Jhonny Brea
Foto: INAH
La Jornada Maya
Viernes 17 de abril, 2020
Bien dicen que no hay plazo que no se cumpla y que a cada puerco le llega su San Martín, y en estos tiempos de contingencia comprobamos que la sarna nos cae a todos: Finalmente llegó el recibo de la luz a la casa y, como habíamos anticipado, quedamos fuera de toda posibilidad de recibir auxilio gubernamental.
Pensar que estábamos tan bien aplicados antes de que surgiera el coronavirus. En el bimestre octubre-diciembre consumimos 371 kilowatts/hora y en el anterior le bajamos a 241. Pero lo que fue en éste nos fuimos a 489, por el simple motivo de que estamos haciendo [i]jomofis[/i] y absorbiendo el consumo de energía de los respectivos changarros. Hasta parece maldición.
Mientras, por andar siguiendo las conferencias de Hugo López-Gatell, la tribu y yo andamos pensando si transformamos la casa en un convento de clausura. Aunque ya hay cierta organización, pues [i]El Kizín[/i] está dedicado a la composición de oraciones, [i]La Xtabay[/i] ya actúa como monja de torno (es la que recibe las compras sin dejar entrar a nadie; hasta inventó un traje como de astronauta para mantener la sana distancia entre ella y los repartidores), [i]La Cutusa[/i] la hace de refitolera y yo del lavado de platos (ustedes saben, las labores propias de mi sexo), hay oposición a la idea: las mujeres de esta casa ya hicieron frente común para advertir que por nada en el mundo se dejan ver como monjas "coronadas".
Pero seamos honestos: la ola de calor es lo que nos ha puesto a todos de uñas para afuera y estamos con pocos instrumentos para enfrentarla. Por más que hagamos para mantenernos frescos, meterse a la regadera es una actividad de alto riesgo, mientras, como buen macho omega grasa en pecho, espalda peluda, nalga de pantalla, abdomen de lavadora y bebedor de cerveza light, ya opté por dejar dos cubetas en la ducha para que se entibien antes de que alguien se bañe, para prevenir una visita al hospital por quemaduras de tercer grado.
Para quien no esté familiarizado con las temperaturas peninsulares, esta época del año es el motivo por el cual prospera el Centro de Atención Naturista y Terapia Integral a la Neurosis Ansiosa (Cantina, por sus siglas en inglés), pero tal parece que a nuestras autoridades no están muy familiarizadas con la medicina alternativa, y ya ni siquiera por Internet es posible conseguir los medicamentos. Lo crean o no, la que está resultando más afectada es donia [i]Ixtab[/i], mi suegra. Así como la ven, con su tarjeta del Bienestar alcanzó a comprarse tres planchas de cerveza, calculando su dosis diaria y que la cuarentena iba a terminar el 30 de abril, pero desde que escuchó a López-Gatell, rauda y veloz, metió todo a su estante y le pasó llave. Ahorita anda dando vueltas por la casa, sin soltar su teléfono, porque está averiguando dónde está el Súper Clan más próximo que, acá entre nos, por supuesto que lo sabe, pero tiene pleito con el dueño desde hace un año.
Mientras, está preparando un escrito de petición para poner en [i]Change.org[/i] y junto con otras amigas inició una cuarentena virtual; es decir, a través de Zoom, doña Leydi, la rezadora encabeza el rosario de 15 misterios en petición para que las autoridades levanten la ley seca. Por supuesto, ya nos jaló al rezo virtual.
Para terminar el rosario:
Santa Rita de la Rama…
Que ya saquen las caguamas.
San Pedro Celestino…
Surte bien el clandestino.
Santa Luz de Santorini…
Que no nos falte un martini.
San Manuel, el de la luz…
Ya bájanos de esta cruz.
Santa Carmen de Sotelo…
Bendice a Grupo Modelo.
San Luis de la Bruma…
También a la Moctezuma.
San Ignacio de Agrigento…
Da ron al Ayuntamiento.
San Mauricio de La Meca...
¡Abróganos la ley seca!
[i]Mérida, Yucatán[/i]
[b][email protected][/b]
Dependemos en demasía de la electricidad; ¿qué pasa con esos rincones del mundo que viven en penumbra?
Rafael Robles de Benito
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