de

del

Carlos Meade
Foto: Afp
La Jornada Maya

Miércoles 4 de enero, 2017

Según datos del 2012 de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, se estima en 200 mil los muertos anualmente por uso de sustancias prohibidas, mientras son 5.1 millones los que mueren por tabaquismo y 2.3 millones por alcoholismo. Sólo una de cada 200 personas, a nivel mundial, es adicta a drogas ilícitas. Lo que significa que es un problema que afecta al 0.5 por ciento de la población. ¿Por qué se enfrenta de una forma que afecta a toda la sociedad?

El combate a las drogas nos convierte a todos (consumidores o no) en víctimas de la violencia. Nos somete cotidianamente a la intimidación policial y militar, a ser tratados como sospechosos en retenes ilegales, aeropuertos, estaciones de autobuses y a poner nuestra vida en manos de gente poco preparada, nerviosa, temerosa, a veces paranoica y muchas veces drogada, que porta armas de alto calibre listas a ser accionadas en nuestra contra.

Los aparatos de seguridad y de justicia están integrados por criminales o por ineptos, y con criminales y con ineptos el gobierno dice combatir y procesar a otros criminales y darnos seguridad y justicia. Lo único que nos da es más inseguridad y más injusticia.

Así, estamos expuestos a las bandas del crimen organizado, cada vez más poderosas y estamos expuestos a los criminales con charola, cada vez más cínicos y prepotentes. Estamos expuestos también a la mediocridad, ineficiencia e indiferencia de un sistema de injusticia para el que todos somos presuntos culpables.

Es ampliamente reconocido que la producción, trasiego y venta de drogas genera violencia, pero es necesario entender que esta violencia se deriva de su condición de ilegalidad. Por ello, mientras las drogas ilícitas se mantengan en ese status seguiremos viendo y padeciendo violencia e inseguridad. Esa violencia se deriva principalmente de las disputas por territorios y rutas entre bandas y del combate de fuerzas del gobierno (infiltradas por delincuentes) contra los narcos.

Las 8 consecuencias más funestas de la prohibición de las drogas y su combate son:

- La muerte y desaparición de miles de personas (sicarios, traficantes, productores, consumidores, policías, soldados, transeúntes, periodistas, políticos).
- El fomento del mercado de armas.
- El enriquecimiento y fortalecimiento de las bandas, que diversifican su actividad criminal y ensanchan su poder.
- La dificultad de atender la salud de adictos, ya que son clandestinos.
- La sustitución del marco legal por la ley marcial.
- El pretexto para la intromisión extranjera en nuestro país (Iniciativa Mérida, DEA, FBI, etc.)
- El encarecimiento y la mala calidad de las drogas (que pone en peligro la vida del consumidor).
- La criminalización del consumidor, tanto de adictos como de usuarios esporádicos.

La actividad lícita traería los siguientes 7 beneficios:

- La violencia asociada a la actividad se reduciría a cero.
- La policía podría enfocarse a perseguir otros delitos como el secuestro, el tráfico de personas y órganos, los feminicidios y la pederastia.
- Habría control de precios, control en la venta y control de calidad en los productos.
- Toda la cadena de negocio generaría ingresos fiscales vía impuestos.
- El gobierno se ahorraría los miles de millones de pesos que gasta en el combate y los podría invertir en educación y cultura.
- El gobierno de Estados Unidos no tendría pretexto para violar nuestra soberanía.
- Se generarían miles de empleos legales.

Desde un enfoque histórico y cultural, es necesario reconocer que las llamadas drogas, tanto lícitas como ilícitas, están asociadas a tradiciones culturales ancestrales ya que los efectos de alteración de la consciencia y la percepción han formado parte importante de la experiencia de conocimiento, espiritualidad e intensidad emocional de las personas, desde tiempos muy remotos. El uso ritual y recreativo de las drogas y de otras técnicas del éxtasis son tan antiguas como las sociedades humanas. La búsqueda de estas experiencias no sólo tiene que ver con desorientación, depresión o huida de una realidad intolerable. La búsqueda de conocimiento y la experimentación de estados alterados de consciencia son válidas y genuinas. Tenemos derecho a la búsqueda de experiencia y conocimiento a través de los medios que la naturaleza nos ofrece. La búsqueda de bienestar, alegría y convivencia se pueden dar muy bien en derredor de una botella de tequila, de unos cigarros de mariguana o de un extracto de mezcalina. ¿Porqué prohibir unos y permitir otros?

Lo más incomprensible, ¿Por qué la ONU no impulsa un debate que ayude a encontrar soluciones sensatas y a detener una estrategia probadamente fallida que sólo crea problemas sin entregar resultados?

[i]Tulum, Quintana Roo[/i]
[b][email protected][/b]


Lo más reciente

Suspenden vuelos en Dubai por lluvias torrenciales

Las carreteras que conducen al aeropuerto están inundadas

Sputnik

Suspenden vuelos en Dubai por lluvias torrenciales

Mbappé anota dos goles y el PSG llega a semifinales de la Liga de Campeones tras vencer al Barcelona

En el otro cuarto de final, Borussia Dortmund derrotó al Atlético de Madrid 4-2

Ap

Mbappé anota dos goles y el PSG llega a semifinales de la Liga de Campeones tras vencer al Barcelona

Preocupa a empresarios reforma inmobiliaria propuesta en el Congreso de Quintana Roo

El gremio está en desacuerdo con los nuevos requerimientos para proceder con demandas por desocupación

Ana Ramírez

Preocupa a empresarios reforma inmobiliaria propuesta en el Congreso de Quintana Roo

Caribe Mexicano, preferido de los turistas para tener una segunda casa

El inmueble lo aprovechan como proyecto de inversión para renta vacacional: AMPI Cancún

Ana Ramírez

Caribe Mexicano, preferido de los turistas para tener una segunda casa