Movilidad y cansancio social en la pandemia

La Jornada Maya
Foto: Fernando Eloy

Jueves 21 de mayo, 2020

Sí, vivimos en la era de la post-verdad. Ya nada es cierto. Los hechos concretos y los números reales pueden ser disputados y desbancados por datos alternativos, por "otros datos", por la reinterpretación de todo. Ya no sabemos cuántos están enfermos ni cuántos han muerto, hasta la certeza mortuoria ha perdido lo sagrado.

Estamos en medio de la pandemia, pero también en una guerra civil mediática, sin compasión para el otro, con polarización absoluta, donde uno cree -por pura fe- en el mensajero, no en la evidencia que respalde el mensaje.

Ante ese panorama, hay que sacar el lápiz, la calculadora, el Excel y destilar la información propia.

Así, revisemos los datos duros que ponen en el dominio público los gigantes Apple y Google para hacer cuentas básicas y reportar sobre variables que pueden darnos una visión informada sobre un dato vital: la movilidad de las personas en la Península de Yucatán.

[b]Conducir por la ciudad[/b]

Según reporta Apple, con fecha lunes 18 de mayo, la movilidad de sus dispositivos en la península, es decir, cuando la empresa puede detectar que se está conduciendo con un celular o un iPad a bordo, se ha reducido en la Península de Yucatán en un promedio aproximado del 55 por ciento si lo comparamos con enero. La actividad de personas conduciendo en nuestras comunidades se ha reducido a menos de la mitad de su nivel normal, como resultado de la cuarentena.

La medalla de oro en contener la movilidad y acatar la cuarentena se la lleva Quintana Roo, donde la movilidad se ha reducido 78 por ciento en números gruesos, la plata es para Yucatán donde la variable de movilidad se ha contraído un 57 por ciento y el bronce es campechano con apenas 30 por ciento.

Es interesante observar que la sociedad que uno esperaría respetaría menos las medidas colectivas, Quintana Roo, dado que tiene el tejido social más tenue, ha sido la que más se ha apegado a la cuarentena.

Otro dato esencial -y preocupante- es el cansancio social que empieza a asomar. Cuando empezó la cuarentena parece que todos tomamos las cosas muy en serio. A mediados de marzo los tres estados vieron un ajuste profundo en su nivel de movilidad (justo cuando inició el distanciamiento social y el “quédate en casa”) y la tendencia se mantuvo hasta mediados de abril, con reducciones diarias en los indicadores de movilidad.

De hecho, el 12 de abril, la movilidad en Campeche se había reducido casi 60 por ciento, en Yucatán un notable 79 por ciento y en Quintana Roo un impresionante 85 por ciento. Tristemente esos niveles de respeto a la cuarentena se están evaporando.

De hecho, pareciera que -desde la segunda mitad de abril y hasta la fecha- la movilidad se ha incrementado de forma sostenida en aproximadamente un 5 por ciento en promedio en la Península, aún cuando estamos ya en Fase III y la movilidad debería ser más baja que nunca.

Esa es una variable para ser observada, pues habla de cuánto tiempo más la economía, el distanciamiento y la psique social pueden aguantar la cuarentena. Parece que estamos llegando al límite.

De hecho, en Campeche pareciera existir evidencia para sugerir que la ciudadanía ya decidió que la cuarentena debe acabar, pues el 10 de mayo la movilidad fue del 90 por ciento de lo normal y el 15 de mayo el 95 por ciento. Eso lo empezamos a percibir en las calles y el tráfico. Se nota que el miedo, la precaución y la responsabilidad social empiezan a ser vencidos por la urgencia de que las cosas vuelvan a lo normal, sobre todo en lo económico.

Obvio, los datos de los dispositivos Apple tienden a estar concentrados en sectores sociales con importante poder adquisitivo y probablemente con automóvil propio. Un segmento social que, además, en etapas iniciales de la pandemia apuntaba a concentrar el mayor número de casos, dadas sus rutinas y hábitos de viaje y movilidad nacional e internacional.

[b]¿En qué lugares de las ciudades estamos?[/b]

Para tener una fotografía más amplia, podemos usar datos de Google sobre movilidad en áreas regularmente destinadas al comercio y la recreación, compra de alimentos y farmacias, parques, espacios de transporte, trabajo y oficina y, obvio, el hogar. Con esos datos podemos hacer inferencias gruesas, pero muy ilustrativas sobre dónde están pasando el tiempo los usuarios de sistemas Android y demás, lo que nos da una fotografía socioeconómica muy interesante.

Los datos de Google nos permiten interpretar y proponer que quienes más tiempo están pasando en su casa debido a la cuarentena son los habitantes de Quintana Roo, donde la movilidad en áreas identificadas como hogares se ha incrementado 32 por ciento desde que inició la cuarentena. En Yucatán la presencia en casa se ha elevado un 29 por ciento desde que empezó el aislamiento social, mientras Campeche sólo ha visto un aumento del 23 por ciento. De nuevo, Campeche parece ser el estado que se toma más a la ligera las cosas o tiene condiciones económicas menos propicias para “quedarse en casa”.

En las áreas de trabajo se repite el patrón peninsular. La movilidad en áreas de trabajo ha caído en Quintana Roo un 63 por ciento, en Yucatán el 55 por ciento y en Campeche sólo un 50 por ciento. La economía y la presencia de trabajadores en su espacio laboral se han detenido significativamente en Quintana Roo y Yucatán, en Campeche no tanto.

Lo mismo en las áreas de recreación y compras, que en Quintana Roo han reducido la presencia de dispositivos móviles un 74 por ciento, en Yucatán un 68 por ciento y en Campeche sólo 59 por ciento.

Por otra parte, las áreas de transporte en Quintana Roo han visto disminuciones de movilidad en un altísimo 85 por ciento y en Yucatán un destacable 76 por ciento, Campeche se queda con sólo un 58 por ciento. Sin embargo, hace unas semanas, Quintana Roo había logrado contener la movilidad en el transporte en un 90 por ciento, Yucatán en un 84 por ciento e incluso Campeche reportaba un respetable 64 por ciento.

De nuevo, el respeto a la cuarentena empieza a erosionarse por factores que pueden ir desde el hartazgo hasta la necesidad de un ingreso. Podríamos seguir con más datos, pero la fotografía sería básicamente la misma.

Así, pues, es tiempo de reflexionar -en este tiempo crítico- sobre la efectividad de las medidas tomadas, la necesidad de innovar en el esfuerzo colectivo y mantenerlo, el trabajo de las instituciones y hasta el respeto a los derechos humanos. Cada quien puede sacar sus conclusiones y lecciones de esta pequeña y preliminar fotografía de nuestra cultura cívica y las realidades socioeconómicas en la Península de Yucatán en tiempos de pandemia.

Nota: datos obtenidos del [i]Apple Mobility Trend Report[/i] y del [i]Community Mobility Report de Google[/i], cualquier interpretación errónea o reporte impreciso de los datos es nuestra responsabilidad.


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Edición: Enrique Álvarez