Normando Medina Castro
Foto: Cuartoscuro
La Jornada Maya
Jueves 7 de mayo, 2020
La credibilidad y la confianza van de la mano y se construyen sobre cimientos de verdad y coherencia que, una vez perdidas, requieren de mucho esfuerzo para ser recuperadas.
En México, el neoliberalismo económico ha utilizado a medios de comunicación y un determinado sector privilegiado de comunicadores e intelectuales para mantener engañadas a las mayorías, y junto con comediantes, futbolistas y actores, mantuvieron un pueblo ignorante, controlado y apático. Todo era simulación. Como en el cuento del pastorcillo y el lobo, el pueblo se cansó de las mentiras.
La agrupación Mexicanos contra la corrupción, uno de los instrumentos al servicio de Claudio X González, muy cercano a los gobiernos del PAN y a Peña Nieto, y cuyo padre del mismo nombre es dueño de Kimberly Clark y amigo entrañable de Carlos Salinas, desde siempre ha sido enemigo de López Obrador. Ahora armó un escándalo con la compra de 20 ventiladores, presuntamente con sobreprecio, por la delegación del IMSS de Hidalgo a la empresa Cyber Robotics de León Bartlett, hijo de Manuel Bartlett, director general de la CFE, que aún en la pandemia cobra con vehemencia de agiotista.
La oposición ha armado un escándalo mediático y en redes, sólo comparado con el orquestado, en plena etapa crucial de la pandemia del COVID-19, contra López Gatell, a quien no cesan de descalificar, y ahora reprocha que, además del apoyo de la gente, tiene el total respaldo de AMLO. Invoca un Estado de Derecho que nunca ha respetado, exige que el Presidente actúe como un justiciero y castigue a quienes acusan, en acatamiento al ruido que han generado, por encima de las instituciones y los procedimientos legales pertinentes en estos asuntos.
Las garantías individuales no pueden violarse bajo el argumento del miedo a contagios del COVID-19; las circunstancias de México son diferentes al resto del mundo y aún varían en cada uno de los estados del país; deben ser ponderadas y valoradas, más allá de la histeria que emboza el autoritarismo y la barbarie. Existen leyes, instituciones y procedimientos que si en el neoliberalismo gobernante no fueron respetados y prevalecía la simulación, el abuso y la impunidad, ya es tiempo de acabar con esos vicios y trabajar por el establecimiento de un auténtico Estado de Derecho.
Circula en redes un video en el que se aprecia el abuso y la falta de sentido común de un grupo de la Policía Estatal que cerraron una papelería que permanecía abierta poco después del medio día. El dueño del negocio fue maltratado y humillado por el “terrible delito” de ganarse la vida con acatamiento de las medidas sanitarias. A pesar de que el Presidente, muchas veces acusado de autoritario por la derecha autoritaria, claramente privilegia el respeto a las garantías individuales y el convencimiento por encima de la fuerza. No todos pueden darse el lujo de no salir de su casa, a pesar de su miedo al contagio.
No estamos en el mismo barco. Estamos en el mismo mar en el que algunos navegan en yate, otros en cruceros, en lanchas, y la mayoría que vive al día, nada y chapotea con todas sus fuerzas para no ahogarse.
Y el Congreso del Estado de mayoría de Morena y sus aliados ignora el exhorto publicado por la Secretaría de Gobernación para que sean garantes de que cada persona goce de los mismos derechos y se eviten los abusos. En fin son cosas que pasan en nuestro país y en nuestro caribeño estado.
¡Hasta la próxima!
[b][email protected][/b]
Edición: Ana Ordaz
Dependemos en demasía de la electricidad; ¿qué pasa con esos rincones del mundo que viven en penumbra?
Rafael Robles de Benito
El instituto electoral deberá emitir una resolución al respecto
La Jornada
La censura intenta destruir la curiosidad humana, pero en los rebeldes, la alimenta
Margarita Robleda Moguel