Álvaro Quiñones Aguilar
La Jornada Maya
Mérida, Yucatán
Jueves 2 de febrero, 2017
En los tiempos que corren, aún existen brechas negativas entre hombres y mujeres. A ellas todavía las encontramos normalmente realizando labores domésticas, preparando y sirviendo alimentos a la familia, atendiendo personas, sean niños, de la tercera edad, enfermos o discapacitados. Todas estas actividades se consideran como trabajo no remunerado.
Si bien un alto porcentaje de los varones comparten estas responsabilidades, el grueso de ellas todavía recae en las mujeres. Cuando hablamos de trabajo no remunerado, para todos los grupos de edad, incluyendo los adolescentes, las cifras son mayores con respecto a los hombres.
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