Los horrores del capitalismo

Normando Medina Castro
Foto: Reuters
La Jornada Maya

Jueves 23 de abril, 2020

Maquillados durante varios años, los horrores del capitalismo salvaje han sido exhibidos en toda su crudeza durante la pandemia del COVID-19, con su carga de amoralidad, mitomanía, codicia y carencia de humanismo.

La economía globalizada de mercado no tiene condescendencia hacia la indefensión en la que se encuentran varios cientos de millones de seres humanos golpeados por el coronavirus y el miedo a ser contagiados, junto con las medidas de coerción para fortalecer la inamovilidad que, para las mayorías que viven al día, es una condena al hambre, a la miseria o la muerte.

Los forcejeos y la especulación de los mercados no dan tregua. Los más poderosos buscan sacar ganancias de la crisis mundial. El sufrimiento de millones de personas que han perdido el empleo y el modo de supervivencia, importa poco a los grandes capitalistas. Son pocas las excepciones, casi inexistentes.

No obstante, si algo positivo puede sacarse de la pandemia, es que muchas conciencias han sido sacudidas y ya es más difícil voltear el rostro hacia otro lado para no ver el sufrimiento ajeno. Las carencias e insuficiencias de los sistemas de salud pública y la corrupción de los gobiernos que año con año han justificado gastos elevados en salud han sido exhibidos.

Es fundamental para la subsistencia humana volver a los valores del humanismo. Es básico educar para la paz y la solidaridad. Como decía María Montessori, “todo el mundo habla de paz pero nadie educa para la paz, la gente educa para la competencia y este es el principio de cualquier guerra. Cuando eduquemos para cooperar y ser solidarios unos con otros, ese día estaremos educando para la paz”.

El sistema económico globalizado formó consumidores insaciables e ignoró al ser humano. Ahora muchos constataron que lo material obtenido a costa de lo que sea y para el disfrute individualista o clasista, resulta mezquino. Como dice el jurista español Antonio Garrigues Walker, “hay que intentar ser buenos. Ser malo es una necedad, es una estupidez. La bondad y la ética son fuente de felicidad y sostenibilidad, sin ética no hay futuro, no hay nada. Si el mundo rico no busca ayudar al mundo pobre, es un mundo estúpido y cretino”. Desafortunadamente pocos ricos lo entienden.

[b]La mentira como arma[/b]

En México los políticos y empresarios que se beneficiaban con la corrupción de los gobiernos neoliberales, no dan ninguna tregua y todos los días no escatiman nada para el fracaso del presidente, Andrés Manuel López Obrador. Su arma predilecta es la mentira alimentada con su odio. No tienen otra cosa. La solidaridad, nacionalismo, humanismo les son ajenos. Nadie da lo que no tiene.

Se niegan a aceptar la verdad. El país que forjaron con su codicia estaba lleno de corrupción e impunidad, de enormes injusticias y desigualdades. Con muchas decenas de millones de pobres sin posibilidad de una vida digna. Ahora la rabiosa oposición anti AMLO

se ha desdibujado hasta convertirse en anti México. Generan y propagan mentiras que dañan al país. Estinan la caída de los precios del crudo y los abusos de las calificadoras de los poderosos, se enojan de que exista un seguro para mitigar la debacle del crudo. No le dan ningún crédito al indudable prestigio de López Obrador cuya propuesta de que la ONU controle los medicamentos contra el coronavirus fue apoyada y aceptada por la mayoría de los países del mundo.

La oposición en México, por absurdo que parezca, quieren que el coronavirus se salga de control. Sus gobernadores se rebelan contra la ley de coordinación fiscal que es la misma que la de los gobiernos del PRIAN con la diferencia que antes les permitían el uso discrecional de los recursos. El choque es contra las mayorías. Los niveles de enfrentamiento aumentan.

Recién salimos del estupor del exabrupto del conductor de noticieros de TV Azteca, Javier Alatorre y los anti AMLO atacan sin ninguna consideración al país, lo que provocó reacciones francas de oposición de algunos analistas como Federico Arreola, quien publicó en SDP noticias el 20 de abril, “amanecimos con las columnas –en [i]Reforma[/i] y [i]El Financiero[/i]– de dos analistas francamente miserables, carroñeros y hasta promotores de ambientes golpistas, como Denise Dresser y Pablo Hiriart. Carajo, si no van ayudar que no estorben”.

[b]Escena local[/b]

Es lamentable el enfrentamiento que existe al interior de los grupos de poder de Morena y sus aliados en Quintana Roo. Aunque quizá lo más lamentable es la falta de un liderazgo que imponga orden y prevalezcan los intereses colectivos. Todos quieren llevar agua a su molino y a la menor oportunidad golpean políticamente a sus adversarios que, absurdamente no son los opositores prianistas de AMLO, sino sus compañeros de alianza.

Varios se han alejado del ideario de López Obrador, cuya figura y liderazgo usaron para alcanzar un estatus económico, político y social que de otro modo les resultaría inalcanzable. Y ahora, como las numerosas sectas que surgieron del catolicismo con sus propias traducciones e interpretaciones bíblicas, usan a su antojo y conveniencia el nombre y fuerza del Presidente de México, sin tener su calidad moral ni su honestidad. Los opositores externos del ideario López obradorista, en Quintana Roo se frotan las manos.

Aquí los Morenistas se nulifican y autodestruyen. La campaña negra en medios de comunicación, en redes sociales y ahora en carteles y espectaculares evidencian la pobreza política interna y el oportunismo externo.

Por cierto, es loable que el joven diputado local por el pragmático Partido Verde, Gustavo Miranda, mantenga un activismo político y social en Cancún, sobre todo en medio de la crisis sanitaria y económica que lastima seriamente al más importante destino turístico de Latinoamérica. Es natural que ese activismo preocupe a quienes aspiran a gobernar Benito Juárez y aprovechan la inexperiencia del diputado Verde para endilgarle una campaña, bastante bien elaborada enfatizando su imagen de Pirruris y de Gordolfo Gelatino, bastante alejados de la generación de Gustavo Miranda. El bajo nivel político, en lugar de revisar la procedencia de los recursos para las despensas y demás apoyos, critican que Miranda es fifí y lo presume.

[b]Tregua, fundamental[/b]

Ahora en la fase 3 de la pandemia es fundamental una tregua para caminar todos en la misma dirección que es privilegiar el bienestar de la población, obvio que la afectación de los menos favorecidos es brutal, sin dinero, sin ingresos y sin posibilidad de salir de sus casas a buscar su subsistencia. El número de contagios en la entidad es preocupante y aumentará en los próximos días. Con un sólo frente podrá mitigarse el daño.

En fin, son cosas que pasan en nuestro país y en nuestro caribeño estado.

¡Hasta la próxima!

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Edición: Ana Ordaz