de

del

La Jornada Maya
Foto: Gobierno del Estado de Yucatán

Jueves 11 de junio, 2020

De pronto Yucatán se ha puesto a crear seguros de desempleo, esquemas de ingresos mínimos para los que lo han perdido todo y apoyos alimentarios que son universales dentro de las demarcaciones más necesitadas. En efecto, si vives en Yucatán el gobierno está dispuesto a apoyarte con una política social de transferencia directa de recursos económicos a cambio de trabajo. En eso hay un ensamble interesante con la idea de bienestar que el Presidente de la República está desarrollando por su parte y con sus programas más visibles. Desde muy distintas tradiciones políticas y biográficas hay cierta convergencia.

Uno hubiera esperado, de una administración panista en Yucatán, un gobierno estatal centrado en la eficiencia administrativa y el fomento económico, durísimo en los aspectos contables y astringente en la política social. Eso era lo que la tradición marcaba.

Jamás nos hubiéramos atrevido a proponer que en estos meses nacería en Yucatán el bosquejo más básico de una red de seguridad social amplia. Sin embargo, producto de urgencias y una realineación del equilibrio político local, eso está pasando y va a tener consecuencias humanas e institucionales importantes.

La visión de gobierno que uno esperaba para estos años en Yucatán, una de tinte democrático cristiano, se ha vuelto -entre el COVID-19 y las inundaciones causadas por [i]Cristóbal[/i]- una perspectiva social demócrata. Hablamos de lo estrictamente socioeconómico, porque hay deudas enormes respecto a la agenda de derechos humanos modernos, inclusión de minorías y garantías ambientales.

La administración estatal ya es imposible de caracterizar como de centro derecha en lo fiscal, pues tiene fuertes tintes keynesianos en lo que se refiere a reactivar la base productiva y tonos francamente nórdicos y de [i]New Deal[/i] cuando se trata de atender la falta de ingresos. Es una mutación inesperada que explica tanto el surgimiento de críticos en círculos antes fraternales, como el comportamiento obstruccionista de quienes saben que ese sorpresivo movimiento hacia el centro de un gobernante surgido de un partido de derecha, puede significar su fin político de largo plazo.

Vamos, el propio Presidente de la República ve en Yucatán un nuevo modelo de desarrollo estable, casi de desarrollo estabilizador, donde el crecimiento económico se dé con dinamismo, pero sin romper el tejido social o crear disparidades absolutamente disfuncionales. En el estado, el crecimiento no es un despegue brutal, sino un efecto acumulado y de ritmo sostenido, antes que un sprint que desgarre y traiga tantos problemas como los que soluciona.

Por una parte, el Presidente está interesado en un modelo nacional de crecimiento que genere bienestar, algo que percibe existe en Yucatán y -por otra parte- el gobierno estatal está descubriendo y dimensionando la importancia de una política pública de transferencias directas al ciudadano, algo que con matices diferenciados ha sido parte del sello de los programas federales. Cada quien con su estilo y metodología, pero ahí están los hilos.

El gobierno estatal que uno pensaría de derecha empresarial, está resultando ser redistribuidor de la riqueza, pues crecientemente está inyectando los recursos públicos -que provienen de impuestos estatales o federales- entre los que menos tienen, los que lo han perdido todo y los que pueden crear más empleo. La redistribución que tanto se debate a nivel nacional, ocurre de forma armónica y discreta en Yucatán. Se ve que algo han platicado los mandatarios federal y estatal en esos tramos de camioneta a solas y, entonces, puede ser que las señales de simpatía personal no sean vacías.

No podemos saber si este nuevo ánimo redistribuidor local será duradero, responde a una visión fundacional o es simplemente una opción pragmática ante la realidad. Lo cierto es que si vamos a la teoría social y vemos una administración que adopta el discurso de la solidaridad, “de juntos, como uno solo” y dice “que para eso está el gobierno”, entonces estamos frente a un experimento que se escapa al molde de la derecha clásica y reconoce que hay derechos sociales que es obligación atender. Se acabó el gobierno empresarial y empieza un gobierno más integral y amplio.

Tal vez el Presidente de la República, con su olfato experto sobre el ánimo social, algo está viendo en un modelo yucateco que antes no existía ni podía adivinarse. Tal vez el mandatario yucateco está percibiendo las deudas sociales que no pueden seguirse ignorando. Hay una mutación profunda en curso y las mutaciones son la base de la selección natural y la evolución. De nuevo, la extinción de los dinosaurios, ahora contemporáneos, pone a Yucatán como tierra de innovadoras síntesis.


Edición: Enrique Álvarez


Lo más reciente

Senado avala en lo general creación del Fondo de Pensiones del Bienestar

Votaron 70 legisladores a favor, 43 en contra y dos abstenciones

La Jornada

Senado avala en lo general creación del Fondo de Pensiones del Bienestar

Educación y cultura, un derecho de todos: 'Huacho' Díaz Mena

Frente a simpatizantes, el candidato expuso que impulsará la lengua maya

La Jornada Maya

Educación y cultura, un derecho de todos: 'Huacho' Díaz Mena

Desarticula FGE red criminal responsable del asesinato del hijo de un policía en Chetumal

Al grupo también se le vincula con hechos de narcomenudeo

La Jornada Maya

Desarticula FGE red criminal responsable del asesinato del hijo de un policía en Chetumal

INM recibe a 28 personas de Cuba rescatadas en altamar por un crucero internacional

Personal del navío turnó a los migrantes a las autoridades en la isla

La Jornada Maya

INM recibe a 28 personas de Cuba rescatadas en altamar por un crucero internacional