Texto y foto: Jaquelyn Rosado Puerto
La Jornada Maya
Miércoles 14 de mayo, 2017
La palabra propóleos es de origen griego, y significa “delante/en defensa de la ciudad”. Se trata de una sustancia elaborada por las abejas, compuesta de resinas vegetales, ceras, aceites esenciales, polen y elementos orgánicos y minerales.
Su color puede variar desde el pardo rojizo hasta el oscuro, pasando por el amarillo verdoso. Su sabor, que es fuerte y algo amargoso, nos recuerda a los granos de café o al cacao crudo.
Las abejas lo utilizan para sellar sus colmenas, impidiendo así el paso de depredadores o, bien, para embalsamar cadáveres de intrusos, lo que evita la descomposición bacteriana que pudiera afectar a la colonia.
En el antiguo Egipto los sacerdotes hacían uso del propóleos imitando a las abejas, empleándolo en el embalsamamiento de los cadáveres. Médicos de la antigüedad hicieron mención en sus tratados de las propiedades antibacterianas del propóleos; e incluso se dice que se utilizaba en batalla para evitar el desarrollo de la gangrena en las heridas de los soldados.
Estudios actuales han demostrado importantes propiedades de esta sustancia para la piel, entre las que destacan:
Antioxidante: Bloquea la producción de radicales libres, desacelerando la oxidación de la membrana celular.
Antibacteriano: Inhibe la motilidad bacteriana, evitando su propagación. Ha demostrado ser eficaz en el tratamiento contra bacterias que causan gastritis, úlceras y enfermedades dentales.
Fungicida: Ataca hongos como la Cándida. Es por ello que productos a base de miel y propóleos se utilizan para lavados íntimos, o se emplea en talcos para combatir los hongos de los pies.
Cicatrizante y antinflamatorio: Acelera la regeneración de los tejidos en la curación de las heridas y quemaduras.
Además de su consumo interno, el propóleos es cada vez más empleado en productos de uso dermatológico; como jabones, cremas, champús y pomadas. Sus benéficos efectos sobre la piel continúan sorprendiendo a investigadores y profesionales de la salud, quienes persisten en sus estudios sobre este producto de la colmena.
Si quiere aprender el manejo artesanal del propóleos para elaborar productos de cuidado personal, pónganse en contacto con [i]Abejas de la Tierra[/i], en los teléfonos 4222427 y 99992704816, o al correo [email protected]
Fuentes:
[i]Compilación de información sobre propóleos para investigadores de la salud[/i], María del Rosario León Beovides, Centro de Bioactivos Químicos de la Universidad Central de las Villas, Cuba.
[i]El propóleos, otro recurso terapéutico en la práctica clínica[/i], Vanessa Noriega Salmón, Universidad de Cantabria, septiembre 2014.
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