de

del

Martha Adriana Morales Ortiz
Cesar Daniel González Madruga
Foto: Notimex
La Jornada Maya

Martes 30 de junio, 2020

En la actualidad es muy evidente que el mundo se disputa y congrega en torno a dos principales bloques, uno conformado por quienes pugnan hacia un nuevo globalismo, a la china, y los estados nacionalistas (sin importar si son de izquierda o derecha, siempre y cuando sean nacionalismos) y ya prácticamente nadie defiende la globalidad tal como la conocíamos.

En este escenario es curioso observar que las naciones que más afectaciones han tenido en número de muertos a causa del COVID-19 son estados nacionalistas encabezados por Estados Unidos y su [i]Make America Great Again[/i], seguido de Brasil con su [i]Brasil por encima de todo[/i], y Gran Bretaña y su [i]Brexit[/i].

En esta guerra, que si bien no termina el tres de noviembre con las elecciones en los Estados Unidos, si representa una batalla crucial que podrá definir el rumbo que tendrá. Y para muestra de las repercusiones futuras viene bien analizar el conflicto desde la realidad mexicana.

Previo a la firma del TLC en la frontera mexicana existían cerca de 30 mil industrias, y tras la entrada en vigor de este instrumento bajo la conducción de los demócratas con Bill Clinton en la presidencia, estas industrias salieron de México y se trasladaron a China. Entonces parecía meramente una estrategia por razones económicas ya que los salarios en China eran más bajos que en México, la estrecha vinculación entre sectores demócratas y estrategas chinos se fue consolidando y con el tiempo este acto generó importantes desequilibrios y nuevos escenarios.

Por un lado, todas las personas del sur de México, centro y Sudamérica que migran al norte, al salirse las industrias, no encontraron otras áreas de oportunidad y estalló lo que en poco tiempo sería una de las crisis migratorias más profundas de nuestros tiempos, y por el otro lado, sentó las bases para el despertar del dragón chino.

Ahora bien, hay aspectos de la globalidad en la que imperó Estados Unidos que llegaron para quedarse como el intercambio tecnológico, la comunicación, esquemas de exportación, entre otras, pero que ahora pretenden ser reguladas bajo nuevos valores y formas de gobernanza orientales y con ello la penetración de una nueva cultura, un neoimperialismo global a la china.

En medio de este conflicto, México juega un papel preponderante dentro de la historia universal en la que se ve obligado a un nacionalismo en el que pueda arraigar lo más profundo de sus valores ancestrales, legados en las comunidades para una encarnación orgullosa de la identidad cultural en cada mexicano. Además, México debe preparar mentes científicas capaces de incorporar esos valores en el desarrollo y aplicación de tecnología.

Si falta una de estas dos condiciones, México sólo será testigo de cómo importa y es manipulado con ciencia y tecnología mientras se explota la riqueza natural del país dejando graves repercusiones sociales, en cambio, si logra esta mágica combinación: identidad cultural y espiritual con el desarrollo científico y tecnológico, México ocupará el lugar que desde tiempos ancestrales esta predestinado a ser.

[b]Colibrí, @Witzilin_vuela[/b]
[b]El Siervo, @CesarG_Madruga[/b]

Edición: Elsa Torres


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