientras él se ha transformado en experto cinéfilo que no se pierde ningún estreno de los jueves, en alguna de las salas Cinépolis, ubicadas a espaldas del Palacio Municipal.

Según cozumeleños, la alcaldesa Perla Tun es una mujer sola, insoportable por su prepotencia, aunque se siente reina, rodeada por su séquito: escoltas y un pseudo periodista, Erik Arellano, que la siguen a todas partes. También cuenta con incondicionales, como el síndico Fidencio Balam Puc, y la tercera regidora Gladys Uitzil Pec. Ambos le sirven de comparsa para convertir “cada sesión de Cabildo en una función de circo”, que indistintamente termina entre gritos y el abandono del recinto por parte de alguno o más de sus concejales. Entre la gente que le sigue están sus familiares y pocos amigos que se cuentan con los dedos de las manos.

La presidente municipal tiene también una fiel compañera, la subdirectora de Contraloría, Estela Tun Chan, quien para llegar a ese puesto “cuenta con el mérito de haber sido demanda por abuso de autoridad y por robo de una motocicleta”. Antes fue subdirectora de la Policía, pero no pasó el examen de confianza “ni dio el ancho”; fue coordinadora de Ministerios Públicos en la isla y en Chetumal; durante el gobierno de Roberto Borge fue acusada de actos de corrupción, según dieron cuenta en su momento algunos medios periodísticos.

Debo de mencionar que, durante la última sesión de Cabildo, llevada a cabo este martes, la presidente municipal alegaba que nunca dijo que no recibiría las cinco patrullas, sino que “se reuniría con su Comisión de Seguridad porque al tratarse de un comodato, tenían que saber cuánto tendría que pagar”. La realidad es que la inseguridad en Cozumel va en aumento y la actitud de la presidente municipal es reprobable. No es posible que en una decisión totalmente irresponsable rechace, bajo los argumentos que sean, el apoyo del gobierno del estado que busca contribuir con la seguridad de los cozumeleños.

Hay que recordar que el pasado 16 de octubre, cuando el gobernador Carlos Joaquín entregó en Cancún 162 patrullas a los 11 municipios del estado, de las que cinco corresponden a Cozumel, Perla Tun fue la única de los 11 alcaldes que no asistió a dicho evento. ¿Cuáles fueron sus razones?

A ciencia cierta no lo sabemos, pero a juzgar por sus actitudes ordenadas por su intrincado cerebro, podemos imaginar sus prejuicios de una supuesta vulneración de la autonomía municipal, el temor a verse obligada a un pago por los vehículos y el irresponsable capricho de no someterse a una autoridad superior como es el gobernador del estado. Esto, sin lugar a dudas, fue aplaudido por la delincuencia que se divierte con la incapacidad del mando policiaco, la falta de estrategia contra el crimen y una alcaldesa que culpa a la población de los robos y atracos, ya que “no están al pendiente de sus bienes, ni de su seguridad”. Luego entonces, ¿Para qué sirve Perla Tun?

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